Mar¨ªa, la galleta, se pone a dieta
Hay ¡®mar¨ªas¡¯ con el doble de grasas que otras, pero eso se va a acabar en Portugal
Nada parecen tener en com¨²n un escoc¨¦s con su kilt a cuadros y un indio con su blanco dhoti, pero algo tienen: la humilde galleta Mar¨ªa. En las tiendas de sus pa¨ªses y en las de casi todo el mundo se encuentra tan universal producto. El problema es que las mar¨ªas son iguales de nombre, pero absolutamente diferentes de cuerpo. Y en Portugal quieren acabar con el desbarajuste.
Siempre con curvas, pero unas morenazas y otras tirando a paliduchas, unas regordetas y otras anor¨¦xicas, el Instituto Nacional de Salud Ricardo Jorge ha ido m¨¢s all¨¢ del aspecto externo de las mar¨ªas portuguesas y ha analizado el interior. Su sorpresa ha sido encontrarse que unas mar¨ªas tienen el doble de grasa que otras sin aparente motivo. El instituto, preocupado por la creciente obesidad de los ni?os y de la poblaci¨®n en general, ha remitido al Gobierno su recomendaci¨®n de que legisle sobre la grasa m¨¢xima que debe tener una mar¨ªa.
Los investigadores se fueron al supermercado y escogieron varias marcas de galletas Mar¨ªa, con gluten y sin ¨¦l, con az¨²car sin ella, pero al final comprobaron que el mismo producto tiene unas diferencias diet¨¦ticas abismales, que algunos fabricantes emplean el doble de sal y de grasas saturadas ¡ªque aumentan los riesgos cardiovasculares de las personas¡ª para acabar vendiendo una mar¨ªa. En su estudio con siete marcas, la proporci¨®n de grasa encontrada iba de los 8,73 gramos por cada 100 a los 19,5 gramos.
El INS advierte al Gobierno de que es posible producir la misma mar¨ªa con mejor calidad nutritiva y le pide que ¡°establezca metas que permitan la reformulaci¨®n gradual de estos alimentos¡±.
La recomendaci¨®n no caer¨¢ en saco roto, pues el Gobierno ha emprendido una lucha contra los malos h¨¢bitos alimenticios, por peque?a que parezca. Empez¨® por recomendar a la restauraci¨®n reducir el az¨²car incluido en los sobrecitos del caf¨¦ de 8 a 5 gramos; a principios de a?o, aument¨® los impuestos sobre los refrescos con az¨²car (su consumo ha ca¨ªdo un 25%) y este curso escolar comienza con m¨¢quinas expendedoras de comida, en las que faltan los art¨ªculos con excesos de calor¨ªas, de sal o de az¨²car; adem¨¢s, en todos los comedores p¨²blicos de hospitales y organismos oficiales es obligatorio incluir una opci¨®n de men¨² vegetariano.
As¨ª que m¨¢s pronto que tarde la m¨ªtica galleta ¡ªcreada por una pasteler¨ªa londinense en 1874 para la boda de Alfredo I, hijo de la reina Victoria, con Maria Aleksandrovna, hija del zar de Rusia¡ª, se va a poner a dieta; al menos mar¨ªa la portuguesa.
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