La larga sombra de la muerte en el tribunal para la ex-Yugoslavia
Holanda investiga qui¨¦n facilit¨® el veneno al exgeneral bosniocroata Praljak para que se suicidara
La justicia holandesa ha abierto una investigaci¨®n para desentra?ar los detalles del suicidio de Slobodan Praljak, el exgeneral bosniocroata que ingiri¨® este mi¨¦rcoles un veneno en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). C¨®mo lleg¨® la sustancia letal a sus manos, qui¨¦n se la proporcion¨® y por qu¨¦ no fue detectada a tiempo por los servicios de seguridad, son las tres inc¨®gnitas que deben despejar los fiscales de La Haya, sede del tribunal. Praljak rechaz¨® en¨¦rgicamente que los jueces de apelaci¨®n confirmaran la pena de 20 a?os de c¨¢rcel impuesta en 2013, en primera instancia, por cr¨ªmenes de guerra contra los musulmanes bosnios. Puesto en pie, bebi¨® agitado una p¨®cima que acab¨® con su vida en el curso de las dos horas siguientes. De momento, se barajan m¨²ltiples hip¨®tesis y no se descarta a nadie, desde visitantes a familiares o conocidos, e incluso miembros de su equipo de defensa. Cualquiera pudo haberle proporcionado el veneno.
Las medidas de seguridad del tribunal, y de la c¨¢rcel que Naciones Unidas alquila en Scheveningen, el distrito costero de La Haya, para estos presos, son similares. Cuentan con arcos detectores de metales, pantallas para observar el contenido de ropa y maletas, y el correspondiente cacheo posterior. Praljak y otros acusados, o convictos en proceso de apelaci¨®n, conviven en la misma zona de la c¨¢rcel. Sin divisiones por etnias, reciben numerosas visitas. Una vez en el tribunal, suben de unas celdas en el s¨®tano a la sala que les corresponda, y tienen contacto directo con sus abogados. Si unas pastillas o un l¨ªquido pasaron desapercibidos esta vez es algo que nadie se explica, por ahora.
Praljak, que era tambi¨¦n escritor y director de cine y teatro, no se consideraba un criminal de guerra y su suicidio frente a las c¨¢maras, en p¨²blico, fue una denuncia con un toque exhibicionista.?Atribuirlo a su antigua condici¨®n de cineasta resulta casi banal, pero lo cierto es que que otros dos reos, tambi¨¦n convictos de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), huyeron de los focos y se suicidaron en sus celdas. Sobre estos casos, incluida la muerte del expresidente serbio, Slobodan Milosevic, planean las dudas sobre las medidas de seguridad de la corte y de la c¨¢rcel de la ONU donde permanecen los acusados de la guerra de los Balcanes.?
El primero en morir fue el serbocroata Slavko Dokmanovic, de 48 a?os, que apareci¨® ahorcado?el 29 de junio de 1998 en su celda de Scheveningen. Juzgado por la masacre del hospital de Vukovar (Croacia), de la que era alcalde, y donde paramilitares serbios abatieron a m¨¢s de 200 pacientes, fue atendido la tarde de su muerte por el m¨¦dico carcelario. A medianoche se fue la luz en su cub¨ªculo,?lo que Dokmanovic posiblemente logr¨® provocando un cortocircuito con una maquinilla de afeitar el¨¦ctrica. Poco despu¨¦s los guardias lo encontraron ahorcado. Padec¨ªa depresi¨®n, pero no como para aplicarle el protocolo de vigilancia anti suicidios. S¨ª le hab¨ªan supervisado estrechamente en un momento de su encierro. No lleg¨® a conocer su sentencia.
En marzo de 2006,?Milan Babic, antiguo presidente de la regi¨®n secesionista serbia de Krajina (Croacia), se colg¨®, tambi¨¦n en su celda. Hab¨ªa sido condenado a 13 a?os de prisi¨®n por limpieza ¨¦tnica contra la poblaci¨®n no serbia. Seg¨²n cont¨® el TPIY entonces, a Babic fueron a verle a las seis de la tarde de aquel d¨ªa sin que hubiera mucha novedad. Media hora despu¨¦s, cuando volvieron a comprobar, estaba muerto.?En cuanto a Slobodan Milosevic, el primer jefe de Estado en ser acusado de genocidio por la justicia internacional contempor¨¢nea, la versi¨®n oficial es que falleci¨® en la c¨¢rcel de muerte natural. Ten¨ªa hipertensi¨®n y se medicaba. Si se pas¨® de dosis con las pastillas, o por el contrario, no las tom¨® para evitar la condena, no ha podido demostrarse. Antes de morir, hab¨ªa pedido su traslado a Rusia para curarse. Le fue denegado.
Los fiscales holandeses guardan silencio sobre la muerte de Praljak, y la Sala 1 del tribunal, donde ocurri¨® todo, est¨¢ precintada para su revisi¨®n forense. La prensa croata publica toda clase de versiones sobre la muerte del que considera un ¡°m¨¢rtir de la patria¡± ¡ªeste jueves, el Parlamento del pa¨ªs ha guardado un minuto de silencio¡ª. En particular, se centran en la supuesta lentitud de los servicios m¨¦dicos proporcionados por el TPIY para atender a los procesados de las guerras de los Balcanes. En La Haya, testigos presenciales que contemplaron este mi¨¦rcoles lo ocurrido, una vez que Praljak tom¨® el veneno y fue sacado de la sala de vistas, han se?alado a este peri¨®dico que los param¨¦dicos le atendieron all¨ª mismo. ¡°Pero la ambulancia tard¨® una hora en llegar y pas¨® otra m¨¢s hasta que fue llevado al hospital (Haaglanden Medisch Centrum, en La Haya)¡±. Los mismos testigos, que piden quedarse en el anonimato, aseguran que vieron ¡°sangre¡± y escucharon ¡°gritos de dolor del protagonista, que se retorc¨ªa¡±.
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