?msterdam frena las tiendas tur¨ªsticas en el casco hist¨®rico
El consistorio proh¨ªbe la apertura de m¨¢s puntos de venta de dulces, helados y recuerdos en la zona de los canales y sus alrededores
Poco conocido fuera de Holanda por su c¨®digo postal, 1012, el casco antiguo de ?msterdam se ha llenado en los ¨²ltimos a?os de tiendas dedicadas al turismo. La venta de recuerdos, entradas para dar paseos en barco por los canales, helados, dulces y quesos t¨ªpicos ha desplazado a otros comercios tradicionales, ya fueran pasteler¨ªas, papeler¨ªas o artesanos varios. Temeroso de que el barrio perdiera por completo su car¨¢cter, el consistorio ha prohibido la apertura de nuevos puestos centrados en el servicio tur¨ªstico. La medida tiene efectos inmediatos y ha sido tomada por sorpresa. Tras calcular que los actuales 14 millones de pernoctaciones anuales en la ciudad ¡ª18 millones sumando las camas de Airbnb¡ª pueden llegar a 23 millones en 2025, la concejal¨ªa de Econom¨ªa orden¨® el cierre comercial en una sesi¨®n a puerta cerrada.
El gesto es ins¨®lito, y ha sido aprobado tambi¨¦n por la alcaldesa accidental porque el titular, el socialdem¨®crata Eberhard van der Laan, acaba de fallecer. Pero el secretismo respond¨ªa al deseo de evitar que los empresarios que han tomado el centro hist¨®rico pudieran abrir nuevos negocios similares a los descartados. En 2012, por ejemplo, hab¨ªa en ?msterdam una treintena de helader¨ªas. Ahora rozan el centenar, seg¨²n c¨¢lculos municipales. Sin embargo, tal vez la venta de boller¨ªa con Nutella, la crema de chocolate y avellanas, simbolice la proliferaci¨®n de puestos tur¨ªsticos. Bajo un nombre ingenioso: IceBakery, se ofrecen tambi¨¦n helados. Muy cal¨®ricos, ambos productos tienen gran ¨¦xito debido al desgaste propio de las caminatas del turista que recorre durante horas calles y canales a ritmo de paseante.
El ayuntamiento no ha pretendido se?alar a su due?o y promotor, Roberto Fava, un holand¨¦s de 47 a?os y origen italiano cuyos padres fundaron en 1968 una helader¨ªa en la capital. Pero ¨¦l s¨ª representa el crecimiento vertiginoso del comercio tur¨ªstico. En 2014, y con ayuda de un inversor egipcio, abri¨® su primera IceBakery. Seg¨²n ha relatado a Het Parool, el diario local, ¡°en un d¨ªa ganamos 4.000 euros limpios¡±. Al mismo medio reconoci¨® luego que con una tienda por la que paga 100.000 euros de alquiler anuales, ¡°nuestro volumen de ventas es de 1,3 millones de euros al a?o¡±. La prohibici¨®n le parece bien porque ya posee 11 establecimientos as¨ª en ?msterdam, adem¨¢s de otros 16, entre restaurantes y venta de d¨®nuts. Como no tiene que cerrarlos, busca ahora nuevos horizontes en otras ciudades.
La actual ofensiva municipal incluye 40 calles cercanas al centro hist¨®rico, y varios expertos en Derecho Administrativo ya han advertido de que decidir el tipo de tiendas, y de clientes, es una novedad. El consistorio de ?msterdam est¨¢ preparado para recibir quejas, pero sus portavoces est¨¢n tranquilos. Entre otras cosas, porque ya no se puede abrir nuevos hoteles en varios puntos de la ciudad y los buses cargados de turistas tampoco son bienvenidos en el centro. Y algo que se notar¨¢ en breve: desde el 1 de octubre, los propietarios de un piso que pretendan alquilarlo a trav¨¦s de Airbnb ¡ª60 d¨ªas al a?o como m¨¢ximo¡ª deben comunicarlo antes a las autoridades locales.
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