Fadua Suleim¨¢n, la actriz que puso voz a la oposici¨®n siria
Lider¨® las primeras protestas populares en Homs antes de exiliarse en Par¨ªs
El c¨¢ncer ha logrado silenciar la voz de la actriz y activista siria Fadua Suleim¨¢n. Tras liderar meg¨¢fono en mano numerosas protestas populares en contra del Gobierno de Bachar el Asad, huy¨® a Francia en 2012 para eludir la condena a muerte dictada por Damasco. Suleim¨¢n falleci¨® el pasado 17 de agosto en Par¨ªs, a los 47 a?os.
La Coalici¨®n Nacional Siria fue la primera en anunciar la muerte de la actriz que calific¨® como ¡°uno de los s¨ªmbolos de la revoluci¨®n que cant¨® los primeros esl¨®ganes de libertad¡±. Al poco de que estallaran las protestas pac¨ªficas en Siria en marzo de 2011, Suleim¨¢n se sum¨® al que fuera su p¨²blico para entonar los c¨¢nticos de libertad que reverberaron en todo el pa¨ªs. ¡°Al empezar la revoluci¨®n me di cuenta de que yo era siria, y de que mi papel era el de guiar a la gente para evitar que fueran arrastrados a la muerte¡±, dijo en pleno hervor revolucionario.
Originaria de Alepo, Suleim¨¢n estudi¨® Artes Dram¨¢ticas en Damasco y se dio a conocer en la peque?a pantalla con varias series televisivas como Peque?os corazones o representando Casa de mu?ecas, de Ibsen. En denuncia de la presi¨®n gubernamental sobre el mundo de las artes, varias personalidades sirias cerraron filas junto a los manifestantes, como las actrices Mona Wasef y May Skaf, el cantante Asala Masri o el director de cine Nabil Maleh.
Cuando las protestas llegaron a Homs, Suleim¨¢n no dud¨® en sumarse a ellas. ¡°No me importa lo que me ocurra. La libertad tiene su precio¡±, respondi¨® cuando los servicios secretos sirios ordenaron su b¨²squeda y captura. Se cort¨® el pelo y se camufl¨® detr¨¢s de unas gafas de sol. Pero fue buscada intensamente por las fuerzas de seguridad en los barrios donde se ocultaban los activistas de la ciudad, poniendo en peligro sus vidas. Opt¨® entonces por exiliarse. En 2012 abandon¨® Siria a pie y con documentos falsos, rumbo a la vecina Jordania. Luego solicit¨® asilo pol¨ªtico en Francia.
Su conocido rostro se convirti¨® en un emblema de la incipiente revoluci¨®n no solo por ser mujer, sino tambi¨¦n por pertenecer a la confesi¨®n alauita, la misma que profesa la familia de los Asad y una d¨¦cima parte de la poblaci¨®n. Luch¨® por evitar la guerra sectaria que se fraguaba en el pa¨ªs, donde los focos de oposici¨®n eran mayoritariamente sun¨ªes. ¡°Los sirios somos un solo pueblo. No podemos permitir que el r¨¦gimen con sus t¨¢cticas nos haga matarnos entre nosotros para justificar su existencia¡±, dijo en una entrevista a Reuters en 2012. M¨¢s tarde, ya desde el exilio, Suleim¨¢n habr¨ªa de lamentar la deriva violenta que tom¨® la revuelta. ¡°La revoluci¨®n no va en buena direcci¨®n. Al armarse hacen el juego al r¨¦gimen. Es muy doloroso ver una revoluci¨®n pacifica tornar en guerra civil¡±, cont¨® a la agencia de noticias AFP.
La gran mayor¨ªa de activistas que, como Suleim¨¢n, lideraron las protestas en la primavera de 2011, han sido expulsados de la contienda siete a?os despu¨¦s. Perseguidos por todos los bandos, incluso el que un d¨ªa fuera el suyo, los altavoces de una revoluci¨®n secuestrada se apagan en el exilio, las mazmorras o bajo tierra. ¡°Aunque solo quede un sirio, estoy segura de que construir¨¢ la Siria que amamos. Siria no es un pa¨ªs, una geograf¨ªa. Es una idea¡±, dijo en una de las ¨²ltimas entrevistas que concedi¨® antes de sucumbir al c¨¢ncer.
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