Guam, la isla que da reclutas y ca¨ªdos a Estados Unidos
La presencia militar en este peque?o territorio estadounidense del Pac¨ªfico ha condicionado la vida de los habitantes de la isla pr¨¢cticamente desde su colonizaci¨®n
Anthony Ram¨ªrez recuerda c¨®mo en la escuela el profesor les indicaba el modo en el que deb¨ªan protegerse en caso de que se produjera un ataque nuclear. Era en plena Guerra Fr¨ªa y Guam estaba en la diana de los sovi¨¦ticos, de quienes se dice en la isla que eran de los ¨²nicos entonces capaces de situar el enclave en un mapa. El motivo no era otro que el important¨ªsimo y poderoso contingente militar desplegado en este peque?o territorio estadounidense en el Pac¨ªfico, m¨¢s cerca de Asia que de Am¨¦rica, unas instalaciones que han marcado la vida de generaciones de chamorros, los habitantes ind¨ªgenas de Guam.
Guam fue bombardeada por el Ej¨¦rcito japon¨¦s en diciembre de 1941, cuatro horas despu¨¦s de que lo fuera Pearl Harbor. Su historia, sin embargo, no ha sido llevada a la gran pantalla. En dos d¨ªas Estados Unidos perdi¨® el control sobre la isla, que se convirti¨® en el primer territorio ocupado de este pa¨ªs. Y el ¨²nico, aparte de las islas eleutianas de Attu y Kiska. El museo de Aga?a, la capital de Guam, recuerda las atrocidades cometidas sobre la poblaci¨®n ind¨ªgena -la mayor¨ªa de americanos fueron evacuados o enviados a Jap¨®n como prisioneros de guerra- durante los 32 meses que dur¨® el dominio japon¨¦s. Los relatos de los supervivientes hablan de asesinatos, torturas, violaciones y campos de concentraci¨®n. En agosto de 1944, tras un bombardeo de las fuerzas estadounidenses que arras¨® la isla casi por completo, Estados Unidos recuper¨® Guam. Durante esos casi tres a?os un m¨ªnimo de 1.170 chamorros perdieron la vida, seg¨²n los registros oficiales.
De este episodio traum¨¢tico hace m¨¢s de siete d¨¦cadas, pero los residentes nunca se han librado del todo de este y otros conflictos b¨¦licos. Washington reforz¨® la presencia militar durante la intensa carrera armament¨ªstica con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, convirtiendo la isla en un punto crucial de su estrategia en Asia. El enclave cumpl¨ªa las condiciones para que as¨ª fuera: estar en una localizaci¨®n privilegiada, ser la isla m¨¢s grande del archipi¨¦lago de las Marianas y la ¨²nica de estas que cuenta con una geograf¨ªa relativamente plana para establecer una base a¨¦rea y un puerto protegido para una base naval. "Desde la colonizaci¨®n espa?ola en el siglo XVII, la isla ha sido utilizada por las fuerzas externas para servir sus prop¨®sitos sin pr¨¢cticamente tomar en consideraci¨®n los intereses de los nativos", afirma Anne P¨¦rez Hattori, profesora de Historia y Estudios Chamorros de la Universidad de Guam.
Guam ha sido un punto crucial de apoyo a las tropas estadounidenses durante la Guerra de Corea, Vietnam, la del Golfo, Irak o Afganist¨¢n. Tambi¨¦n ha acogido de forma temporal a decenas de miles de refugiados de estos conflictos. Y ha sido objetivo de amenazas por parte de otros pa¨ªses, el ¨²ltimo Corea del Norte, que dijo la semana pasada tener entre manos un plan para lanzar cuatro misiles bal¨ªsticos hacia las aguas cercanas a la isla. El l¨ªder norcoreano, Kim Jong-un, insinu¨® este martes que la operaci¨®n se ha pospuesto a la espera de las acciones que lleve a cabo Estados Unidos en la regi¨®n.
Los militares y sus movimientos forman parte de las conversaciones del d¨ªa a d¨ªa de la mayor¨ªa de los 160.000 habitantes de la isla. Todas las familias cuentan con personas en casa que tienen v¨ªnculos directos o indirectos con alg¨²n miembro del contingente formado por 6.000 personas desplegado en el territorio. Muchos ni?os crecen con militares al lado y con historias b¨¦licas, una u otra, que les cuentan sus abuelos.
Todo esto, junto al elevado nivel de desempleo juvenil -ronda el 20%-, son las principales razones por las cuales Guam tiene la mayor tasa de alistamiento al Ej¨¦rcito de todo Estados Unidos. Y tambi¨¦n de v¨ªctimas: el porcentaje de mortalidad sobre el total de tropas de esta isla enviadas a la guerra de Vietnam, por ejemplo, multiplic¨® por tres la media nacional, siendo muchos de ellos personas que entonces ni siquiera eran formalmente ciudadanos estadounidenses. En Afganist¨¢n e Irak, la ratio fue hasta cuatro veces mayor. Los memoriales a los ca¨ªdos son habituales en distintos puntos de la isla, y en un cementerio de cualquier pueblo no es dif¨ªcil encontrar una placa que haga referencia a un soldado que perdi¨® la vida sirviendo al pa¨ªs.
Lo ir¨®nico es que todos ellos fueron enviados a la guerra por presidentes a los que nunca votaron. El Acta Org¨¢nica de Guam, aprobada en 1950 por el Congreso estadounidense, define a la isla como un "territorio aut¨®nomo no incorporado", con lo que no pueden participar en las presidenciales pero s¨ª est¨¢n obligados a acatar las ¨®rdenes procedentes del Gobierno federal. Ante esta situaci¨®n, algunos j¨®venes cuestionan si Guam fue verdaderamente liberado, en el sentido de que la isla no ha alcanzado una plena soberan¨ªa ni tiene derecho a determinar su futuro pol¨ªtico.
"Muchas decisiones se toman sin tener en cuenta nuestras preocupaciones y suceden en nuestra tierra. Querr¨ªamos poder ser parte de la toma de decisiones, pero durante mucho tiempo [Washington] ha hecho o¨ªdos sordos a estas demandas. Somos, b¨¢sicamente, una colonia", explica Claire Calvo, propietaria de un gimnasio y centro de belleza. No parece que nada vaya a cambiar a corto plazo. En abril, el Comando del Pac¨ªfico de Estados Unidos anunci¨® que 4.000 militares m¨¢s procedentes de la base de Okinawa, en Jap¨®n, van a llegar a Guam entre el a?o 2024 y 2028.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.