El peronismo, gran referente durante 70 a?os, queda desarmado y dividido
Kirchner, pese a su derrota, quiere ser la jefa de la oposici¨®n en Argentina y no hay nadie con fuerza para disputarse ese puesto
Mauricio Macri no solo est¨¢ haciendo historia por ser el primer presidente no peronista ni radical en 100 a?os. Tampoco por ser el ¨²nico no peronista que terminar¨¢ su mandato desde 1928. Algunos empiezan a pensar que el l¨ªder del PRO puede ser, de forma completamente imprevista, el hombre que entierre al peronismo como eje de la pol¨ªtica argentina en los ¨²ltimos 70 a?os. Sin liderazgo, con todos sus referentes derrotados, dividido, el otrora movimiento hegem¨®nico no sabe c¨®mo hacer para reinventarse de nuevo y volver al poder.
Algunos peronistas esperaban la derrota de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner para arrinconarla y arrebatarle el liderazgo del peronismo, un movimiento que puede ser de izquierdas, de derechas o de centro sin problemas, pero no soporta no mandar porque fue creado desde y para el poder por el general Juan Domingo Per¨®n en 1945. Pero el resultado es tan demoledor para la oposici¨®n en todo el pa¨ªs que esos que esperaban ver pasar el cad¨¢ver de Cristina sufrieron una derrota incluso m¨¢s dura que ella.
Es el caso de Juan Manuel Urtubey, el gobernador de Salta, que lo ten¨ªa todo para aspirar a liderar el peronismo ¨Cbuena relaci¨®n con los medios de Buenos Aires, buena imagen social acrecentada por su matrimonio con la actriz Isabel Macedo, apoyo de la Iglesia, respaldo del empresariado, buena relaci¨®n con el Gobierno, contactos con EE UU- pero perdi¨® lo m¨¢s importante: los votos. La derrota en su provincia provoc¨® la dimisi¨®n de todo su Gobierno. Ahora intentar¨¢ rehacerse, pero no ser¨¢ f¨¢cil despu¨¦s de un mazazo de este calibre.
Primer d¨ªa, primera subida: aumenta 10% el combustible
En la madrugada del lunes, mientras Macri celebraba su triunfo arrollador en las legislativas, los empleados de las estaciones de gasolina tuvieron un trabajo extra: cambiaron las pizarras de precios con una subida del 10%. Los argentinos pagan desde ayer el litro de combustible 1,24 d¨®lares, contra los 0,92 centavos que pagaban en 2015. Esta subida fue la primera de una serie que se completar¨¢ en noviembre con un nuevo aumento de las tarifas de luz y gas. Los servicios p¨²blicos subieron dos veces durante los ¨²ltimos 22 meses, en algunos casos hasta un 1.000%, a medida que el Gobierno decidi¨® retirarles los subsidios que mantuvieron los precios muy bajos durante el kirchnerismo.
Buenos Aires es la m¨¢s cara de las grandes ciudades latinoamericanas y sigue subiendo, con precios por encima de Europa en productos b¨¢sicos como los alimentos o la ropa. Estas subidas sin embargo no tienen coste para el Gobierno, como se vio en las elecciones. Tampoco lo tuvo el hallazgo del cad¨¢ver de Santiago Maldonado, el hombre desaparecido el 1 de agosto que, seg¨²n los datos de la autopsia, se ahog¨® mientras era perseguido por la polic¨ªa en plena Patagonia.
Otro al que le pas¨® algo parecido es el gobernador de C¨®rdoba, Juan Schiaretti, que aspiraba tambi¨¦n al liderazgo de un peronismo moderado y de centro opuesto a Fern¨¢ndez de Kirchner. Tambi¨¦n sufri¨® una derrota esplendorosa que le inhabilita de momento como aspirante a desplazar a la expresidenta. Entre los candidatos a ese trono solo Sergio U?ac, el gobernador de San Juan, gan¨® en su provincia. Pero ni es un feudo relevante ni ¨¦l tiene suficiente tir¨®n como para disputar de igual a igual con Kirchner. Sergio Massa, gran favorito hace pocos a?os para las presidenciales, se hundi¨® al 11% de la provincia de Buenos Aires, su feudo. Nadie sale indemne de esta ola macrista que arrasa con todos. Dentro de la oposici¨®n solo la izquierda trotskista, con un 5% in¨¦dito en Buenos Aires, ten¨ªa algo que celebrar.
El escenario es el ideal para Macri: Kirchner fue derrotada, pero no quiere irse. No tiene fuerza suficiente para poner en riesgo el poder del presidente, y todo indica que tendr¨ªa muy dif¨ªcil ganarle en 2019 por el rechazo que genera, pero tiene suficiente apoyo como para impedir cualquier liderazgo alternativo en la oposici¨®n.
Ella lo dej¨® muy claro en la noche electoral. La expresidenta ha construido una formaci¨®n propia al margen del Partido Justicialista, llamada Unidad Ciudadana, y desde ah¨ª, con su esca?o de senadora, piensa resistir a todos los que quieren jubilarla de la pol¨ªtica. ¡°Unidad ciudadana ha venido para quedarse. Ser¨¢ la base de la construcci¨®n de la alternativa a este Gobierno. El voto recibido es una semilla de esperanza pol¨ªtica. Aqu¨ª no se acaba nada, hoy aqu¨ª empieza todo¡±. No era ni mucho menos el discurso del final de una carrera pol¨ªtica, aunque la derrota fue dur¨ªsima y sin duda marca su declive. Fern¨¢ndez de Kirchner lleg¨® a tener el 54% de los votos del pa¨ªs en 2011, un a?o despu¨¦s de la muerte de N¨¦stor, y ahora ha perdido en la provincia de Buenos Aires por cuatro puntos con un desconocido exministro de Macri, Esteban Bullrich. Es un golpe muy fuerte.
La pelea interna ser¨¢ feroz, como es costumbre en esta fuerza que no perdona la derrota de sus dirigentes. Lo supo Carlos Menem en 2003, cuando despu¨¦s de una d¨¦cada de poder absoluto qued¨® relegado a la irrelevancia pol¨ªtica. Y lo sabe ahora Kirchner. La oposici¨®n tendr¨¢ hasta 2019 para reorganizarse y disputar el poder a Macri. Esta vez parece m¨¢s dif¨ªcil que nunca. Aunque el peronismo siempre encuentra la manera de mutar para volver a conectar con la sociedad argentina.
Kirchner y los suyos se enfrentan adem¨¢s a un panorama judicial muy delicado. En Argentina los jueces son muy sensibles al poder pol¨ªtico. De hecho desde que perdieron el poder, los kirchneristas ven como se reactivan causas antiguas o se aceleran las que estaban pendientes. Ya hay varios personajes clave del Gobierno de los Kirchner en la c¨¢rcel por corrupci¨®n. La expresidenta tiene ahora fueros como senadora pero eso no garantiza nada. De hecho su exministro de Transportes est¨¢ cerca de entrar en la c¨¢rcel pese a ser diputado.
Este mismo jueves, Kirchner debe declarar ante un juez en una causa que investiga un supuesto encubrimiento a los iran¨ªes responsables del ataque terrorista a la Amia, en 1994. El 9 de noviembre deber¨¢ volver a los tribunales en una investigaci¨®n por presunta corrupci¨®n. En medio de ese v¨ªa crucis judicial, con riesgo real de acabar en prisi¨®n, deber¨¢ pelear por el liderazgo de la oposici¨®n. ¡°No temo ir a la c¨¢rcel, pero con este Gobierno cualquiera puede acabar all¨ª¡±, se?alaba en una reciente entrevista en EL PA?S. En un pa¨ªs donde el poder pol¨ªtico lo es todo, la expresidenta sufrir¨¢ el fr¨ªo de la oposici¨®n m¨¢s que nadie.
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