Un republicano sobre Trump: ¡°Es un gilipollas, pero es nuestro gilipollas¡±

Muchos pensar¨¢n que no se puede definir mejor la situaci¨®n en Washington. El congresista californiano Duncan Hunter fue uno de los primeros valedores de Donald Trump entre los republicanos cuando la mayor¨ªa del partido lo despreciaba. Trump acabar¨ªa siendo el nominado del partido, despu¨¦s presidente, y todos los republicanos acabar¨ªan sac¨¢ndose el carnet de trumpista, al menos temporal. El pasado viernes, Hunter tuvo un arranque de franqueza al definir a Trump delante de un grupo de simpatizantes: ¡°Trump es un gilipollas, pero es nuestro gilipollas¡±.

Hunter se encontraba en una reuni¨®n de los J¨®venes Republicanos del condado de Riverside en un bar de deportes de Murrieta, California. As¨ª lo cuenta el San Diego Union-Tribune, que cita cuatro fuentes que estaban delante, tres de ellas con nombre y apellido. En el evento estaba tambi¨¦n otro congresista, Ken Calvert, seg¨²n el relato del diario. Una mujer les pregunt¨® si hab¨ªan conocido en persona a Trump y c¨®mo era en las distancias cortas. Calvert cedi¨® entonces la palabra a Hunter. Seg¨²n uno de los testigos, Hunter se puso la mano delante de la boca, como si estuviera contando un secreto, y dijo: ¡°Es tal cual como es en la tele¡±. Y a continuaci¨®n, el elogio.

La frase recuerda a la que supuestamente dijo el presidente Franklin Roosevelt del dictador nicarag¨¹ense Anastasio Somoza: ¡°Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta¡±. La frase ha acabado convertida en muletilla de analistas para describir cierto tipo de situaciones en pol¨ªtica donde se ignora el conflicto a cambio de un beneficio.

Hunter est¨¢ bajo investigaci¨®n del FBI. Pero no por lo de Rusia, como un buen trumpista. La polic¨ªa federal cree que gast¨® decenas de miles de d¨®lares de los fondos de su campa?a electoral en gastos personales, tales como manicuras, hoteles, videojuegos y hasta un viaje en avi¨®n de su conejo que cost¨® 600 d¨®lares. S¨ª, su conejo.

Es un secreto a voces que una mayor¨ªa del Partido Republicano no soporta a Donald Trump, y el presidente tampoco se esfuerza por hacer amigos. Solo en las ¨²ltimas dos semanas ha atacado al l¨ªder republicano en el Senado, Mitch McConnell, por haber dado por muerto el proyecto de reforma sanitaria. McConnell, por su parte, ha dicho con intenci¨®n indisimulada que el presidente no sabe nada del proceso democr¨¢tico y tiene ¡°demasiadas expectativas¡± sobre c¨®mo funciona el Capitolio.

Trump adem¨¢s ha criticado a los dos senadores de Arizona, John McCain y Jeff Flake. Uno dio el voto definitivo para hundir la reforma sanitaria y el otro ha salido abiertamente a criticar en un libro el ¡°pacto faustiano¡± de su partido con Trump. Adem¨¢s, el indulto presidencial al sheriff Joe Arpaio le vali¨® la condena de todo el establishment republicano. Eso, sin contar la respuesta a los sucesos de Charlottesville.

Y todo cuando los legisladores vuelven de vacaciones la semana que viene con la negociaci¨®n del presupuesto sobre la mesa. Trump ha amenazado con provocar un cierre de su propio Gobierno si no le dan el dinero que pide para construir un muro con M¨¦xico que la mayor¨ªa de los republicanos no ven como una prioridad. ¡°Nuestro gilipollas¡± es cada vez menos nuestro. Lo otro lo ha dicho Hunter.