Lula se dispara en las encuestas mientras avanza el proceso que puede inhabilitarle

La mayor¨ªa de los analistas as¨ª como de los dirigentes pol¨ªticos y econ¨®micos de Brasil est¨¢n convencidos de que la justicia impedir¨¢ al expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva concurrir a las elecciones del pr¨®ximo octubre. Pero hay una persona que defiende todo lo contrario: el propio Lula. ¡°No voy a ir a la c¨¢rcel, porque a la c¨¢rcel va el que ha cometido un crimen y yo soy inocente, no hay ni una coma contra m¨ª. No creo que haya un solo brasile?o que tenga la conciencia tan tranquila como yo. Si me condenan ser¨ªa la negaci¨®n de la justicia¡±, proclam¨® el expresidente este mi¨¦rcoles en S?o Paulo en un encuentro con la prensa.

Lula llegaba espoleado por unas encuestas de intenci¨®n de voto que cada vez le son m¨¢s favorables. En los ¨²ltimos meses, la popularidad del expresidente no ha dejado de crecer hasta alcanzar los niveles m¨¢s altos desde que los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n comenzaron a castigar al Partido de los Trabajadores (PT) y abrieron el camino al proceso que, el a?o pasado, acab¨® con la destituci¨®n de la sucesora de Lula, Dilma Rousseff. El ¨²ltimo sondeo fue conocido este mismo mi¨¦rcoles, del instituto Ipsos para el peri¨®dico O Estado de S. Paulo, y ofrece resultados espectaculares para el l¨ªder del PT. Su popularidad ha crecido en 16 puntos porcentuales desde junio hasta situarse en un 45%, m¨¢s del doble que sus potenciales adversarios, el ultraderechista Jair Bolsonaro y el gobernador de S?o Paulo, el centrista Geraldo Alckmin.

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Lula, condenado a nueve a?os de c¨¢rcel por corrupci¨®n

La convicci¨®n general de que la justicia dejar¨¢ a Lula fuera de la carrera electoral se ha acrecentado tras comprobar la inusitada celeridad de los tribunales para tramitar el proceso judicial en el que ya fue condenado, en primera instancia, a nueve a?os de c¨¢rcel. El gran impulsor de la Operaci¨®n Lava Jato contra la corrupci¨®n, el juez S¨¦rgio Moro, sentenci¨® el pasado julio que hay pruebas suficientes de que Lula fue obsequiado con un apartamento en la playa como soborno de una constructora. El expresidente repite que el juez ni siquiera dispon¨ªa de una prueba documental de que ¨¦l sea el propietario de esa vivienda. Con bastante m¨¢s rapidez de la habitual, el Tribunal Regional Federal de Porto Alegre fij¨® para el pr¨®ximo 24 de enero la vista del recurso de Lula contra la condena. Si los tres jueces del tribunal ratificasen a Moro, el expresidente tendr¨ªa muy dif¨ªcil escapar a la inhabilitaci¨®n pol¨ªtica e incluso al ingreso en prisi¨®n.

El PT ya est¨¢ preparando una movilizaci¨®n para ese d¨ªa ante la sede del tribunal. Diversos dirigentes del partido empiezan a deslizar la idea de que dejar a Lula fuera de la carrera ser¨ªa un ¡°fraude electoral¡± y la culminaci¨®n del ¡°golpe¡± que apart¨® de la presidencia a Rousseff. El propio Lula se mantendr¨¢ al margen de las protestas. Y asegura que no pretende azuzar una campa?a de deslegitimaci¨®n de las instituciones. ¡°Si a mi edad dejo de creer en la justicia y en la democracia, ?en qu¨¦ voy a creer? ?En la lucha armada?¡±, brome¨® este mi¨¦rcoles.

Pero una hipot¨¦tica condena ofrecer¨ªa elementos para abonar el discurso del PT y del propio expresidente de que el proceso contra ¨¦l es fruto de una simple ¡°persecuci¨®n pol¨ªtica¡± en la que algunos jueces ¡°han actuado como un partido¡±. Como el l¨ªder izquierdista no tiene ning¨²n cargo p¨²blico, su caso cay¨® en manos de la justicia de primera instancia, la m¨¢s ¨¢gil en sus actuaciones. La mayor¨ªa de sus rivales pol¨ªticos tambi¨¦n est¨¢n implicados en esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, pero casi todos disfrutan de foro privilegiado en funci¨®n de sus cargos y son juzgados por instancias superiores que apenas han conseguido avanzar en esos procedimientos. Algunos incluso gozan directamente de protecci¨®n pol¨ªtica, como el actual presidente, Michel Temer, a quien la C¨¢mara de Diputados salv¨® de dos denuncias contra ¨¦l del anterior fiscal general de la Rep¨²blica.

La estrategia de Lula es ignorar por completo el proceso judicial y presentarse ya no solo como candidato, sino como el probable nuevo presidente. Durante su encuentro de dos horas con la prensa habl¨® de econom¨ªa, de pol¨ªtica exterior o de posibles alianzas con otros partidos. Anunci¨® medidas como m¨¢s impuestos para los ricos o un incremento del salario m¨ªnimo. Y rescat¨® su gran promesa de siempre, la que le ha permitido mantener casi inc¨®lume el apoyo de las clases m¨¢s desfavorecidas: ¡°Conseguir que los pobres vuelvan a subir un pelda?o en la escala social¡±.