?PAN con lo mismo?
El perfil del nuevo presidente del panismo es de corte burocr¨¢tico. Se le ve, no lo oculta. Sus resortes son cortos
Hace algunos a?os una panificadora ten¨ªa un comercial sobre pan en el que una familia, aburrida de lo que encontraba en la mesa preguntan a modo de queja ¡°?otra vez pan con lo mismo?¡± Para sorpresa de nadie gan¨® Jorge Romero en el PAN. No hay novedad. En efecto se trata de una m¨¢s de las ramificaciones del nefasto anayismo que est¨¢ incrustado en ese partido. Sin embargo, hay que apuntar que Romero tambi¨¦n ha generado su propio grupo al interior del partido. Para sus malquerientes, incluida la presidenta, se trata de un camarilla de pillos que tuvo como laboratorio de operaciones la CDMX durante varios a?os. Para sus apoyadores, Romero era la ¨²nica ficha posible para el partido despu¨¦s del desastre pol¨ªtico, electoral y moral que represent¨® Marko Cort¨¦s, amigo de toda esa caramilla.
Se acusa a Romero de apoderarse el partido v¨ªa los padroneros y su amistad con Cort¨¦s. El PAN, lamentablemente, tiene tiempo que solamente es eso y nada m¨¢s cambia el tipo al frente. Es un sistema de rotaci¨®n de quienes est¨¢n dispuestos a quedarse ah¨ª sin importar la situaci¨®n que atraviese la propia instituci¨®n. As¨ª, Ricardo Anaya se fue del pa¨ªs a?os y regres¨® para tener una plurinominal en el Senado junto con su fiel soldado Marko. As¨ª son. Cuando uno ve las im¨¢genes de los ¨²ltimos presidentes del panismo atr¨¢s de ellos siempre festejan los mismos
Claro, en la pol¨ªtica no hay nada escrito. Los l¨ªderes siempre tienen retos que pueden abordar de distinta manera, los escenarios cambian ?Qui¨¦n nos dir¨ªa que a estas alturas y con sus treinta millones de votos en la bolsa Sheinbaum iba a manifestar una dependencia total de quienes fueran su adversarios internos y estar¨ªa relegada a encabezar eventos matutinos? As¨ª que Romero puede dar un giro. De hecho, si quiere hacer algo destacado lo tendr¨¢ que hacer. El perfil del nuevo presidente del panismo es de corte burocr¨¢tico. Se le ve, no lo oculta. Sus resortes son cortos. A diferencia de Santiago Taboada ¨C compa?ero del nuevo presidente panista-, que en la campa?a capitalina multiplic¨® sus reflejos, los de Romero tienden m¨¢s a la falsa camarader¨ªa de la pol¨ªtica ( a todos les dice ¡°hermano¡±, ¡°querido¡±, se toma fotos con los periodistas, es de una inseguridad sorprendente) que a la declaraci¨®n concreta, la respuesta r¨¢pida, el ataque conciso.
Expedir actas de defunci¨®n para el PAN es ocioso, se hace desde 1988. Es un partido con presencia nacional que puede identificarse claramente con una clase media que exige desarrollo y el respeto a ciertos valores, a la tranquilidad y la honestidad en la convivencia. Todo esto lo dej¨® de defender y representar el blanquiazul. Su problema no es de unidad entre los vividores del partido- como plantearon en su campa?a- sino que su extrav¨ªo est¨¢ extraviado en la b¨²squeda de un discurso cre¨ªble que tenga que ver con proteger a los ciudadanos del autoritarismo, el estatismo y la ramploner¨ªa pol¨ªtica morenista. Las personas que llenaron plazas con camisas rosas este a?o no eran m¨¢s que votantes panistas con camisa de otro color. Cierto, el enorme declive moral del PAN ha sido castigado en las urnas. Pero eso no significa que vivir¨¢ en esa condena eternamente.
Una buena parte del discurso de la campa?a a la presidencia panista hablaba de abrir el partido. ¡°Que entre quien quiera al PAN: un joven, un abuelo¡¡±, dec¨ªa Romero muy entusiasta. Est¨¢ bien. No parece que haya muchos que quieran entrar al PAN. La ¨¦poca de las militancias partidistas ya qued¨® atr¨¢s; ahora se milita en causas o con personas. A la clase pol¨ªtica panista le incomoda su caricatura en los medios: que no son como G¨®mez Mor¨ªn ni como Castillo Peraza, que no convocan multitudes, en fin una serie de cosas que, efectivamente no son ¨C y no creo que deban ser-, pero no nos dicen qui¨¦nes son, qu¨¦ representan y desde qu¨¦ lugar le hablan a la ciudadan¨ªa.
Los fundadores del PAN se debatieron entre el catolicismo y el liberalismo. Es obvio que este debate no se da ahora en el blanquiazul. De hecho, no se da ning¨²n debate y es parte del problema. Deber¨ªan dejar de hablar de su doctrina ¨C que ni la entienden-, de citar a G¨®mez Mor¨ªn ¨C que ni saben qu¨¦ dijo- y tratar de tomar las causas contra el gobierno; dejar a un lado esa ya inexistente tradici¨®n de grandes discursos y centrarse en dardos con veneno efectista. Necesitan m¨¢s arrojo, m¨¢s ganas de presencia p¨²blica que de puesto p¨²blico.
EL PAN est¨¢ llamado a ser el partido de oposici¨®n. Su falta de definici¨®n lo tiene atorado. Es un partido de derecha y como tal se debe de asumir junto con todos sus planteamientos. Sin pena. El PAN tiene que empezar con hacer valer sus definiciones sin rubor alguno. Necesita mensajes contundentes. No puede ser que mientras acaban con el Poder Judicial, los diputados panistas se paseen con unas falsas veladoras para anunciar la muerte de ese poder. Rid¨ªculo y sin efecto alguno. El mundo pol¨ªtico de hoy est¨¢ en las emociones. Los liderazgos hoy deben ser visibles, medi¨¢ticos, ¨¢giles, precisos en sus ataques y dedicados, en buena medida, a la provocaci¨®n de reacciones. .
No ser¨¢ f¨¢cil lograr algo diferente con los mismos, pero no es imposible. Hace tiempo que el PAN no siente la ilusi¨®n de las batallas ganadas y puede hacerlo, empezando por las ret¨®ricas. Si no se mueve r¨¢pido alguien les comer¨¢ el mandado. Porque M¨¦xico, en su oposici¨®n, a la mejor no cuenta con el PAN ( su directiva, sus cuadros), pero s¨ª cuenta con los panistas ¨C sus votantes- y esos son millones. Jorge Romero tendr¨¢ que decidir entre ser panista o directivo. Es su dilema, para no ser pan con lo mismo.
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