La m¨¢s mediterr¨¢nea de las noches m¨¢gicas de Djem
Mar¨ªa del Mar Bonet reivindica una identidad mediterr¨¢nea com¨²n con un concierto en el anfiteatro de Djem
Aparte de sol y playa, el verano es tiempo de festivales de m¨²sica. Desde hace d¨¦cadas, es tradici¨®n que los pa¨ªses vistan de largo algunos de sus mejores monumentos hist¨®ricos para acoger a los m¨¢s destacados virtuosos del mundo ¡ El precioso templo de Baalbek (L¨ªbano), el majestuoso castillo de Edimburgo (Escocia), o el de Heidelberg (Alemania). Y en T¨²nez, el escogido es el anfiteatro romano de Djem, que nada tiene que envidiar a los anteriores.
Por su estado de conservaci¨®n y dimensiones, el monumento es solo segundo en su categor¨ªa tras el Coliseo de Roma, y es una muestra de la pujanza de la ciudad romana de Thysdrus durante los primeros siglos de nuestra era. Sus paredes de 4,5 metros de grosor han resistido muy bien el paso del tiempo. Con tres de sus cuatro plantas a¨²n en pie, un per¨ªmetro de unos 500 metros y el foso de los leones casi intacto, el anfiteatro de Djem posee un gran poder evocador. Sin un gran esfuerzo, la imaginaci¨®n traslada a los visitantes a un espect¨¢culo de lucha de gladiadores y carreras de cuadrigas.
Ahora bien, sin duda, el mejor momento para visitarlo es de noche, durante la celebraci¨®n del Festival de M¨²sica Sinf¨®nica de Djem. La elegante iluminaci¨®n del coliseo, con una combinaci¨®n de tonos ocres y azulados, le da un toque on¨ªrico, convierti¨¦ndolo en un marco m¨¢gico, ideal para un concierto de orquesta. Este a?o, con motivo de su edici¨®n n¨²mero 32, Djem homenajea al tenor italiano Luciano Pavarotti en el d¨¦cimo aniversario de su muerte.
¡°En este mar nuestro, todos tenemos unas mismas ra¨ªces¡±, asegura la cantante
Entre los artistas invitados, figura Mar¨ªa del Mar Bonet, que la semana pasada ofreci¨® un concierto memorable. La actuaci¨®n forma parte de la gira que la cantante mallorquina efect¨²a este 2017 para celebrar sus 50 a?os sobre los escenarios, y en la que se ha reencontrado con los m¨²sicos que han colaborado con ella. En Djem, a los cuatros m¨²sicos que le suelen acompa?ar, se sum¨® el Ensemble de Musique Traditionelle de Tunis, dirigido por su viejo amigo Fethi Zghonda.
¡°Mi carrera musical es un di¨¢logo musical y po¨¦tico con el Mediterr¨¢neo. En este mar nuestro, todos tenemos unas mismas ra¨ªces¡±, dijo en franc¨¦s al p¨²blico entusiasmado, desde la misma arena donde, siglos atr¨¢s, los gladiadores desafiaban la muerte ante m¨¢s de 35.000 personas. Su repertorio, cantado ¨ªntegramente en su lengua, el catal¨¢n, incluy¨® ritmos provenientes de todos los rincones del Mediterr¨¢neo, de Turqu¨ªa a Grecia, pasando por Siria o la propia T¨²nez.
Por su valor simb¨®lico, el coliseo de Djem constituy¨® tambi¨¦n un escenario inmejorable para el concierto. Encaja perfectamente con la identidad y el mensaje de Mar¨ªa del Mar Bonet. No en vano, la cultura cl¨¢sica constituye una herencia com¨²n de todos los pueblos mediterr¨¢neos. Fue bajo aquel imperio que, por ¨²nica vez en la historia, todo el Mediterr¨¢neo form¨® parte de una misma entidad pol¨ªtica. Ahora, con el rechazo de una parte importante de las opiniones p¨²blicas de Europa a la llegada de migrantes y refugiados, el mar parece un foso m¨¢s profundo que nunca. ¡°Precisamente por eso, los artistas m¨¢s que nunca debemos hacer de puente entre las diversas culturas¡±, reclam¨® en una entrevista posterior al concierto.
Quiz¨¢s inconscientemente, la cantante mallorquina inici¨® su actuaci¨®n con una canci¨®n que parec¨ªa especialmente dedicada para T¨²nez, cuna de la llamada ¡°primavera ¨¢rabe¡±. M¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s de su estreno en el disco Anells d'aigua (¡°Anillos de agua¡±), la po¨¦tica letra de La Dansa de la Primavera parece hablarnos del dif¨ªcil momento que vive la orilla sur del Mare Nostrum:
¡°Qu¨¦ exigente que viene la primavera,y mi coraz¨®n tan enfermizo,tengo miedo que se queme en la hoguera,no me puedo deshacer de su hechizo¡±
Presos de un cierto fatalismo ante un presente de guerras, ego¨ªsmos y desgarro, muchos parecen haber perdido la esperanza en el futuro del Mediterr¨¢neo. Efectivamente, la primavera lleg¨® con grandes exigencias, que no han podido ser satisfechas. Todav¨ªa. Sin embargo, Mar¨ªa del Mar Bonet se aferra al optimismo: ¡°A largo plazo debemos ser optimistas¡ Siempre ha habido guerras en el Mediterr¨¢neo, pero llega un momento en el que se acaban, y el di¨¢logo por la paz ganando¡±.
La joya de Djem es una met¨¢fora de esta historia b¨¦lica. Sus habitantes no le llaman anfiteatro, sino ksar, ¡°castillo¡± o ¡°fortaleza¡±, porque esa fue su utilidad los siglos posteriores a la ca¨ªda del Imperio Romano. Y fue por culpa de un asedio, con bombardeo incluido, que una parte de su fachada se derrumb¨®, y hoy sus gradas dejan un espacio abierto al cielo. No obstante, el monumental coliseo, a¨²n si magullado, contin¨²a orgullosamente en pie, como lo har¨¢ la cultura mediterr¨¢nea el d¨ªa que callen las bombas y el racismo vuelva a avergonzar.
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