Un superviviente del ¡®cami¨®n de la muerte¡¯ de Texas: ¡°La gente golpe¨® para alertar al conductor, pero nunca par¨®¡±
Siete de los diez fallecidos eran mexicanos seg¨²n la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores
James Matthew Bradley Jr. abri¨® las puertas del cami¨®n y la?tragedia?se descubri¨®. ¡°Los cuerpos estaban inertes sobre el suelo como si fueran carne¡±, reconoci¨® ante la polic¨ªa el conductor del cami¨®n. En ¨¦l fueron descubiertos el domingo en Texas decenas de inmigrantes indocumentados al borde de la asfixia. 10 de ellos murieron. Siete de las v¨ªctimas mortales eran mexicanas, seg¨²n la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores.
Un total de 39 inmigrantes -34 de ellos mexicanos- luchaban por sobrevivir bajo una temperatura cercana a los 65 grados. Ocho personas hab¨ªan muerto cuando el conductor par¨® poco antes, en un estacionamiento. Dos m¨¢s fallecieron en hospitales. Hay 15 personas en estado cr¨ªtico por da?o cerebral debido a la exposici¨®n al calor, la falta de ox¨ªgeno o por deshidrataci¨®n.
Los documentos judiciales, a los que ha tenido acceso EL PA?S, revelan un viaje infernal. Los inmigrantes hac¨ªan turnos para respirar a trav¨¦s de un agujero que encontraron en una pared del veh¨ªculo. Algunos se fueron desmayando, otros murieron de asfixia y deshidrataci¨®n mientras intentaban hacer que el cami¨®n parase. Los testimonios cuentan que trataron de alertar al conductor del terror que estaban viviendo, dando golpes a las paredes del remolque. No obtuvieron respuesta.
La gente comenz¨® a golpear las paredes para alertar al conductor, pero nunca par¨®
¡°La gente comenz¨® a golpear las paredes para alertar al conductor, pero nunca par¨®¡±, revela el texto judicial. ¡°Hab¨ªa un hoyo en la pared del cami¨®n y los inmigrantes tomaron turnos para respirar por ¨¦l¡±.
Hab¨ªan pagado 3.300 d¨®lares, en alg¨²n caso y 5.500 en otro por abordar el cami¨®n que les permitir¨ªa lograr su objetivo de llegar a Estados Unidos. Sin comida, ni agua, las horas transcurrieron lentas y la desesperaci¨®n crec¨ªa al ritmo que aumentaba el calor.?
Al volante iba?Bradley, de 60 a?os, quien, asegura que desconoc¨ªa que en el interior viajasen inmigrantes. El conductor, que se enfrenta ahora a cargos que le pueden acarrear la pena de muerte o la cadena perpetua, dice que fue sorprendido por golpes procedentes de la zona de carga.?
Uno de los inmigrantes mexicanos a bordo fue descrito en el informe de los investigadores federales como J.M.M-J. Cuando abord¨® el cami¨®n en un lugar indeterminado de la frontera, hab¨ªan pasado varios d¨ªas desde que sali¨® de Aguascalientes (M¨¦xico) con destino a San Antonio (Texas).
A las 9.00 de la ma?ana del pasado s¨¢bado, una camioneta lo llev¨®, junto a otras 28 personas, hasta el cami¨®n que conduc¨ªa Bradley. Eran los ¨²ltimos en abordar. Hab¨ªa cerca de 70 individuos en su interior, asegura a pesar de que la polic¨ªa ¨²nicamente encontr¨® 39 personas, y con ellos se hab¨ªa completado el grupo que ir¨ªa a San Antonio.
A.L.V., otro de los inmigrantes que viajaba en el cami¨®n, declar¨® a agentes federales que estaba con un grupo de 24 personas, con quienes se escondi¨® en una casa de seguridad en Laredo (Texas) durante 11 d¨ªas. ¡°Cuando llegu¨¦ al tr¨¢iler hab¨ªa 70 personas en su interior y hac¨ªa mucho calor¡±, explic¨®.
H.L.C. ¡ªel ¨²ltimo testigo incluido en el documento¡ª describi¨® un grupo m¨¢s grande: de 170 a 200 personas. El inmigrante recorri¨® la frontera a trav¨¦s Laredo. Hab¨ªa pagado 60.000 pesos mexicanos, unos 3.300 d¨®lares, por cruzar a Estados Unidos.
J.M.M-J asegur¨® que a las 9.00 de la noche del s¨¢bado alguien abri¨® la puerta del cami¨®n y les dijo que se ir¨ªan. Le entregaron a cada grupo colores diferentes para que los traficantes pudieran identificarlos. ¡°El hombre les dijo que el cami¨®n ten¨ªa refrigeraci¨®n y no hab¨ªa nada de qu¨¦ preocuparse¡±, detall¨® la declaraci¨®n.
El inmigrante record¨® que durante la primera hora de viaje todos parec¨ªan estar bien. Despu¨¦s el calor comenz¨® a hacerse insoportable hasta que el cami¨®n fren¨® de golpe y varios de los pasajeros cayeron abruptamente al suelo. Alguien, a quien no identific¨®, abri¨® las puertas. En pocos minutos, varios inmigrantes se subieron a seis todoterrenos negros. Los veh¨ªculos se fueron inmediatamente.
Los que quedaron atr¨¢s siguieron en el tr¨¢iler, pero no est¨¢ claro cu¨¢nto tiempo pas¨® hasta que el conductor finalmente abri¨® las puertas. Y revel¨® el horror que ha golpeado al pa¨ªs entero reavivando uno de los debates m¨¢s agrios en Estados Unidos: el cruce ilegal de indocumentados y la pol¨ªtica inmigratoria del pa¨ªs.
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