Mauritania se quiebra por la mitad tras la victoria de Abdel Aziz en el refer¨¦ndum
El presidente suprime el Senado y cambia la bandera en una consulta con un 85% de apoyos
No hubo sorpresa. La reforma constitucional promovida en Mauritania por el presidente Mohamed Ould Abdel Aziz para suprimir el Senado y cambiar la bandera, que incorpora dos nuevas franjas rojas en referencia a la sangre de los ca¨ªdos, pas¨® el tr¨¢mite popular con un 85% de votos favorables en el refer¨¦ndum celebrado este s¨¢bado. De esta manera, el jefe de Estado no s¨®lo se apunta una victoria ante la oposici¨®n, movimientos sociales y sus propios senadores, opuestos a estos cambios, sino que abre la puerta de par en par a futuras modificaciones por la v¨ªa de la consulta ciudadana ¡°para adaptar la Constituci¨®n a nuestra realidad¡±, como dijo el propio jefe de Estado. Aunque ¨¦l sigue jugando al escondite, muchos est¨¢n convencidos de que pr¨®ximos cambios permitir¨¢n a Abdel Aziz volver a presentarse a las elecciones en 2019, algo vetado hoy por hoy por el l¨ªmite de dos mandatos.
Los resultados son rotundos. Un 85,6% votaron s¨ª; un 10% votaron no. Nadie esperaba otra cosa, dado que la mayor parte de la oposici¨®n llam¨® a boicotear este refer¨¦ndum que consideran ilegal porque se apoya en el art¨ªculo 38 de la Carta Magna y no en el t¨ªtulo 11, que establece que los cambios constitucionales deben ser aprobados por v¨ªa parlamentaria. Por eso la partida se jugaba m¨¢s bien en la tasa de participaci¨®n, que al final ha sido de un escaso 53,7% seg¨²n la Comisi¨®n Electoral Nacional Independiente (CENI). En los distintos distritos de la capital ha sido incluso m¨¢s baja, en torno al 37%.
La mayor¨ªa presidencial achaca esta escasa participaci¨®n a las vacaciones escolares que han vaciado la ciudad. La oposici¨®n y movimientos ciudadanos aglutinados en torno al Foro Nacional para la Democracia y la Unidad (FNDU) consideran que, sencillamente, los ciudadanos no han respaldado esta consulta y que las cifras, adem¨¢s, han sido infladas a su antojo por el Gobierno. ¡°Pese a la utilizaci¨®n de todos los recursos del Estado, la gente no ha acudido a votar como esperaba el presidente¡±, asegura un alto funcionario, ¡°por eso han tardado 48 horas en dar los datos¡±. Cerca del mercado Capital, el rostro de Abdel Aziz impreso en una inmensa pancarta parece sonre¨ªr hoy m¨¢s de lo normal.
La proclamaci¨®n de resultados volvi¨® a mostrar la divisi¨®n que sufre este pa¨ªs entre partidarios y detractores del presidente. Mientras en muchas localidades del interior del pa¨ªs se produjeron celebraciones callejeras, la capital vivi¨® nuevas protestas similares a las de casi todos los d¨ªas desde hace dos semanas, muchas de ellas reprimidas por las fuerzas del orden, aunque sus ecos llegan apagados al Palacio Presidencial. En los salones de este inmenso complejo situado en pleno centro de Nuakchot y rodeado d¨ªa y noche de una f¨¦rrea vigilancia, Abdel Aziz sabe que ha ganado el pulso y que sigue controlando, a¨²n m¨¢s si cabe, todos los resortes del poder. Superada esta jaqueca dom¨¦stica que ha llevado a las calles el debate pol¨ªtico, el hombre fuerte de Mauritania vuelve a sus quehaceres.
En el contexto internacional habr¨¢ suspiros de alivio. Nadie quiere una Mauritania inestable en un momento en el que el yihadismo se extiende como una mancha de aceite por toda la regi¨®n. Nuakchot ha conseguido mantenerse a salvo de la violencia terrorista en los ¨²ltimos a?os y es, adem¨¢s, es uno de los grandes impulsores del G5 del Sahel, la uni¨®n de pa¨ªses que pretende hacer frente al desaf¨ªo terrorista con una fuerza militar en pleno proceso de fragua. Sin embargo, nadie duda de que es un paseo por la cuerda floja. Mauritania, como Mal¨ª, es tambi¨¦n una de las canteras que nutre a esos grupos radicales. Por eso, debilidad no casa con seguridad.
En el camino, claro est¨¢, quedan da?os colaterales como la exclusi¨®n de buena parte de la poblaci¨®n de las esferas de poder. Es significativa la baja participaci¨®n en este refer¨¦ndum en la capital o que en Sebkha, barrio del extrarradio de Nuakchot de mayor¨ªa negra, la reforma fuera rechazada. La nueva bandera mauritana tendr¨¢ dos bandas rojas en recuerdo a ¡°la sangre de los m¨¢rtires¡± que el propio presidente cit¨® en un reciente mitin de campa?a aludiendo a los militares fallecidos en la guerra de los a?os setenta contra el Frente Polisario o en ataques terroristas. Sin embargo, olvid¨® nombrar al medio centenar de mauritanos negros miembros de la Administraci¨®n o el Ej¨¦rcito asesinados durante el grave conflicto ¨¦tnico de 1990-91. Esa herida a¨²n sangra.
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