Un mar de tragedias migratorias en T¨²nez
Desde finales de verano, m¨¢s de 3.000 tunecinos han zarpado rumbo a Italia. Algunos no llegaron nunca a su destino
"Durante media hora estuve chapoteando entre cad¨¢veres. Estaba seguro de que iba a morir. Hasta que, por fin, enviaron una zodiac y me rescataron", relata Jaled, uno de los 38 supervivientes de la peor tragedia relacionada con la inmigraci¨®n clandestina que ha experimentado T¨²nez en los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n las autoridades, m¨¢s de 50 personas fallecieron el pasado ocho de octubre despu¨¦s de la colisi¨®n entre una fragata del Ej¨¦rcito y una embarcaci¨®n repleta de migrantes. Un tribunal militar ser¨¢ el encargado de esclarecer unos hechos que han conmocionado el pa¨ªs magreb¨ª y convulsionado el d¨ªa a d¨ªa en las localidades de donde eran originarias las v¨ªctimas.
Bir Al¨ª Ben Khalifa es un polvoriento pueblo del sur de T¨²nez incrustado entre interminables hileras de olivos y descampados colonizados por bolsas de pl¨¢stico. Empujados por el hast¨ªo y bien provistos de ilusiones, de aqu¨ª salieron 14 muchachos rumbo a Europa. Una decena, original de este pueblo, no volvi¨®. Entre ellos, Najam Edd¨ªn Lahmar, un adolescente de 17 a?os. Su padre, un jornalero de 43 a?os que aparenta una veintena m¨¢s, muestra una actitud m¨¢s bien resignada. Maktoub, (escrito, en ¨¢rabe), suelen suspirar los tunecinos para sobrellevar mejor los reveses del destino. "He hablado con algunos de los supervivientes y no me creo la versi¨®n oficial", espeta, sentado en un caf¨¦ del pueblo.
Seg¨²n las autoridades, se trat¨® de un "accidente", mientras los dos nav¨ªos jugaban al gato y al rat¨®n en el Mediterr¨¢neo. Jaled y su amigo Hafez, dos j¨®venes actores aficionados, ofrecen una versi¨®n muy diferente. "Durante un par de horas, la fragata nos persigui¨®. A trav¨¦s de un micr¨®fono, ordenaba al capit¨¢n que se detuviera. Cuando ya est¨¢bamos a punto de llegar a aguas internacionales, y con un proyector ilumin¨¢ndonos, nos dio un golpe en un lateral. Sin duda, fue aposta", denuncia Jaled, a¨²n traumatizado. La embarcaci¨®n volc¨®, y ambos chicos se encontraron varios metros bajo el agua. "Muchos chicos ven¨ªan de pueblos del interior, y no sab¨ªan nadar. Ellos fueron quienes se ahogaron. Tuve suerte de que vivo cerca del mar y en verano voy a la playa".
Tras lustros reclamando un hospital, en Bir Al¨ª hace unos meses se termin¨® al fin su construcci¨®n. Sin embargo, no hay fecha prevista para la inauguraci¨®n. Faltan a¨²n la maquinaria, las provisiones y los recursos humanos. "No hay industrias, y las infraestructuras son precarias. La mitad de viviendas no tiene agua corriente", afirma Habib Eltayeif, director de escuela y responsable del poderoso sindicato UGTT, que hace d¨ªas paraliz¨® el pueblo con una huelga en protesta por las muertes de los j¨®venes y la falta de desarrollo.
"Llevo a?os trabajando d¨ªas sueltos. De camarero, en la construcci¨®n (...). El sueldo es de 15 dinares [cinco euros]. As¨ª no se puede vivir", explica Hafez al ser preguntado por qu¨¦ decidi¨® emigrar. "Con la Revoluci¨®n, dijeron que se abr¨ªa una p¨¢gina nueva para T¨²nez. Que los j¨®venes tendr¨ªamos trabajo. Pero las promesas no se cumplieron y nuestra vida no ha mejorado en nada", agrega.
Antes del malogrado viaje, Jaled rompi¨® con su novia con la que llevaba tres a?os al no poder reunir los fondos necesarios para la boda. Menos cuesta un "billete clandestino" hacia Europa. Concretamente, 2.000 dinares (unos 650 euros). "Un intermediario vino al pueblo e hizo correr la voz. Luego nos coordinamos con ¨¦l a trav¨¦s de Facebook", explica Jaled. De acuerdo con el plan, los harragas (inmigrantes clandestinos, en dialecto tunecino)?llegaron por sus propios medios a la isla tunecina de Kerkennah, situada a unos 20 kil¨®metros de la costa. Desde all¨ª, tras varios d¨ªas de espera en una villa, zarparon rumbo a Italia. "Sab¨ªa que era arriesgado. Pero no ten¨ªa los m¨¢s de 10.000 [casi 3.500 euros] dinares que piden por el visado legal", tercia Hafez, en referencia al servicio de gama alta que ofrecen las redes mafiosas gracias a la colaboraci¨®n de diplom¨¢ticos corruptos de alguna embajada europea.
Una boom migratorio sin una causa clara
Seg¨²n una encuesta de la fundaci¨®n FTDES, un 56% de los j¨®venes tunecinos desea emigrar a Occidente, y un 30% incluso de forma ilegal. Sin embargo, no ha sido hasta finales de este verano que se han multiplicado las salidas. Mientras que en todo 2016 llegaron a las costas italianas unos 1.200 tunecinos, la cifra a partir de septiembre?supera los 3.200. En las redes sociales, circulan como la p¨®lvora v¨ªdeos en los que los chavales reci¨¦n llegados a las playas sicilianas expresan su excitaci¨®n. No hay mejor reclamo. Solo en Bir Al¨ª, desde junio han partido unos 500 j¨®venes (su poblaci¨®n es de 60.000 personas). Un aut¨¦ntico ¨¦xodo. "Las causas de este fen¨®meno no est¨¢n a¨²n claras", reconoce Rim Bouarrouj, del FTDES. El hecho de haber coincidido con un brusco descenso de la inmigraci¨®n desde Libia ha suscitado todo tipo de suspicacias.
Una de las posibles explicaciones reside en la crisis de la pesca tunecina. La ciudad de Sfax es uno de los centros neur¨¢lgicos de esta industria. Y es precisamente de esta provincia de donde parten buena parte de las embarcaciones. "Los bancos de peces han descendido un 60%. Y en cambio el coste de la vida se ha disparado. O el Gobierno nos deja pescar con t¨¦cnicas ahora prohibidas, o nos deja colaborar con los harragas", sentencia Lazhar, un veterano pescador con 40 a?os de mar a sus espaldas, todos gravados en su dorado rostro. "La gente est¨¢ desesperada. Muchos venden sus barcas a mitad de precio", le interrumpe su viejo colega Mongi. Es bien sabido que algunos pescadores colaboran con las redes de emigraci¨®n clandestina.
"Entre los 150 procesados en relaci¨®n con la migraci¨®n ilegal, varios son polic¨ªas corruptos. Ahora bien, ?existe una pol¨ªtica de Estado para mirar hacia otro lado? No lo s¨¦", se sincera una fuente judicial de Sfax.?
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