Estados Unidos sopesa cerrar su embajada en Cuba por el misterioso caso de los ataques s¨®nicos
El secretario de Estado Rex Tillerson califica lo ocurrido de "muy grave"
Un misterio de novela de esp¨ªas ha puesto de nuevo en peligro las delicadas relaciones entre EE UU y Cuba. Los problemas de salud sufridos por 21 diplom¨¢ticos americanos y cinco canadienses por causas desconocidas ¨Catribuidos a un supuesto ataque s¨®nico pero sin resultados concluyentes a¨²n en la investigaci¨®n liderada por el FBI¨C han llevado a la Casa Blanca a sopesar incluso la posibilidad de cerrar su embajada en La Habana, reabierta en el verano de 2015 tras m¨¢s de medio siglo de antagonismo diplom¨¢tico. "Lo tenemos bajo evaluaci¨®n"; ha dicho Rex Tillerson.
El secretario de Estado entreabri¨® la puerta a esta dr¨¢stica decisi¨®n este domingo en una entrevista en televisi¨®n. Tillerson calific¨® el asunto de "muy grave". El viernes cinco senadores republicanos, entre ellos el poderoso cubanoamericano con potencial presidencial Marco Rubio, enviaron una carta al Departamento de Estado en la que urg¨ªan a exigir a Cuba una explicaci¨®n de lo ocurrido y propon¨ªan clausurar la legaci¨®n si el gobierno de la isla no aclaraba lo sucedido con premura.
Washington de momento no ha culpado de nada a La Habana y el presidente Donald Trump no se ha manifestado al respecto, un hecho llamativo dada su tendencia a entrar al trapo de las controversias y a su aversi¨®n al r¨¦gimen cubano. En junio el mandatario anunci¨® una reversi¨®n parcial ¨Ctodav¨ªa por concretarse sobre el papel¨C de la pol¨ªtica de acercamiento a La Habana de Obama.
Cuba ha aseverado que no tiene nada que ver con los supuestos ataques. La inteligencia cubana est¨¢ colaborando con el FBI y la Real Polic¨ªa Montada de Canad¨¢ en la investigaci¨®n y el presidente Ra¨²l Castro se ha reunido con el jefe de la diplomacia de EE UU en Cuba, Jeffrey DeLaurentis, para darle su palabra de que los suyos son inocentes. Los analistas coinciden en que es inveros¨ªmil pensar que los altos mandos cubanos hayan decidido atacar a la diplomacia estadounidense cuando desde 2014 est¨¢n inmersos en un proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales. El turismo y el potencial inversor de EE UU son claves para el desarrollo econ¨®mico de la isla.
Tillerson se ha referido al enigm¨¢tico caso con la palabra "incidentes". El Departamento de Estado ha empleado el t¨¦rmino "ataques a la salud". Todo es vago porque el FBI es incapaz de averiguar qu¨¦ pas¨®. Los hechos tuvieron lugar, salteados, entre noviembre de 2016 y primavera de 2017 en las residencias de funcionarios estadounidenses y canadienses, provistas por el Gobierno cubano, y un caso se dio en el hotel Capri de La Habana. El personal afectado y sus familias fueron trasladados de vuelta a sus pa¨ªses. Entre los estadounidenses se han registrado da?os en el sistema nervioso, lesiones auditivas, lagunas de vocabulario y otros s¨ªntomas como mareos o n¨¢useas.
La principal hip¨®tesis ha sido hasta ahora la del ataque s¨®nico. De acuerdo con las fuentes de la investigaci¨®n citadas por medios americanos, se baraja que se haya podido tratar de una agresi¨®n con alg¨²n aparato de infrasonidos ¨Condas por debajo del espectro audible¨C pero tambi¨¦n se ha contemplado la opci¨®n de que fueran ultrasonidos ¨Cpor encima de lo audible¨C. Algunas v¨ªctimas han asegurado que oyeron sonidos extra?os. Tambi¨¦n se menciona la posibilidad de que se haya empleado un arma electromagn¨¦tica. Pero a estas alturas no se sabe lo que ocurri¨® ni qui¨¦n es culpable.
Sobre los responsables, se maneja la hip¨®tesis de que haya podido ser una facci¨®n de la inteligencia cubana contraria al acercamiento a EE UU o un tercer pa¨ªs rival de EE UU ¨Cse mencionan Rusia, Ir¨¢n y Corea del Norte¨C por su cuenta o aliado a tales agentes boicoteadores del r¨¦gimen.
El exanalista de la CIA especializado en Cuba Brian Latell afirma: "Nunca hab¨ªa visto nada igual y no soy capaz de explic¨¢rmelo. Una posibilidad es que fuera una operaci¨®n de inteligencia cubana que sali¨® mal, y otra que est¨¦n detr¨¢s elementos que quisieran hacer descarrilar el proceso con Washington. En caso de que se tratara de esto ¨²ltimo supongo que el Gobierno cubano tendr¨¢ que encargarse de ellos, pero si fuera as¨ª y lo hacen nunca se har¨¢ p¨²blico y nunca nos enteraremos", razona el profesor e investigador de la Florida International University (FIU). William LeoGrande, experto en asuntos cubanos de la American University de Washington, subraya que el caso no tiene precedentes, que Cuba jam¨¢s pas¨® de "hostigar sin da?os" al personal americano en la isla y apuesta por un desenlace similar: "Probablemente no sabremos qui¨¦n, por qu¨¦ ni c¨®mo lo hizo".
Pese a este turbulento episodio sin resolver ¨Cque en mayo llev¨® a la expulsi¨®n de dos diplom¨¢ticos cubanos de EE UU como represalia¨C y a la declaraci¨®n de hostilidad en junio de Trump hacia La Habana, las relaciones impulsadas por la administraci¨®n de Obama prosiguen. El viernes funcionarios de ambos pa¨ªses se reunieron en Washington para tratar la colaboraci¨®n bilateral en materia de seguridad, justicia y combate al crimen organizado. "La reuni¨®n transcurri¨® en un clima de respeto y profesionalidad", resume la nota de Granma, ¨®rgano de prensa del Partido Comunista de Cuba.
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