?Y si Maduro se queda para siempre?
Am¨¦rica Latina vive convulsionada por el desastre venezolano
El d¨ªa que en Venezuela la oposici¨®n realiz¨® el plebiscito en contra de la Asamblea Constituyente, en Buenos Aires ocurri¨® un hecho inesperado: miles de venezolanos, con sus banderas, se concentraron en los tres centros de votaci¨®n dispuestos en la capital argentina. Hasta entonces, cualquier habitante de la ciudad seguramente hab¨ªa percibido cierta presencia. El due?o de la nueva fiambrer¨ªa de un barrio humilde del Sur es venezolano. En Palermo, una t¨ªpica zona de clase media acomodada, hay un local de comidas precocidas cuyo nombre es Vino Tinto, en homenaje al apodo con que se conoce a la selecci¨®n de f¨²tbol venezonala. Tal vez alguien not¨® la tonada caribe?a del empleado de un lavaautos o que la graciosa camarera del Starbuck de tal esquina lleg¨® hace unos meses de Caracas. Pero, hasta el d¨ªa de esa votaci¨®n, ese fen¨®meno no se hab¨ªa revelado en su real dimensi¨®n.
Algunos referentes de la comunidad venezolana en la Argentina calculan que 27 mil personas votaron y que reciben a 400 m¨¢s por semana a Buenos Aires. En general, llegan por tierra, en autobus, una odisea que dur¨¢ siete d¨ªas, y en la que atraviesan la mitad del Brasil. Los exiliados cargan con un miedo, que los oblig¨® a soltar amarras, y al mismo tiempo, con una esperanza, que explica por qu¨¦ no las sueltan del todo. El miedo es que Maduro se quede en el poder por varias d¨¦cadas. La esperanza es que se vaya pronto y ellos puedan volver. En general, se trata de personas con formaci¨®n universitaria, origen de clase media, que consiguen rapidamente empleo en Buenos Aires porque, como les ocurre casi siempre a los inmigrantes, el tama?o de sus urgencias est¨¢ en relaci¨®n inversa con el de sus condiciones. Necesitan hacer pie.
Sus preguntas son las cl¨¢sicas de cualquier exilio.
?Volveremos?
?Cuando?
?Qu¨¦ noticias ten¨¦s de all¨¢?
?Y si Maduro se queda para siempre?
Para el chavismo, o para gran parte de la izquierda latinoamericana, son los "maginches", los mediocres, los bobos, los funcionales al imperialismo. Pero, cara a cara, no parecen nada de eso. Personas comunes, desterradas, para las cuales la pol¨ªtica no era una prioridad, pero que fueron arrastradas hacia ella sobre todo por el desastre econ¨®mico que los rodeaba: v¨ªctimas de la locura ajena. Y si no quieren a Maduro no es porque sea de izquierda, o de derecha, o lo que fuera que es, sino porque, simplemente, gener¨® una situaci¨®n que los oblig¨® a dejar sus olores, sus vidas, sus playas, sus abuelos, su alegr¨ªa.
America Latina vive en estos d¨ªas convulsionada por el desastre venezolano. Y, tal vez, la pregunta clave es la misma que se hacen los miles de exiliados. ?Y si Maduro se queda para siempre?. Es una duda dram¨¢tica para ellos, porque una respuesta afirmativa significar¨ªa el destierro permanente. Pero tambi¨¦n lo es para quienes no son venezolanos. Porque el autogolpe de Maduro representa un quiebre respecto del gran avance que Am¨¦rica Latina vivi¨® desde la d¨¦cada del ochente, esto es, el regreso de la democracia y la libertad.
Desde esos a?os temerosos, ocurri¨® de todo: intentos de golpes de estado, crisis econ¨®micas grav¨ªsimas, destituci¨®n de presidentes de manera irregular, aunque fuera por v¨ªa legal. Pero esas im¨¢genes de l¨ªderes opositores arrastrados a la c¨¢rcel, en una madrugada, por una patota de militares: eso no. Parecen restos diurnos mal elaborados del pinochetismo. Esas escenas de tanquetas pasando por encima de j¨®venes desarmados: eso no. Suspensi¨®n de elecciones, reemplazo de comicios libres por simulacros ex¨®ticos, ingreso de matones para golpear legisladores en el Parlamento, detenci¨®n de miles de presos pol¨ªticos, cierre de medios de comunicaci¨®n y todo documentado por los organismos de derechos humanos m¨¢s prestigiosos del mundo: todo eso es nuevo.
Por eso, es una pregunta inmensa e inquietante: ?qu¨¦ pasa si Maduro se sostiene?. Lo que Maduro hoy hace con ret¨®rica de izquierda, otro lo puede hacer ma?ana por derecha: invocar una amenaza externa --ese recurso tan antiguo como pueril-- para violar los derechos humanos. Y entonces, el gran logro de latinoamerica, tan reciente, estar¨¢ en riesgo. Habra imitadores. Unos triunfar¨¢n, otros no. Pero las reglas habr¨¢n cambiado. Hace no mucho, apenas cuarenta a?os, lo habitual era que existieran en casi todos los pa¨ªses presos pol¨ªticos, exiliados, que los militares balearan a los manifestantes. Maduro ha logrado, despu¨¦s de mucho tiempo, que el mundo volviera a ver esas postales enviadas desde Latinoamerica, cuando parec¨ªa tema superado. La salida es sencilla: convocar a elecciones libres con veedores internacionales. Pero ¨¦l no quiere porque pierde.
Por eso, la pregunta es angustiante.
?Qu¨¦ pasa si la nueva dictadura miitar venezolana triunfa?
La vida de los exiliados venezolanos cambiar¨¢ para siempre.
Y la de este hermoso continente, tal vez, tambi¨¦n.
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