Liberia afronta el reto de la primera transici¨®n democr¨¢tica en 70 a?os
El exfutbolista George Weah disputa la presidencia a un exl¨ªder guerrillero
Todos recuerdan la guerra. Y tambi¨¦n el camino que ha recorrido Liberia. Hace 73 a?os que el pa¨ªs no conoce un cambio de poder pac¨ªfico y de los tres presidentes anteriores, dos fueron asesinados (William Tolbert y Samuel Kanyon Doe) y el tercero, Charles Taylor, est¨¢ en la c¨¢rcel por cr¨ªmenes de guerra.
Ahora, la peque?a naci¨®n oeste africana ba?ada por las bellas y feroces olas del Atl¨¢ntico, se prepara para el reto electoral. Tras 14 a?os de paz bajo la presidencia de Ellen Johnson Sirleaf, y a¨²n con las im¨¢genes de las atrocidades del conflicto frescas en la memoria, los liberianos deben elegir su nuevo l¨ªder entre 20 candidatos.
La quiniela de favoritos se dibuja en una paleta muy heterog¨¦nea en la que encontramos al c¨¦lebre y popular exfutbolista George Weah, al exvicepresidente ejecutivo de Coca Cola, Alexander Cummings o al actual vicepresidente del pa¨ªs, Joseph Nyumah Boakai, quien, a pesar de ser la opci¨®n del partido actualmente al poder, no cuenta con el apoyo de la presidenta. Pero tambi¨¦n est¨¢ el exjefe de guerra Prince Johnson, el hombre que, delante de las c¨¢maras, tortur¨® y asesin¨® al primer presidente ¡°aut¨®ctono¡± que ha tenido Liberia.
Liberia fue el primer Estado en conseguir la independencia en ?frica, en 1847, aunque su autonom¨ªa fue muy relativa. Fundado por esclavos liberados de EE UU, con una Constituci¨®n calcada de la estadounidense y adoptando el nombre del presidente James Monroe para bautizar la capital, Monrovia, los ¡°am¨¦rico-liberianos¡± ¡ªllamados congos¡ª se convirtieron en la ¨¦lite y gobernaron represivamente durante casi siglo y medio, a pesar de que solo representaban al 5% de la poblaci¨®n. Hasta que, en 1980, un grupo de militares aut¨®ctonos liderados por Doe dieron un golpe de Estado y se instalaron en el poder.
La divisi¨®n entre los aut¨®ctonos y los Congos, aunque diluida, sigue existiendo. El concepto se ha extendido a una acepci¨®n de clase m¨¢s que de procedencia. As¨ª, ya no son solo lo apellidos de tinte americano ni los or¨ªgenes lo que marcan la etiqueta, sino el hecho de entrar en el reducido entorno de la ¨¦lite.
El reto de las elecciones se presenta ante los liberianos como una oportunidad para el cambio, como se repite en la calle. Con una generaci¨®n de ni?os que fueron soldados y ahora son adultos, con un exguerrillero aspirando a presidente y con el fantasma de Charles Taylor sobrevolando ¡ªGeorge Weah ha elegido a la exesposa de Taylor como su apuesta a la vicepresidencia y el mismo Taylor ha tenido contacto con Weah¡ª, el pasado insiste en hacer acto de presencia, ante una poblaci¨®n con secuelas que no quiere volver atr¨¢s.
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