El crimen que saca a la luz lo peor de Malta
El que acab¨® con la vida de la periodista Daphne Caruana es el sexto coche bomba en la isla en 18 meses. Su asesinato destapa los m¨¢s oscuros esc¨¢ndalos de corrupci¨®n del pa¨ªs m¨¢s peque?o de la UE
¡°Hay criminales donde sea que mires ahora. La situaci¨®n es desesperada¡±. As¨ª, cruda, fue la ¨²ltima frase que escribi¨® Daphne Caruana Galizia en su blog, el 16 de octubre. Minutos despu¨¦s, el Peugeot 106 de alquiler que conduc¨ªa salt¨® por los aires a pocos metros de su casa, en un buc¨®lico paisaje campestre del norte de Malta. Caruana Galizia, una de las plumas m¨¢s reconocidas del periodismo de investigaci¨®n en Europa, muri¨® en el acto. Una potente bomba instalada en su veh¨ªculo y detonada a distancia silenci¨® a la mujer que hab¨ªa desvelado innumerables esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en el pa¨ªs m¨¢s peque?o de la UE. Un crimen al m¨¢s puro estilo mafioso que ha destapado que el rocoso archipi¨¦lago, a medio camino entre Sicilia y Libia, no es solo un id¨ªlico lugar lleno de antiguas ciudades amuralladas y peque?as calas; tambi¨¦n es refugio de criminales.
Malta, con 420.000 habitantes y miembro de la UE desde 2004, presume de ser ¡ªcon el 5,5% de crecimiento del PIB el a?o pasado, seg¨²n el FMI¡ª uno de los pa¨ªses m¨¢s florecientes de la Uni¨®n. Aparece, sobre el papel, como todo un modelo de ¨¦xito financiero. Pero es tambi¨¦n escenario de brutales asesinatos. El de Caruana Galizia es el sexto coche bomba en 18 meses en una isla, por otra parte, con bajos ¨ªndices de criminalidad. Todos casos sin resolver. Todos ¡ªexcepto el de la periodista¡ª involucraban, seg¨²n los investigadores, a personas relacionadas con el crimen organizado, un problema cada vez m¨¢s grave en Malta, alerta Rosy Bindi, presidenta de la Comisi¨®n Parlamentaria Antimafia de Italia.
Rascando un poco, bajo las empedradas calles de La Valeta o los bares de copas de localidades de turismo de playa, como San Juli¨¢n, est¨¢n los cimientos de un pa¨ªs con un sistema financiero opaco. Malta se ha convertido en los ¨²ltimos a?os, gracias a su beneficioso r¨¦gimen fiscal y a su localizaci¨®n geoestrat¨¦gica, en un lugar jugoso para los negocios. ¡°Legales pero tambi¨¦n ilegales¡±, apunta la abogada Laura Pace en un caf¨¦ junto al puerto de la capital maltesa. ¡°El sistema permite que las empresas cuya actividad no ocurre en Malta tributen solo un 5%, gracias a las devoluciones fiscales, y esta y otras medidas hacen de la isla un peque?o para¨ªso fiscal en la UE¡±, se?ala. En Malta se han instalado, por ejemplo, numerosas compa?¨ªas de apuestas online, un lucrativo pero enrevesado negocio que representa ya el 12% del PIB malt¨¦s.
¡°Poco ha cambiado desde el medievo. Esto es una isla de piratas, modernos pero piratas¡±, lamenta el dise?ador gr¨¢fico George Cremana junto al lugar donde fue hallado calcinado el coche de Daphne Caruana. La explosi¨®n fue tan potente que los investigadores forenses encontraron restos esparcidos por distintos puntos de la zona. Tardaron cinco d¨ªas en recolectar las evidencias. Los expertos y sus batas blancas han abandonado ya los campos de arena rojiza. Pero all¨ª, junto a los cultivos de vi?as, decenas de flores, velas y mensajes que empiezan a amarillear por el potente sol recuerdan a la veterana periodista. Tambi¨¦n, semienterrados, se ve un buen pu?ado de l¨¢pices y bol¨ªgrafos. Como la pluma azul que Cremana, de 35 a?os, se ha acercado a depositar. Homenaje simb¨®lico.
Caruana Galizia, de 53 a?os, era licenciada en Arqueolog¨ªa pero llevaba tres d¨¦cadas dedicada al periodismo. Editaba una revista de decoraci¨®n y gastronom¨ªa, Taste & Flair ¡ªsu principal fuente de ingresos¡ª, y era columnista habitual de varios medios. Desde 2008 publicaba su propio blog, Running Commentary. En ¨¦l escrib¨ªa desde an¨¢lisis de la actualidad hasta cotilleos pol¨ªticos. Pero sobre todo, art¨ªculos en los que sacaba a la luz casos de corrupci¨®n que carcomen el estado malt¨¦s. Su sitio web llegaba a contabilizar regularmente unas 400.000 visitas al d¨ªa, una cifra oce¨¢nica en un pa¨ªs de menos de medio mill¨®n de habitantes. Ning¨²n esc¨¢ndalo le parec¨ªa demasiado peque?o: desde la visita de un ministro a un burdel en pleno viaje oficial a Alemania a las redes de contrabando que campan en la isla; desde los miles de euros en comisiones bajo la mesa de constructores a funcionarios y pol¨ªticos hasta los conflictos de inter¨¦s de jueces y fiscales. Siempre con nombre y apellidos. Su lista de enemigos era cada vez m¨¢s abultada y espectacular.
Como espectacular ha sido su asesinato. ¡°Ni siquiera intentaron que pareciera un accidente. Hemos sido conscientes durante a?os de que esto es un Estado mafioso, pero este asesinato lo ha dejado claro para el resto del mundo¡±, critica su hijo mayor, Matthew, de 31 a?os, ojos azules y rostro afilado. Madre de tres varones y casada con un reputado abogado de la isla, Caruana Galizia se hab¨ªa hecho famosa fuera de las costas azules de Malta por sus investigaciones de los llamados Papeles de Panam¨¢, un trabajo conjunto de periodistas de distintos pa¨ªses que recibi¨® un Premio Pulizter. Con la informaci¨®n de esos archivos, Caruana Galizia destap¨® que varios miembros del Gobierno malt¨¦s ten¨ªan cuentas secretas y negocios en para¨ªsos fiscales.
Las revelaciones de la periodista implicaron incluso a Michelle Muscat, la esposa del primer ministro, Joseph Muscat. La mujer, seg¨²n public¨® Caruana gracias a una importante filtraci¨®n, no s¨®lo se hab¨ªa beneficiado de empresas fantasma, tambi¨¦n hab¨ªa recibido jugosas cantidades de dinero de la hija del presidente de Azerbaiy¨¢n, Ilham Aleyev, antes de que el Gobierno malt¨¦s llegase a acuerdos comerciales con ese pa¨ªs. Muscat, acorralado por las distintas informaciones sobre su Ejecutivo y sobre su esposa, se vio obligado a convocar elecciones anticipadas en junio de este a?o. Sin embargo, las urnas volvieron a sentarle en el sill¨®n de primer ministro de la isla, en plena efervescencia econ¨®mica.
¡°Mi madre no pudo aceptar vivir en un pa¨ªs corrupto. No fue c¨ªnica ni por un segundo en toda su vida y nunca dej¨® de luchar por sus ideales¡±, describe Matthew, tambi¨¦n periodista de investigaci¨®n. Fue el primero en llegar al lugar del crimen. Escuch¨® la explosi¨®n desde la casa y supo que su madre hab¨ªa muerto antes de ver el veh¨ªculo en llamas. Caruana llevaba a?os recibiendo amenazas, desde llamadas hasta mensajes en el buz¨®n. Una vez trataron de quemarle el coche, aparcado fuera de casa. ¡°El ¨²ltimo a?o, los intentos de intimidarla aumentaron. En julio envenenaron a su perro, que casi se muere¡±, cuenta Matthew. Tambi¨¦n intentaron acallarla a base de querellas, explica. Solo este a?o, la demandaron una quincena de personas por calumnias y difamaci¨®n. ¡°Un empresario hotelero cercano a los partidos la demand¨® 19 veces, una por cada frase en la que era mencionado en su nota¡±, a?ade.
La familia de Caruana culpa al Gobierno de su asesinato. ¡°Ellos crearon el ambiente de corrupci¨®n e impunidad que hizo esto posible¡±, remarca Matthew. ¡°Daphne sol¨ªa decir que la forma en que el sistema judicial deb¨ªa protegerla es persiguiendo a quienes la amenazaban, pero nadie que atac¨® su casa ha sido procesado¡±, critica Corinne Vella, una de sus tres hermanas.
A media hora de la casa de los Caruana Galizia, en La Valeta, la estudiante Casi Camillori enciende una vela en el improvisado memorial que, junto a la catedral de San Juan, ha florecido en honor a la periodista. All¨ª, tras un enorme cartel que reclama ¡°justicia¡±, decenas de mensajes repiten las ¨²ltimas palabras que escribi¨®. Aquellas en las que alertaba que, en Malta, all¨¢ donde mirase hab¨ªa corruptos: ¡°La situaci¨®n es desesperada¡±.
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