Estados Unidos baraja medidas de presi¨®n m¨¢s duras contra el Gobierno de Maduro
La Casa Blanca se debate entre proseguir con las sanciones a los pesos pesados del r¨¦gimen abrir la puerta a medidas econ¨®micas que incluyan el petr¨®leo
Estados Unidos est¨¢ explorando nuevas v¨ªas de presi¨®n contra el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. Sancionado ya el propio presidente venezolano, el vicepresidente, 13 otros altos cargos y ocho miembros del Tribunal Supremo, en Washington se libra un debate entre los que apuestan por incrementar las penalizaciones a los individuos o los que creen llegado el momento plantearse abrir el mel¨®n de los castigos a la econom¨ªa del pa¨ªs, incluyendo el embargo a sus exportaciones petrol¨ªferas. Esta ser¨ªa, seg¨²n algunos expertos, un arma de doble filo.
La deriva autoritaria de Maduro y el cambio de sensibilidad de la Casa Blanca, con Donald Trump al frente, ha llevado la relaci¨®n entre ambos pa¨ªses a una nueva fase. Washington ya no mira a Caracas como hace un a?o, ni siquiera como hace seis meses.
Dice Arturo Valenzuela, que fue el responsable para Am¨¦rica Latina en el Gobierno de Barack Obama, que no se pod¨ªa predecir entonces la vor¨¢gine en la que ha entrado el pa¨ªs y que lo que le inquieta es la capacidad de reacci¨®n externa. ¡°Me toc¨® gestionar las relaciones en la ¨¦poca de Ch¨¢vez y entonces no esperaba que el pa¨ªs cayese en una crisis tan profunda como la que est¨¢ sufriendo ahora¡±, dice el ahora profesor em¨¦rito en Georgetown, ¡°y lo que m¨¢s me preocupa es que no veo un consenso internacional sobre c¨®mo actuar, ni un liderazgo suficiente en Estados Unidos para programar un buen paquete de ayuda para Venezuela como el que se hizo con M¨¦xico en el 94. Me cuesta, por ejemplo, ver entrar al Fondo Monetario Internacional (FMI) en una situaci¨®n tan poco clara como esta¡±.
La pregunta que se cierne ahora sobre Washington, y sobre el Consejo de Seguridad Nacional, que es donde se aborda esta crisis, es el ¡°Y despu¨¦s, ?qu¨¦?¡±. Hace tan solo un a?o, la actitud de Estados Unidos hacia este conflicto era la de dejar que Maduro se hundiera solo y confiar el asunto a la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA), sin llevar la voz cantante. Las cosas han cambiado, se han dicho palabras gruesas ¡ªel consejero de Seguridad Nacional, H. R. McMaster, tach¨® a Maduro de dictador¡ª y las sanciones han llegado al coraz¨®n del poder, al propio Maduro. Hay quien habla de la inesperada influencia que el senador Marco Rubio, de Florida, est¨¢ teniendo en la Casa Blanca, como se vio con Cuba, pese a ser uno de los m¨¢s ¨¢speros rivales de Trump en las primarias republicanas.
Las ¨²ltimas sanciones
Nicol¨¢s Maduro fue sancionado el 31 de julio, acusado de socavar la democracia por llevar a cabo la votaci¨®n de la Asamblea Nacional Constituyente. Antes ya hab¨ªan ca¨ªdo otros pesos pesados. El presidente y siete miembros del Supremo fueron penalizados en mayo por las sentencias en las que ¡°usurpan la autoridad¡± de la Asamblea Nacional y en febrero, el vicepresidente, Tareck El Aissami, por sus v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico. En julio se anunciaron las medidas contra 13 altos cargos del Gobierno, el Ej¨¦rcito y de la petrolera p¨²blica PDVSA acusados de corrupci¨®n y violaci¨®n de derechos humanos.
Cuando anunci¨® las sanciones a Nicol¨¢s Maduro, el Tesoro estadounidense, que es el cargado de imponerlas, no confirm¨® si el presidente venezolano tiene o no activos en Estados Unidos. Pero la medida, de por s¨ª, limita su acceso a los sistemas bancarios internacionales. Lo que s¨ª inform¨® el Gobierno el pasado julio es que los fondos congelados al vicepresidente ascienden a ¡°cientos de millones de d¨®lares¡±.
Pero la situaci¨®n en Venezuela se ha deteriorado tanto que Barack Obama tambi¨¦n hubiese endurecido su pol¨ªtica, apunta Mark Feierstein, que le asesor¨® en asuntos de Am¨¦rica Latina. Las sanciones hab¨ªan comenzado con el dem¨®crata, y el zarpazo al vicepresidente, Tareck El Aissami, incluido en la lista de narcotraficantes, se produjo en febrero.
Embargo del petr¨®leo
En la Administraci¨®n de Trump hay quien defiende, seg¨²n fuentes conocedoras de las conversaciones, que las sanciones deben pasar de los individuos a la econom¨ªa si no se logran avances, aunque hasta ahora han dominado los partidarios de no entrar en esa batalla. La opci¨®n del embargo a su petr¨®leo, como el que en su d¨ªa EE UU y la UE impusieron a Ir¨¢n, ser¨ªa letal para el pa¨ªs caribe?o. EE UU es el principal comprador de crudo venezolano a trav¨¦s de Citgo, propiedad de la petrolera estatal venezolana PDVSA, con un negocio diario de 32 millones de d¨®lares (27 millones de euros), con precios de referencia de 2016. Cortar ese grifo mortificar¨ªa a la poblaci¨®n y no queda claro que hundiese al r¨¦gimen.
Para Dany Bahar, de la Brookings Institution, esa solo puede ser ¡°la ¨²ltima instancia¡± y debe ir acompa?ada de un generoso paquete de ayuda internacional. ¡°Maduro ha demostrado que est¨¢ dispuesto a todo para seguir en el poder y si se pierde ese dinero pasar¨¢ a recortar las importaciones y el consumo¡±, apunta. Tambi¨¦n ser¨ªa un problema para EE UU, ya que ese petr¨®leo supone el 10% de sus importaciones.
Bahar apunta a los militares. ¡°Las sanciones tienen que llegar a todo el c¨ªrculo interno de Nicol¨¢s Maduro, han tocado a pocos militares, por ejemplo, y pueden empezar con los generales m¨¢s cercanos y anunciar que van a proseguir para que los intermedios sepan que, si no se pronuncian a favor de la Constituci¨®n, las sanciones ir¨¢n contra ellos tambi¨¦n¡±, afirma. ¡°No estoy insinuando un golpe de Estado ¡ªa?ade¡ª sino que debe haber una restauraci¨®n del orden constitucional, que es diferente, y los militares desempe?an un papel importante en eso¡±.
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