El Hotel Trump, nuevo centro de influencia en Washington
Lobistas y conservadores se mezclan con asesores y figuras cercanas al presidente en los pasillos. Ha obtenido dos millones de d¨®lares en beneficios en ocho meses de funcionamiento
Mientras cae el sol una tarde veraniega en Washington, comienza el ajetreo en el imponente Benjamin Bar del vest¨ªbulo del Trump International Hotel. Al son de m¨²sica jazz, entre c¨®cteles y champ¨¢n, hombres con chaquetas entalladas y mujeres engalanadas intercambian saludos. Es la estampa m¨¢s frecuente en el lujoso edificio desde que Donald Trump lleg¨® a la Casa Blanca. Y la demostraci¨®n de porqu¨¦ el negocio ha acumulado ya m¨¢s de dos millones de d¨®lares en beneficios en 2017.
El hotel, localizado en la estrat¨¦gica avenida Pensilvania, a cinco manzanas de la Casa Blanca, se ha convertido en los ¨²ltimos meses en un im¨¢n para muchos conservadores, republicanos y seguidores del presidente de Estados Unidos. Lobistas y empresarios han cambiado los salones del Ritz o el Four Seasons por el hall de los Trump. Sentados en sof¨¢s de terciopelo turquesa o extravagantes butacas doradas, fraguan acuerdos econ¨®micos o merodean los salones con la esperanza de toparse con un asesor de Trump ¡ªmuchos frecuentan el lugar¡ª o, mejor a¨²n, uno de sus hijos, y as¨ª conseguir una v¨ªa de entrada al Despacho Oval.
Desde enero, el Trump International es una extensi¨®n de la Casa Blanca y una parada obligada para quienes en 2016 votaron al republicano. Tambi¨¦n es su ¨²nico refugio en una ciudad donde el 93% del voto fue para la dem¨®crata Hillary Clinton. Patricia Tang, directora de ventas y marketing del hotel, sostiene en una entrevista con este diario que su estrategia para captar clientes ¡°no se enfoca en ning¨²n grupo de personas en particular¡±.
¡°No tenemos nada que ver con la Administraci¨®n Trump. El hotel tiene ¨¦xito por su localizaci¨®n en el centro de la ciudad y por el hist¨®rico edificio que ocupa, as¨ª como el extraordinario servicio que ofrece nuestro equipo¡±, defiende. Pero, desde que Trump, rodeado de su familia, inaugur¨® el hotel de 263 habitaciones como un acto de campa?a el pasado octubre de 2016, el hotel es parte de la nueva pol¨ªtica de la capital.
La empresa del magnate estimaba unas p¨¦rdidas de 2,1 millones en el primer a?o. El proyecto consisti¨® en restaurar con 200 millones de d¨®lares el hist¨®rico inmueble que acog¨ªa la oficina de correos de la capital. Pero con un ingreso medio de 650 d¨®lares por hu¨¦sped ¡ªla tarifa m¨¢s cara de Washington¡ª, el negocio de los Trump ya arrasa. Los beneficios tambi¨¦n derivan de quienes desean cenar en BLT Prime, el ¨²nico restaurante que el presidente ha visitado desde que est¨¢ en la capital, ubicado en una terraza interior que asoma al vest¨ªbulo desde la segunda planta. Muchos degustan un solomillo Kansas City de 566 gramos cortado por la mitad y en su punto, el plato favorito del magnate.
En sus habitaciones han dormido, entre otros, el presidente de Rumania, Klaus Iohannis; el exportavoz de Trump, Anthony Scaramucci, o Steve Mnuchin, el secretario del Tesoro, quien residi¨® en el hotel seis meses. En sus salones, grupos de inter¨¦s, en ocasiones pagados por gobiernos extranjeros, celebran comidas y organizan eventos para seducir o llamar la atenci¨®n de los c¨ªrculos del presidente. Y por sus lounges pasan muchos exasesores del republicano o figuras de la Casa Blanca como Sean Spicer, exportavoz del Ejecutivo, o Corey Lewandowski, exdirector del equipo de campa?a de Trump.
Abogados y dem¨®cratas ya han presentado demandas por el conflicto de intereses que supone para el presidente recibir beneficios de un hotel que lleva su nombre. Pese a que el republicano se deslig¨® de la empresa familiar tras ganar las elecciones, sigue siendo recipiente de sus beneficios. Los problemas son mayores cuando estos provienen de gobiernos extranjeros, algo que es ilegal seg¨²n la Constituci¨®n. Seg¨²n ha prometido el hotel, dichos ingresos ser¨¢n donados al Tesoro a final del a?o.
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