El abrazo del oso a Messi
El manejo del f¨²tbol argentino es una historia de sindicatos, empresas de juego y poder pol¨ªtico, mucho poder pol¨ªtico
Lionel Messi acababa de salvar a la selecci¨®n argentina de quedarse fuera del Mundial de Rusia con tres goles maravillosos e hist¨®ricos.
El pa¨ªs entero viv¨ªa un momento de desahogo, luego de semanas de angustia.
Y apenas el crack lleg¨® al vestuario se confundi¨® en un largo abrazo con una persona que, fuera de la Argentina, es pr¨¢cticamente desconocida.
La pol¨ªtica y el f¨²tbol siempre estuvieron relacionadas y, en la Argentina, cada vez m¨¢s. De hecho, el presidente Mauricio Macri inici¨® su carrera pol¨ªtica en la presidencia del club Boca Juniors, el m¨¢s popular del pa¨ªs. La historia del hombre que abraz¨® a Messi en el vestuario es todo un retrato de una parte muy relevante del poder argentino.
El nombre del se?or es Claudio Tapia, aunque todo el mundo lo conoce como Chiqui. Desde hace unos meses es el presidente de la Asociaci¨®n de Futbol Argentino (AFA) y su protagonismo es una muestra fant¨¢stica de la movilidad social que existe en la Argentina, o al menos de una de sus v¨ªas. Porque el Chiqui, hace mucho tiempo, fue recolector de basura, barrendero, o sea, ejerci¨® uno de los trabajos m¨¢s duros que existen.
Los recolectores de basura en la Argentina est¨¢n encuadrados en el sindicato de camioneros. Tapia fue elegido delegado de los camioneros por sus compa?eros. Y desde all¨ª empez¨® a crecer en la estructura hasta acercarse a altos niveles de conducci¨®n. En ese periplo se enamor¨® de Paola Moyano, su actual mujer. Paola es, nada m¨¢s y nada menos, que la hija de Hugo Moyano, el jefe de ese sindicato y el gremialista m¨¢s poderoso de la Argentina. Sin esa historia de amor, sin la familia a la que ingres¨® gracias a ella, no se podr¨ªa entender qu¨¦ hac¨ªa ese hombre abrazando al mejor jugador de f¨²tbol de la historia.
Hugo Moyano, el suegro del Chiqui Tapia, es una de las personalidades m¨¢s controvertidas e interesantes de la Argentina. Como su yerno, empez¨® bien de abajo, como empleado de una empresa de mudanzas llamada Verga Hermanos. Eso dio origen a varios chistes obvios y no siempre de buen gusto. Varias veces, Moyano confes¨® su admiraci¨®n por Jimmy Hoffa, el m¨ªtico jefe del sindicato de camioneros norteamericano. Esa referencia sirvi¨® para que sus enemigos lo calificaran como un mafioso.
Moyano gan¨® prestigio en la d¨¦cada de los 90. Cuando la mayor¨ªa de los sindicatos se somet¨ªan mansitos al liderazgo del presidente Carlos Menem, que impon¨ªa menores derechos para los trabajadores, Moyano resisti¨® con coraje. Eso le permiti¨® ser un referente de la resistencia y, cuando el poder cambi¨® de orientaci¨®n, el expresidente N¨¦stor Kirchner lo eligi¨® como su sindicalista preferido. As¨ª lleg¨® a la jefatura de todo el sindicalismo y a disponer de fondos infinitos. La luna de miel terminar¨ªa con la muerte de Kirchner: Moyano romper¨ªa con su viuda, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, y paulatinamente se acercar¨ªa a Macri.
Quienes quieren a Moyano sostienen que defiende a sus trabajadores como nadie. Y es cierto. Los camioneros lo aman. Quienes lo resisten, destacan el imperio econ¨®mico que construy¨®, no siempre con una ejemplar transparencia, donde se mezclan empresas constructoras, de salud, de seguridad, o se?alan las conductas violentas de algunos miembros de su entorno. Moyano es el nombre de un sistema de poder sindical, econ¨®mico y, adem¨¢s, es un hombre temido.
Tiene un hijo diputado que es tapa de las revistas del coraz¨®n por su romance con una top model, un yerno que preside el f¨²tbol, otro hijo de modales ¨¢speros que controla personalmente el sindicato. Su mujer conduce varias empresas. El hijo de su mujer empieza a aparecer tambi¨¦n en las revistas como una especie de modelo sui g¨¦neris.
Y la historia se completa con el f¨²tbol. Respaldado en el poder econ¨®mico de su organizaci¨®n, Moyano se qued¨® con el club Independiente, uno de los m¨¢s grandes del pa¨ªs. El Chiqui Tapia, gracias a su inserci¨®n en el poder moyanista, presidi¨® un club peque?o, desde el cual forj¨® una alianza con muchos dirigentes como ¨¦l. Su otro hijo maneja un club en Mar del Plata, la ciudad de la cual surgieron.
Desde esa plataforma, Tapia ¡ªo sea, la familia Moyano¡ª aprovech¨® dos transiciones. Por un lado, hab¨ªa fallecido Julio Grondona, el mandam¨¢s hist¨®rico del f¨²tbol del pa¨ªs durante 30 a?os, muerto a tiempo porque de lo contrario hubiera terminado involucrado en el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de la FIFA, de la que era su vicepresidente. Grondona no hab¨ªa dejado heredero. Por otro lado, Mauricio Macri, fugazmente aliado de Moyano, acababa de llegar al poder.
Moyano quiso ser presidente de la AFA. Macri lo vet¨®. Entonces Moyano ech¨® a correr la candidatura de su yerno. Para conseguir el objetivo, se ali¨® con el hombre del presidente en el f¨²tbol: un poderoso empresario del juego llamado Daniel Angelici, que sucedi¨® a Macri en la presidencia de Boca Juniors. As¨ª las cosas, el yerno del sindicalista m¨¢s poderoso y el due?o de los casinos se quedaron con el f¨²tbol de la Argentina.
Entre tantos dimes y diretes, a la selecci¨®n le cambiaban el t¨¦cnico cada dos por tres, los jugadores no se entend¨ªan entre s¨ª, la suerte no acompa?aba, y casi nos quedamos sin Mundial.
Ese abrazo tan fuerte con Messi refleja la angustia contenida de ambos.
Pero todo lo anterior qued¨® en el olvido. Eso tienen los goles tan incre¨ªbles de ese muchacho ¨²nico. A cualquiera le hace olvidar de todo lo dem¨¢s.
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