La mujer que fue despedida por hacer la peineta a Trump recibe m¨¢s de 100.000 d¨®lares en donaciones
Juli Briskman salt¨® a la fama tras hacerse viral una foto de ella increpando la caravana oficial del presidente
Premiar el menosprecio a un presidente, otro s¨ªntoma de la polarizaci¨®n que ha provocado Donald Trump entre los estadounidenses. La an¨¦cdota de Juli Briskman lo ejemplifica. Esta mujer de Virginia paseaba en bicicleta el mes pasado cuando la caravana del presidente le pas¨® de lado. Su instinto fue levantar un brazo del manillar y sacar el dedo coraz¨®n de su mano. La fotograf¨ªa se hizo viral y la empresa donde trabajaba la destituy¨®. En respuesta, miles de personas le han donado m¨¢s de 100.000 d¨®lares.
En 11 d¨ªas m¨¢s de 5.000 personas han recaudado esa suma de dinero por considerar que Briskman es una ¡°inspiraci¨®n¡±. ¡°Nunca me imagin¨¦ que hacer un saludo con la peineta a la caravana del presidente y sus ocupantes me costar¨ªa mi trabajo¡±, afirm¨® la mujer, que fue despedida de su trabajo en una empresa que provee servicios al Gobierno despu¨¦s de que su imagen insultando a Trump circulara por las redes. Algunos clientes del centro de yoga donde imparte clases voluntariamente tambi¨¦n se quejaron y pidieron la destituci¨®n de la cincuenta?era.
Briskman defendi¨® su gesto afirmando que estaba frustrada con el nuevo presidente. En declaraciones a numerosos medios dijo que estaba enfadada por el intento del presidente de desmantelar el sistema sanitario sin haber aprobado otro programa, la ausencia de condena hacia los supremacistas blancos que mataron a una joven en Charlottesville en agosto, o la terminaci¨®n del programa DACA para inmigrantes indocumentados. Trump sal¨ªa de jugar al golf en uno de sus clubes en Virginia cuando ocurri¨® el incidente un s¨¢bado a finales de octubre.
La an¨¦cdota es un peque?o reflejo de la polarizaci¨®n social en torno al presidente republicano que, pese a sus promesas para unificar al pa¨ªs tras una rocosa campa?a electoral, sigue sin apelar a todos los ciudadanos. Por el contrario, Trump, 10 meses despu¨¦s de tomar posesi¨®n, acostumbra a insultar o criticar a trav¨¦s de Twitter a sus oponentes: la prensa y los dem¨®cratas. Esta misma semana el presidente ha evitado comentar sobre las acusaciones de siete mujeres contra Roy Moore, candidato republicano al Senado, por acoso sexual. Sin embargo, Trump s¨ª expres¨® ¡ªr¨¢pidamente¡ª su desprecio hacia el dem¨®crata Al Franken que fue acusado de lo mismo por otra mujer.
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