Jos¨¦ Mar¨ªa Pires, primer obispo negro de Brasil

El 27 de agosto falleci¨® a los noventa y ocho a?os, setenta de sacerdocio y sesenta de episcopado, Jos¨¦ Mar¨ªa Pires, el primer obispo negro de Brasil que mantuvo una gran vitalidad intelectual y una intensa actividad teol¨®gica y pastoral hasta el final. Pertenec¨ªa a la generaci¨®n de los grandes obispos latinoamericanos de la liberaci¨®n: Helder C¨¢mara, Paulo Evaristo Arns, Pedro Casald¨¢liga, Tom¨¢s Balduino, Aloisius Lorscheider, Antonio Fragoso, Manuel Larra¨ªn, Le¨®nidas Proa?o, Sergio M¨¦ndez Arceo, Samuel Ruiz, Gerardo Oviedo Valencia, Oscar Arnulfo Romero, Enrique Angelelli, Juan Jos¨¦ Gerardi y otros, a quienes Jos¨¦ Combl¨ªn llama ¡°los Santos Padres de Am¨¦rica Latina¡±.

Ellos inauguraron un nuevo paradigma de Iglesia ubicada en la realidad latinoamericana: la Iglesia de los pobres, y una nueva manera de ser obispos m¨¢s all¨¢ de la sola administraci¨®n local y de la Iglesia local. Se caracterizaron por la libertad de pensamiento y de acci¨®n frente a los censores eclesi¨¢sticos, la denuncia prof¨¦tica de la opresi¨®n pol¨ªtica y de la explotaci¨®n econ¨®mica, la persecuci¨®n por parte de los poderes pol¨ªticos, militares e incluso religiosos ¨CEl vaticano actu¨® con ellos como un verdadero detective-, la opci¨®n por las personas y los colectivos excluidos, el ecumenismo entendido como trabajo en com¨²n con otras iglesias y religiones en la lucha por la justicia, la defensa de los derechos humanos de las comunidades marginadas: negras, ind¨ªgenas, campesinas, y la colaboraci¨®n con los movimientos sociales.

Jos¨¦ Mar¨ªa Pires, llamado cari?osamente ¡°Dom Pel¨¦¡±, destac¨® por su lucha contra el racismo instalado en la sociedad y la Iglesia brasile?as, el reconocimiento de los derechos del campesinado y de las comunidades afrodescendientes de Brasil. Ejemplo de su compromiso con dichas comunidades es su libro La cultura religiosa afrobrasile?a y su impacto en la cultura universitaria. Fue amigo de Helder C¨¢mara, a quien consideraba maestro y con quien mantuvo una relaci¨®n de complicidad en la lucha contra la injusticia, la denuncia de la dictadura militar y la afirmaci¨®n de la dignidad de las mayor¨ªas populares. Eran llamados los ¡°obispos rojos¡±.

Ordenado obispo en 1957, particip¨® en el Concilio Vaticano II celebrado en Roma de 1962 a 1965 y puso en pr¨¢ctica la reforma conciliar en su di¨®cesis de Paraiba, de donde fue arzobispo treinta a?os. Fue uno de los cuarenta obispos participantes en la reuni¨®n semi-clandestina que tuvo lugar en la Catacumba de Santa Domitila el 16 de noviembre de 1965. En dicho encuentro firmaron el ¡°Pacto de las Catacumbas¡±, al que posteriormente de adhirieron m¨¢s de quinientos obispos. En ¨¦l se compromet¨ªan a renunciar a todo boato y a vivir pobremente, a renunciar a los s¨ªmbolos de poder y a los privilegios y a utilizar signos evang¨¦licos, a dar protagonismo a los laicos, a transformar las obras de ¡°beneficencia¡± en obras sociales basadas en la justicia y a situar a los pobres en el centro de su actividad pastoral. Era la ejemplificaci¨®n de la Iglesia de los pobres que defendi¨® en Juan XXIII, pero no logr¨® prosperar en el Concilio, el anticipo del cristianismo liberador que germin¨® en Am¨¦rica Latina a trav¨¦s de las comunidades eclesiales de base con el apoyo del episcopado latinoamericano en la Asamblea de Medell¨ªn (Colombia) en 1968 y el germen de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n.

En 2013, ya nonagenario y con plena lucidez, firm¨®, junto con sus colegas los obispos brasile?os Pedro Casald¨¢liga y Tom¨¢s Balduino, la Carta al Episcopado de Brasil en la que denuncian el secuestro del pueblo de Dios por el clericalismo, critican la estructura mon¨¢rquica centralizada de la Iglesia, defienden la necesidad de des-occidentalizar el cristianismo como condici¨®n necesaria para que sea realmente universal, comparten la propuesta del papa Francisco de una Iglesia de salida a las periferias, se comprometen a hacer la caminada junto a los pobres, retoman la m¨ªstica y la espiritualidad del ?xodo, apoyan la organizaci¨®n sinodal y participativa eclesial, reivindican los plenos derechos de las mujeres y apuestan por un nuevo Pacto de las Catacumbas. La firma de la Carta por monse?or Pires es su mejor Testamento.

Juan Jos¨¦ Tamayo es director de la C¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Teolog¨ªas del Sur. El giro descolonizador, que acaba de publicar la Editorial Trotta.