Los Balcanes, justicia sin reconciliaci¨®n
El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia ha rechazado el concepto de culpa colectiva centrando los cr¨ªmenes en sus mayores responsables. Los procesos a Karadzic y Mladic cerrar¨¢n el ciclo de la Corte
El tel¨®n est¨¢ a punto de caer definitivamente en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), que ha conseguido juzgar a los grandes fugitivos de las guerras registradas en los Balcanes entre 1991 y 2001. ¡°La justicia est¨¢ siendo impartida, condici¨®n indispensable para que haya una posibilidad de reconciliaci¨®n¡±, seg¨²n Serge Brammertz, fiscal jefe del Tribunal. Pero las comunidades serbia, bosnia, croata y musulmana de la extinta Federaci¨®n Yugoslava, no han logrado evitar la desuni¨®n. Casi veinte a?os despu¨¦s de que la violencia inter¨¦tnica causara m¨¢s de 100.000 muertos, perdura el antagonismo en Bosnia, y entre Serbia y Kosovo. El Tribunal cumple con rigor su labor judicial. Las otras dos tareas que le fueron encomendadas, esto es, prevenir la comisi¨®n de cr¨ªmenes y fomentar el entendimiento, han sido menos lucidas.
Marianne Ducasse-Rogier, experta en Bosnia y adscrita al Instituto Clingendael de Relaciones Internacionales, atribuye los claroscuros de la labor del TPIY a la an¨®mala situaci¨®n pol¨ªtica que perdura en los Balcanes. ¡°Cuando Naciones Unidas lo cre¨® en 1993, en plena guerra, segu¨ªan libres los criminales de guerra que luego han sido juzgados: desde el l¨ªder pol¨ªtico serbobosnio Radovan Karadzic y el exgeneral Ratko Mladic, al menos conocido, el serbocroata Goran Hadzic. A pesar de que muri¨® antes de la sentencia, sin el Tribunal tampoco habr¨ªa sido procesado el expresidente serbio Milosevic. Ha sido una tarea enorme¡±, asegura. Otra cosa es que la guerra siga pesando en los Balcanes. ¡°Es un lugar donde se mira al pasado. Ya sea el de los fascistas en la Croacia de la II Guerra Mundial, o el conflicto de los a?os 90 en Bosnia y Serbia. Tambi¨¦n hay muchos pol¨ªticos que responden a una agenda particular sin pensar en nadie¡±, a?ade la polit¨®loga.
El Instituto Internacional de Prensa ya se?al¨® en 2008 que ¡°el avance econ¨®mico de los Balcanes, en particular desde hace una d¨¦cada, corre parejo a la voluntad de sus nuevas naciones de cooperar con la UE, pero no as¨ª entre ellas¡±. La promoci¨®n de la divisi¨®n y el nacionalismo en Bosnia, con serbios, croatas y musulmanes d¨¢ndose la espalda, y la dif¨ªcil relaci¨®n entre Serbia y Kosovo desde la independencia kosovar (en 2008), es otro de los escollos para las relaciones. ¡°Aunque hayan pasado casi veinte a?os, reconciliarse llevar¨¢ tiempo. Cuando los historiadores locales busquen datos, recurrir¨¢n a los archivos del TPIY, que ha establecido los hechos y facilitado el reencuentro ¨¦tnico. En lugar de recurrir a la figura de la culpa colectiva, que comprometer¨ªa el futuro, ha se?alado a gente concreta, pol¨ªticos o militares, como responsables de un plan mort¨ªfero, con cr¨ªmenes terribles y deportaciones¡±, dice Ducasse-Rogier.
El diferente ritmo de las naciones surgidas de la guerra balc¨¢nica es otro de los escollos para un futuro arm¨®nico. De un lado hay movimiento interno, y los bosnios buscan trabajo en suelo croata y en Montenegro; los serbios van a Bosnia y Eslovenia. De otro, subsiste, para Serbia, el contencioso de la integridad territorial al no reconocer a Kosovo. Por ¨²ltimo, la divisi¨®n de Bosnia en las dos entidades salidas de los acuerdos de paz de Dayton, una para serbios, y otra para musulmanes y croatas, no les ha acercado. ¡°La parte serbia de Bosnia promueve a¨²n la partici¨®n. Si llega a ocurrir, no ser¨¢ por el af¨¢n de autodeterminaci¨®n de la ciudadan¨ªa. Estos territorios as¨ª dibujados no exist¨ªan antes de la guerra. Se derivan de la limpieza ¨¦tnica¡±, recuerda la experta.
Si bien al principio el TPIY se centr¨® en el aspecto judicial y dio una imagen distante en la antigua Yugoslavia, desde 2004 aprovecha su programa externo de informaci¨®n para mostrar su labor. Este mes de octubre concluy¨® una serie educativa en universidades de toda la regi¨®n, desde Bosnia a Kosovo, y desde Croacia y Serbia a Macedonia y Montenegro. Se habl¨® de los casos, sus acusados y v¨ªctimas, en el escenario de los cr¨ªmenes, entre ellos, Srebrenica, M¨®star y Vukovar.
En 2003, el fallecido papa Juan Pablo II pidi¨® en Banja Luka, en la entidad serbia de Bosnia, ¡°la reconciliaci¨®n basada en la verdad, la justicia y el perd¨®n¡±. En 2008, Hasan Nuhanovic, int¨¦rprete de los cascos azules holandeses que deb¨ªan proteger Srebrenica, y que perdi¨® sus padres y hermano, dijo que la verdadera reconciliaci¨®n llegar¨¢ ¡°cuando los serbios hablen del genocidio¡±. ¡°Hasta entonces, prefiero hablar de normalizaci¨®n de la convivencia¡±. Radovan Karadzic, acusado por el TPIY de haber ordenado el crimen, acaba de asegurar que ¡°no se enter¨® hasta llegar a La Haya (sede del Tribunal)¡±. La fiscal¨ªa ha dispuesto de 300 horas para desmentirle. O como dice el fiscal Brammertz: ¡°No habr¨¢ verdadera paz en los Balcanes sin justicia¡±.
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