¡°Voy a seguir luchando en la calle, con mi viol¨ªn¡±
El m¨²sico s¨ªmbolo ya de la oposici¨®n al chavismo denuncias y torturas durante su encarcelamiento
Mira que se lo han dejado claro al salir de la c¨¢rcel. Mira que le han apaleado, le han destrozado varios instrumentos incluso a golpes, lo han torturado y metido preso¡ Y aun as¨ª, nada de nada. A Wuilly Arteaga, quiz¨¢s hoy el violinista m¨¢s famoso en Venezuela, no se lo quitan de la cabeza: ¡°Voy a seguir luchando en la calle, con mi viol¨ªn¡±, asegura a EL PA?S. Se ha recuperado estos d¨ªas de las palizas y el maltrato sufrido durante internamiento en el destacamento 433 de la Guardia Nacional: un lugar curiosamente llamado El para¨ªso. Fue detenido y golpeado el 27 de julio y acusado de poseer armas, incitar al desorden y organizarse para delinquir.
Pero en cuanto se ha sentido con fuerzas se ha presentado en calles y plazas de Caracas, as¨ª como en los domicilios de compa?eros a¨²n presos, para dar ¨¢nimo a sus familias y cumplir la promesa que les hizo en las celdas. A sus 23 a?os se muestra tan cabezota como comprometido con la lucha por devolver a Venezuela la democracia que le va arrebatando a jirones Nicol¨¢s Maduro.
Para empezar, Arteaga quiere puntualizar y desmentir una manipulaci¨®n p¨²blica que lanz¨® el r¨¦gimen, dej¨¢ndolo como arrepentido de sus actos. ¡°Se ha distribuido un v¨ªdeo que pone en mi boca cosas que yo no he dicho. En el programa de Diosdado Cabello -n¨²mero dos en el poder-, Con el mazo dando, colocan en mi voz, frase sobre frase que estoy arrepentido por lo que hice y que reconozco la autoridad de Maduro. Yo le digo a todos los venezolanos que m¨¢s valen los hechos que las palabras que puedan salir de un v¨ªdeo manipulado por el primer enemigo del pa¨ªs, que es Diosdado Cabello¡±.
Arteaga aterriz¨® en Caracas desde su barrio, Ciudad Tablita, en Valencia, hace tiempo. All¨ª aprendi¨® a tocar el viol¨ªn s¨®lo, en un hogar del que cuidaba su madre haciendo arreglos de costura. ¡°Miraba v¨ªdeos de Hilary Hahn y luego entr¨¦ con suerte en un n¨²cleo del Sistema de Orquestas¡±, comenta. Lo metieron a los pocos d¨ªas en una orquesta infantil y a los meses era uno de los principales violines de la mejor orquesta del barrio. ¡°Pero me sal¨ª, porque no me mostraba de acuerdo en muchas cosas, como que tuvi¨¦ramos que tocar para el Gobierno¡±, asegura.
¡°Creo que el mundo sabe que Venezuela ya no es una democracia. Empezaron a arrebat¨¢rnosla hace 18 a?os, cuando Ch¨¢vez lleg¨® al poder"
As¨ª que se traslad¨® a la capital con su viol¨ªn a tocar en la calle y en el metro. Poco a poco se fue sumando a las protestas. Con m¨²sica. ¡°Al principio pens¨¦ que incomodar¨ªa a los muchachos, pero fui comprobando que les hac¨ªa bien con mi viol¨ªn¡±, asegura. Lo extra?o fue, que tambi¨¦n parec¨ªa calmar los ¨¢nimos de las fuerzas encargadas de reprimir las revueltas. ¡°Me pon¨ªa a tocar cerca suyo y notaba sus miradas y a veces les ve¨ªa compungidos, con l¨¢grimas. A los guardias tambi¨¦n les gustaba y me animaban a hacerlo¡±, relata.
Hasta que un d¨ªa, unos polic¨ªas motorizados intentaron arrancarle el viol¨ªn de las manos: ¡°Me aferr¨¦ a ¨¦l y me arrastraron. No lo quer¨ªa soltar¡±. Fue el primer aviso. El instrumento qued¨® destrozado pero llegaron otros. Entre ellos, uno que le regalaron en una visita a Washington, ya como figura reconocida de la resistencia. Este era especial. Llevaba el nombre de otro m¨²sico ca¨ªdo, meses antes: Armando Ca?izales, violinista de 17 a?os, asesinado de un tiro en la cabeza.
Para Arteaga es una joya que se ha empe?ado en recuperar. ¡°Voy a exigir que me lo devuelvan. Lleva su nombre grabado en ¨¦l¡±, asegura. La ¨²ltima noticia que tiene del instrumento fueron los golpes que se llev¨® en la cabeza. ¡°Fue antes de que tambi¨¦n me dieran con sus escudos y sus cascos¡±. Y que lo metieran en un cami¨®n donde encima suyo, cuerpo sobre cuerpo, violaron a una muchacha. ¡°Me duele recordarlo, pero fue as¨ª. Lo hicieron hasta que se present¨® un coronel y al grito de: ?Dejen ya a esa perra!, les oblig¨® a parar¡±.
Al principio, los guardias me dec¨ªan que me callara, luego les gust¨® y me animaban a cantar
El ambiente ya dentro del destacamento fue a mejor. ¡°Aunque al llegar me dejaron sobre un chorro de agua contaminada, me trataron despu¨¦s con respeto¡±. A falta de viol¨ªn, Wuilly les cantaba. ¡°A los presos y a los guardias. Canciones que nos tocan: Alma llanera, Venezuela, el himno de nuestro pa¨ªs, siempre para aunar, no para dividir. Al principio, los guardias me dec¨ªan que me callara, luego les gust¨® y me animaban a cantar¡±, confiesa.
Compareci¨® ante el tribunal. Le acusaron de cargos absurdos: tenencia de armas, incitaci¨®n al desorden y agavillamiento. ¡°Esto ¨²ltimo no s¨¦ ni siquiera que es¡±, afirma el m¨²sico. Pero en el C¨®digo Penal venezolano, concretamente en su art¨ªculo 286, consta como el hecho de que dos o m¨¢s personas se unan para delinquir.
El pasado 16 de agosto fue liberado con una advertencia: que no saliera a la calle con su viol¨ªn. No hace caso. Esta semana, regres¨® a tocar donde la gente pudiera escucharle. Arteaga cree que es la ¨²nica manera posible de derrocar al r¨¦gimen: ¡°Creo que el mundo sabe que Venezuela ya no es una democracia. Empezaron a arrebat¨¢rnosla hace 18 a?os, cuando Ch¨¢vez lleg¨® al poder. Salir de aqu¨ª por otras v¨ªas que no sea la presi¨®n de la calle no es posible. Es la ¨²nica manera que tenemos para demostrarle al mundo que no reconocemos al Gobierno ni al sistema actual. Qu¨¦ va a pasar, no lo s¨¦. Pero tengo claro que la lucha continuar¨¢¡±.
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