Mauritania se juega la bandera
Crecen las protestas contra el refer¨¦ndum constitucional convocado por el presidente Abdel Aziz, entre sospechas de la oposici¨®n de que quiere perpetuarse en el poder
¡°?Aziz, l¨¢rgate!¡±. Son las cinco y media de la tarde. Un grupo de manifestantes corea esta consigna en un cruce de la Avenida Kennedy de Nuakchot mientras ondea banderas mauritanas. Enfrente, una veintena de polic¨ªas les empuja. En el barrio de Arafat la cosa pasa a mayores: los agentes usan gases lacrim¨®genos y Biram Dah Abeid, conocido l¨ªder antiesclavista, resulta herido. El mi¨¦rcoles, miles de mujeres organizaron una gran marcha y lograron bloquear durante horas buena parte de la ciudad. El lunes fueron las asociaciones de j¨®venes. Las in¨¦ditas protestas contra el r¨¦gimen suben de tono a pocas horas del refer¨¦ndum constitucional promovido por el presidente Mohamed Ould Abdel Aziz para cambiar la bandera y suprimir el Senado. Buena parte de la oposici¨®n lo considera ilegal.
El edificio que alberga la C¨¢mara alta se encuentra desde hace d¨ªas rodeado por las fuerzas de seguridad que impiden el acceso a los propios parlamentarios. En su interior se atrincheraron 33 senadores de los que quedan 11 en se?al de protesta. Un grupo de diputados ha expresado su solidaridad con sus compa?eros. Este mi¨¦rcoles, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas expresaba su preocupaci¨®n por la violencia ejercida por la polic¨ªa en las manifestaciones casi diarias desde el 21 de julio. ¡°En numerosos casos, dirigentes de la oposici¨®n habr¨ªan sido golpeados y algunos de ellos detenidos¡±, aseguraba la portavoz de dicha oficina, Ravina Shamdasani.
El presidente Ould Abdel Aziz est¨¢ empe?ado en sacar adelante una pol¨¦mica reforma constitucional que pretende la supresi¨®n del Senado y su sustituci¨®n por consejos regionales, cambios en la bandera (introducci¨®n de dos bandas rojas, arriba y abajo, con las que el presidente quiere representar la sangres de los m¨¢rtires de la naci¨®n) y en el himno del pa¨ªs La consulta pretende adem¨¢s concentrar tres instituciones en una: el Alto Tribunal de Justicia, el mediador de la Rep¨²blica y el Alto Consejo Isl¨¢mico. Sin embargo, se enfrenta al rechazo de la oposici¨®n, que habla incluso de ¡°golpe de Estado¡±, de buena parte de la ciudadan¨ªa y, lo que es m¨¢s significativo, de un sector de la mayor¨ªa presidencial.
El conflicto se desencaden¨® el pasado 17 de marzo, cuando la reforma fue rechazada en el Senado. Este ¨®rgano est¨¢ controlado por el partido del presidente, la Uni¨®n para la Rep¨²blica (UPR), y sus aliados, pero 33 de 56 parlamentarios votaron no, entre ellos 22 de la mayor¨ªa a los que el presidente considera ¡°traidores¡±. Visiblemente molesto, Abdel Aziz decidi¨® entonces ignorar el t¨ªtulo 11 de la Constituci¨®n, que establece la v¨ªa parlamentaria para toda modificaci¨®n de la Carta Magna, y acudir a un refer¨¦ndum popular, potestad que le otorga el art¨ªculo 38 para asuntos de gran relevancia. Al mismo tiempo, iniciaba una feroz campa?a para desacreditar a los senadores que rechazaron la reforma.
Sin embargo, hay otras razones para tanto revuelo. La oposici¨®n y los movimientos sociales mauritanos temen que tras esta reforma subyacen las verdaderas intenciones del presidente Ould Abdel Aziz de presentarse para un tercer mandato en 2019, algo prohibido en la Constituci¨®n que establece un l¨ªmite de dos. De hecho, durante la campa?a del refer¨¦ndum, su primer ministro y otros colaboradores ya lo han expresado sin ambig¨¹edad. ¡°Si es capaz de hacer un refer¨¦ndum para cargarse el Senado por la v¨ªa del art¨ªculo 38, tambi¨¦n lo ser¨¢ para retirar el l¨ªmite de mandatos¡±, asegura un periodista local, ¡°est¨¢ sentando un precedente. Y el resultado de la consulta ya lo sabemos, en ?frica siempre ganan quienes las organizan¡±.
Las calles de Nuakchot est¨¢n inundadas de carteles y pancartas a favor del ¡°s¨ª¡± en el refer¨¦ndum de este s¨¢bado y con la imagen de Abdel Aziz. ¡°Es omnipresente, controla todo y ha puesto todos los resortes del Estado a su servicio¡±, asegura la activista de Derechos Humanos Aminetou Mint El Moctar, ¡°por eso la oposici¨®n se ha dado cuenta de que s¨®lo con el combate ciudadano podr¨¢n desalojarlo del sill¨®n presidencial¡±. Este jueves, el presidente dio un mitin en el antiguo aeropuerto de la capital al que acudieron miles de personas. No hay duda de que sigue contando con grandes apoyos.
El general Ould Abdel Aziz lleg¨® al poder tras liderar un golpe de Estado en agosto de 2008 que frustraba la primera experiencia democr¨¢tica que hab¨ªa conocido Mauritania. Tras ganar las elecciones en 2009 y 2014 se enfrenta ahora a las primeras movilizaciones pol¨ªticas de cierto calado que rechazan su r¨¦gimen. La ca¨ªda de los precios de las materias primas en el mercado internacional, sobre todo el mineral de hierro, su principal producto de exportaci¨®n, y un nivel de endeudamiento del 80% de su PIB han puesto a Mauritania contra las cuerdas en los ¨²ltimos a?os, lo que se ha traducido en un crecimiento de la miseria y el malestar social. Un informe de la ONU publicado el pasado mes de junio alertaba de que tres cuartas partes de la poblaci¨®n del pa¨ªs viven en la pobreza.
Uno de los grandes desaf¨ªos es la superaci¨®n de las desigualdades ¨¦tnicas, pues si bien la poblaci¨®n blanca de origen ¨¢rabe es minor¨ªa son ellos quienes controlan todos los resortes del poder pol¨ªtico y econ¨®mico. ¡°Es un apartheid no escrito contra moros negros y negroafricanos¡±, denuncia Biram Dah Abeid, descendiente de esclavos y l¨ªder de la Iniciativa para el Renacimiento del Abolicionismo (IRA), quien este jueves tuvo que ser ingresado en el hospital a causa de heridas leves provocadas por los gases lacrim¨®genos durante una manifestaci¨®n en Arafat.
El activo papel de Mauritania en la lucha contra la inmigraci¨®n clandestina rumbo a Europa a finales de la d¨¦cada pasada y su colaboraci¨®n con EE UU y Francia en el combate contra el terrorismo yihadista apuntalan un r¨¦gimen que da muestras de agotamiento y que vuelca buena parte de sus esperanzas en el descubrimiento de grandes yacimientos de gas y petr¨®leo off shore cerca de la frontera con Senegal, as¨ª como en mantener a buen ritmo su producci¨®n de oro y pescado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.