El Pantera 16 y la Vieja Escuela: las pistas en el secuestro de Pilar Garrido en M¨¦xico
C¨¦lulas delictivas surgidas de Los Zetas y el Cartel del Golfo se disputan la regi¨®n en que habr¨ªa desaparecido la espa?ola
Es dif¨ªcil hablar de Tamaulipas y pensar en naranjas en vez de en agujeros negros. Tradicional regi¨®n agr¨ªcola del norte de M¨¦xico, pocos se acuerdan ya de la fruta. Tamaulipas aparece en la prensa por el crimen, el narcotr¨¢fico y los desaparecidos. No hay otro estado en M¨¦xico con m¨¢s casos de personas que se esfumaron de la faz de la Tierra, que secuestraron. Aparece en prensa por lo que pasa y tambi¨¦n por lo que no pasa, por la falta de noticias de los que no est¨¢n.
Es el caso de la espa?ola Pilar Garrido, secuestrada en una carretera del centro del estado hace casi tres semanas. Las autoridades coinciden en se?alar que la zona complica sus tareas. A Pilar se la llevaron de una frontera invisible, la que separa el territorio de c¨¦lulas delictivas antag¨®nicas. En Ciudad Victoria dominan unos y en Soto La Marina, cerca de la costa, otros. A Pilar se la llevaron en un tramo de la carretera que comunica ambos municipios.
Tamaulipas es uno de los estados m¨¢s violentos de M¨¦xico y ahora, tambi¨¦n, uno de los m¨¢s imprevisibles. Con la captura en los ¨²ltimos a?os de los jefes de los grandes grupos delictivos, Los Zetas y el Cartel del Golfo, c¨¦lulas menores se han hecho con el control de peque?as parcelas, diversificando su negocio. Ya no es el tr¨¢fico de droga, son las armas, las personas, la extorsi¨®n...
La declaraci¨®n de Jorge
Pilar viv¨ªa en Ciudad Victoria, la capital, junto a Jorge, su marido, y su beb¨¦. Hab¨ªa llegado al pa¨ªs hac¨ªa tres a?os, aunque ya hab¨ªa pasado temporadas aqu¨ª. Casados recientemente, Jorge y ella sal¨ªan desde hac¨ªa 11 a?os.
Seg¨²n la declaraci¨®n que de Jorge ante las autoridades, la familia fue a pasar el primer fin de semana de julio a la playa. Manejaron hasta La Pesca, un balneario costero a dos horas de Ciudad Victoria. Ese domingo, Pilar public¨® una foto en Facebook con su hijo. S¨®lo la imagen, sin comentarios, dos sonrisas.
Por la tarde, ya de vuelta, a eso de las seis, un coche les "intercept¨®"?a unos cincuenta kil¨®metros de la capital. Les hizo parar. Jorge no recordaba la marca, pero si el color arenoso del chasis. El marido dijo que dos hombres armados bajaron, se les acercaron, les dijeron que descendieran del veh¨ªculo y que les dieran sus cosas. Un asalto. Ellos contestaron que ten¨ªan a su hijo detr¨¢s. Los otros apuntaron a Pilar, le ordenaron apearse y meterse en su coche. Se la llevaron.
Jorge explic¨® que todo eso ocurri¨® en una zona de obras de la carretera. Que los maleantes se fueron y ¨¦l se qued¨® all¨ª, con su hijo y su Honda Civic pero sin Pilar. Al d¨ªa siguiente, fue a la fiscal¨ªa de Ciudad Victoria a denunciar.
Nadie supo de lo ocurrido hasta dos semanas m¨¢s tarde, la noche del domingo 16 de julio, cuando la hermana de Pilar, Raquel, lo anunci¨® en Facebook. Desde entonces, el caso se ha convertido en un peque?o circo en M¨¦xico. Las autoridades de Tamaulipas tuvieron que desmentir el mi¨¦rcoles que Jorge fuera sospechoso de nada. Es falso, a?adieron, que encontr¨¢ramos sangre en el maletero del Civic.
El Pantera 16
Casi desde el principio, la fiscal¨ªa especializada en personas no localizadas se ha encargado del caso, apoyada por la Polic¨ªa Federal. Las dificultades son may¨²sculas. Acostado sobre el Golfo de M¨¦xico, el estado norte?o comparte cientos de kil¨®metros de frontera con Estados Unidos, un tesoro para las mafias. Las personas se han convertido en mercanc¨ªa preciada. Seg¨²n datos de la procuradur¨ªa de justicia estatal actualizados al mes de junio, s¨®lo este a?o han recibido 637 denuncias por secuestro o privaci¨®n ilegal de la libertad.
El t¨¦rmino, privaci¨®n ilegal de la libertad, ha generado cierta confusi¨®n entre los familiares y amigos de Pilar. En Espa?a, cuando un grupo de personas se lleva a otra, la polic¨ªa lo trata inmediatamente como un secuestro. En M¨¦xico solo es un secuestro si los captores piden rescate. En Espa?a es raro el secuestro sin fin econ¨®mico, pero en M¨¦xico no lo es. De los 637 casos que investigan en Tamaulipas, 552 son privaciones ilegales de la libertad, secuestros no econ¨®micos, levantones.
Las autoridades peinan el centro del estado y de momento carecen de una pista s¨®lida que pudiera conducirles a Pilar. Uno de los coordinadores de las fuerzas federales desplazadas a la zona explica a EL PA?S que dos grupos antag¨®nicos manejan ¨¢reas cercanas del lugar donde se llevaron a la espa?ola. "Soto La Marina es del Cartel del Golfo y Ciudad Victoria de Los Zetas. Eso nos dificulta la tarea porque no puede uno determinar qui¨¦n pudo estar detr¨¢s". El federal pidi¨® ocultar su nombre.
Uno de sus compa?eros, que tambi¨¦n prefiere mantenerse en el anonimato, asegura que V¨ªctor Manuel P¨¦rez, alias El Pantera 16, cabecilla de los restos del C¨¢rtel del Golfo en Soto la Marina y la costa sur, es uno de los objetivos. "Para este caso concreto estamos trabajando ese objetivo. Aunque es verdad que hay muchos, m¨¢s de 50 en todo el estado".
Igual que El Pantera 16, los cabecillas de los grupos surgidos de los Zetas, como Vieja Escuela, o C¨¢rtel del Noreste, con base en la capital estatal, est¨¢n bajo la mira de las autoridades. Alejandro Hope, consultor en seguridad, asume que la atomizaci¨®n de las bandas criminales dificulta este tipo de tarea. "Pueden ser grupos vinculados a otros m¨¢s grandes, o bandas independientes que pueden o no pagar piso a las m¨¢s grandes para actuar en esa zona".
Las preguntas persisten, igual que las dudas. ?Quienes y a d¨®nde se llevaron a Pilar?
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