Zapatero retoma la mediaci¨®n en Venezuela
El expresidente espa?ol se encontr¨® con Maduro y previamente con la oposici¨®n, seg¨²n los medios locales
La oposici¨®n venezolana afronta un momento decisivo despu¨¦s de que la elecci¨®n de una Asamblea Nacional Constituyente, celebrada hace un mes, apagara la ola de movilizaciones contra el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro que se inici¨® en abril. La Mesa de Unidad Democr¨¢tica busca un nuevo rumbo mientras sus l¨ªderes est¨¢n divididos sobre la posibilidad de reanudar el di¨¢logo. Esta semana el expresidente espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha hecho un nuevo intento reuni¨¦ndose con el opositor Leopoldo L¨®pez y Maduro.
Zapatero, que hab¨ªa renunciado a seguir con su rol de facilitaci¨®n en la v¨ªspera de la instalaci¨®n de la Constituyente, reapareci¨® el mi¨¦rcoles en el tablero de ajedrez venezolano. Luego de haberse reunido en casa de L¨®pez, seg¨²n diversas fuentes, apareci¨® en una foto oficial en el palacio de Miraflores en compa?¨ªa de Maduro, de la primera dama, Cilia Flores, y de los influyentes hermanos Rodr¨ªguez, Delcy y Jorge, presidenta de la Constituyente chavista y Alcalde de la zona centrooccidental de Caracas, respectivamente. ¡°[Estuvimos] trabajando todos los temas que tienen que ver con el di¨¢logo, el acompa?amiento del di¨¢logo¡±, asegur¨® Maduro.
El mi¨¦rcoles en la noche, durante una comparecencia de radio y televisi¨®n, Maduro intent¨® sustentar la tesis de que el liderazgo opositor, despu¨¦s de haber alentado las sangrientas protestas, ya extinguidas, pero que asolaron las calles de las principales ciudades durante cuatro meses, se habr¨ªa entregado fr¨ªvolamente a sus agendas personales. Acus¨®, por ejemplo, al presidente de la Asamblea destituida, Julio Borges, de estar de vacaciones en Santo Domingo. Al mismo tiempo, por las redes sociales, medios vinculados a la oposici¨®n informaban tambi¨¦n sobre la presencia de Borges en ese pa¨ªs. En realidad no informaban sino que lo denunciaban.
El se?alamiento por duplicado pone de relieve los dilemas que la oposici¨®n venezolana enfrenta luego del envite de las protestas, que se iniciaron a abril para combatir el denominado "autogolpe de Estado" que Maduro habr¨ªa alentado con la disoluci¨®n del parlamento y, luego, para detener la conformaci¨®n de la Constituyente. Cuatro meses m¨¢s tarde, el parlamento sigue bajo un asedio institucional todav¨ªa m¨¢s intenso que entonces, y la Constituyente chavista es un hecho. Si bien la insurrecci¨®n callejera contribuy¨® a hacer m¨¢s evidentes para la comunidad internacional la crisis humanitaria y el colapso democr¨¢tico en Venezuela, las manifestaciones se desinflaron y parecieron perder sentido a partir del 30 de julio, fecha de las elecciones oficiales para la Constituyente de Maduro y que la oposici¨®n hab¨ªa mencionado en tal vez demasiadas ocasiones como un plazo definitivo.
A estas alturas la oposici¨®n enfrenta de nuevo una fuerte amenaza de divisi¨®n. La salida de la exdiputada Mar¨ªa Corina Machado de la MUD es la evidencia m¨¢s clara por ahora de una falla transversal que fractura tanto a la dirigencia y a la base. Si en 2014 las facciones pod¨ªan identificarse como las de los "salidistas" contra los "gradualistas", en la actualidad el elenco incluye a los "¨¦ticos", que niegan cualquier posibilidad de concertaci¨®n con el chavismo que otorgue a este un atisbo de legitimidad o de ox¨ªgeno pol¨ªtico, frente a los "pragm¨¢ticos", dispuestos a seguir el calendario de eventos electorales dise?ado por una institucionalidad revolucionaria a la que se proponen derrotar en su propia ley.
No s¨®lo los bandos ya no se llaman igual; sino que sus integrantes no son los mismos, o se han revuelto. De hecho, una particularidad del cisma en ciernes es que se expresa transversalmente en los partidos. En Primero Justicia, por ejemplo, Julio Borges es un protagonista claro de los intentos persistentes de di¨¢logo con el Gobierno, mientras otro de sus militantes m¨¢s conspicuos, el dos veces excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski, recela de ellos, en especial, si incluyen al expresidente espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero como mediador. Leopoldo L¨®pez, a quien en 2014 se le daba por inmediatista, durante su cautiverio desarroll¨® en los hechos un canal de comunicaci¨®n con Zapatero que ahora, desde su arresto domiciliario, capitaliza mediante la interlocuci¨®n; sin embargo, muchos de los dirigentes de su partido, Voluntad Popular, no lo acompa?an en ese empe?o.
Alternando el palo y la zanahoria, poniendo sobre la mesa -y retir¨¢ndolas por calculado capricho- invitaciones al di¨¢logo y a comicios controlados por su subalterno organismo electoral, el Gobierno atiza con astucia no solo las diferencias internas del liderazgo opositor, sino la brecha entre este y su p¨²blico, con frecuencia ensanchadas por la sospecha de que el archipi¨¦lago de la MUD se desgaje por las ambiciones personales de alg¨²n representante de los 21 movimientos que la integran.
La MUD puede despertar admiraci¨®n o ser vista como un mal necesario, pero no genera entusiasmos o adhesi¨®n. Esa debilidad se pone de manifiesto cuando, ante la incomprensi¨®n de muchos de sus seguidores, la oposici¨®n accede a participar en los terrenos que el oficialismo propone, como las venideras elecciones regionales de octubre, luego de haber mantenido un discurso de abierta desobediencia.
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