EE UU retira a la mayor parte de su personal en Cuba tras una serie de ataques misteriosos
La Administracion tambi¨¦n previene a los estadounidenses de los riesgos de viajar a la isla. Una veintena de diplom¨¢ticos y familiares ha enfermado en circunstancias sin aclarar
La reapertura de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, aquel paso hist¨®rico de julio de 2015, gran s¨ªmbolo del acercamiento entre dos viejos enemigos, es hoy por hoy la historia de un fracaso. El Departamento de Estado ha decidido retirar de la legaci¨®n a todo el personal no esencial y sus familias despu¨¦s de una serie de misteriosos ataques, supuestamente de origen s¨®nico, que han afectado a 21 diplom¨¢ticos, en algunos casos de forma muy grave, llegando a causar traumatismos cerebrales o p¨¦rdida de la audici¨®n. Seg¨²n Associated Press, se marchar¨¢ el 60% del personal. Los funcionarios que permanzcan en la isla tambi¨¦n dejar¨¢n de expedir visados.
"El problema en Cuba, hemos tenido un problema realmente grande en Cuba, tendremos algo que decir sobre eso bastante pronto", dijo el presidente, Donald Trump, a la prensa. "Han hecho algunas cosas malas en Cuba. Algunas cosas muy malas", se limit¨® a a?adir el presidente al ser preguntado sobre si planea tomar alguna medida adicional.
El caso contiene los ingredientes propios de las crisis de la Guerra Fr¨ªa, con misterio, esp¨ªas y ataques soterrados. Entre noviembre de 2016 y primavera de 2017, diplom¨¢ticos estadounidenses y canadienses comenzaron a sufrir las consecuencias de lo que se cree que fueron ataques ac¨²sticos de origen desconocido junto con sus familias, alojadas mayoritariamente en viviendas provistas por el Gobierno cubano, aunque un caso sucedi¨® en un hotel. Los mareos, dolores de cabeza y problemas de visi¨®n fueron algunos de los primeros s¨ªntomas.
Estados Unidos se ha cuidado mucho de acusar directamente a Cuba, pero se est¨¢ planteando el cierre de la legaci¨®n. De momento, va a replegar velas y, adem¨¢s, ha alertado de de los peligros a los turistas estadounidenses, aunque el Gobierno asegura que ning¨²n ciudadano estadounidense m¨¢s all¨¢ de los 21 diplom¨¢ticos ha sufrido da?os. El Gobierno cubano juzg¨® como "precipitada" la decisi¨®n y reafirm¨® la voluntad de su gobierno de continuar "la cooperaci¨®n activa entre las autoridades de ambos pa¨ªses".
La decisi¨®n, confirmada este viernes, trasciende tres d¨ªas despu¨¦s de la reuni¨®n que el jefe de la Diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, mantuvo en Washington con el ministro de Exteriores cubano, Bruno Eduardo Rodr¨ªguez Padilla, y que, a la vista de los resultados, no sirvi¨® para tranquilizar al Tillerson sobre la seguridad de su personal all¨ª desplazado. El Departamento de Estado dijo en un comunicado que Tillerson expres¨® en el ecuentro "la gravedad de la situaci¨®n" e insisti¨® a las autoridades cubanas en "su obligaci¨®n de proteger al personal de la embajada y a sus familias".
La reapertura de las respectivas embajadas -Cuba tambi¨¦n puso en marcha la suya en Washington- buscaba normalizar las relaciones entre ambos pa¨ªses 54 a?os despu¨¦s de que se cerraran las legaciones, el 3 de enero de 1961. Fue el resultado m¨¢s tangible del deshielo iniciado a finales de 2014 por el expresidente de Estados Unidos Barack Obama y Ra¨²l Castro. Pero la falta de avances democr¨¢ticos y reformas en Cuba junto con el cambio de mandatario en la Casa Blanca -Donald Trump dej¨® claro que deshar¨ªa buena parte del camino- han dejado este acercamiento en v¨ªa muerta. En estos meses se ha celebrado alguna reuni¨®n con el fin de buscar v¨ªas de colaboraci¨®n en seguridad o justicia, pero no han pasado de lo vago.
Siguen las relaciones diplom¨¢ticas
Ahora, el episodio de los ataques suma una nueva y extraordinaria dificultad. El ministro de Exteriores cubano que se vio con Tillerson calific¨® de "lamentable" que, seg¨²n sus declaraciones recigodas por Efe, "se politizara un asunto de esta naturaleza y que se tomen decisiones apresuradas y sin sustento en evidencias y resultados de la investigaci¨®n concluyentes".
Porque, despu¨¦s de meses de misterio, a¨²n no se ha podido identificar el origen de unos da?os que por alguna raz¨®n se ceban en diplom¨¢itcos estadounidenses y sus familias. Cuba permiti¨® que agentes del FBI pudieran investigar los hechos in situ, person¨¢ndose en los hogares de las familias afectadas, pero tampoco han sacado conclusiones m¨¢s all¨¢ de la hip¨®tesis del ataque s¨®nico.
Fuentes de la investigaci¨®n citadas por la prensa estadounidense en los ¨²ltimos d¨ªas consideran que puede tratarse de una agresi¨®n llevada a cabo con alg¨²n aparato de infrasonidos -es decir, que emite unas ondas no audibles- o de ultrasonidos, ya que algunas v¨ªctimas s¨ª afirman haber o¨ªdo sonidos extra?os. Otra opci¨®n que se baraja es el uso de un arma electromagn¨¦tica.
La investigaci¨®n tambi¨¦n apunta a que los responsables del ataque tengan que ver con agentes contrarios al acercamientos entre los pa¨ªses o tradicionales rivales de Estados Unidos -Rusia, Ir¨¢n o Corea del Norte-. El problema con Cuba es, de todos modos, un hecho,? ya que, aun en el caso de que Washington no piense que el castrismo est¨¦ directamente detr¨¢s de este asunto, s¨ª se demuestra que su personal all¨ª desplegado cuenta con las garant¨ªas de seguridad necesarias.
En un comunicado, Tillerson se?al¨® que la retirada de personal persigue garantizar su seguridad, pero que siguen las relaciones diplom¨¢ticas con Cuba. Estados Unidos no ha decidido de momento penalizar a Cuba por los ataques sufridos, algo muy criticado por el senador de Florida Marco Rubio, conocido por su duro discurso anticastrista. "Es una verg¨¹enza que el Departamento de Estado retire a la mayor¨ªa del personal de la Embajada de Cuba pero Castro pueda mantener cuantos quieras en Estados Unidos", escribi¨® en la red social Twitter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.