Liberalismo tr¨¢gico, reformas esc¨¦pticas
El reformador debe huir de las utop¨ªas regresivas y entender que casi siempre es una figura tr¨¢gica
Solemos pensar que todo lo bueno y deseable trae siempre aparejado otro bien: que la paz traer¨¢ consigo la verdad, que la verdad y la justicia vendr¨¢n entonces de la mano, y as¨ª.
Sir Isaiah Berlin, en cambio, pensaba que lo bueno viene siempre revuelto con lo malo, que lo deseable es oneroso y que un bien siempre sacrifica otro. "Estamos obligados a elegir ¡ªsentenci¨® sombr¨ªamente en El fuste torcido de la Humanidad¡ª y cada elecci¨®n supone una p¨¦rdida irreparable".
En Liberalismo tr¨¢gico, un ejemplar ensayo pol¨ªtico sobre la vida e ideas de Berlin, el pensador mexicano Jes¨²s Silva-Herzog M¨¢rquez advierte que si cada paso es el abandono de un camino, la pol¨ªtica entra?ar¨¢ siempre la elecci¨®n del mal menor.
"Quienes viven felices, sin sentir la punzada de la duda y la elecci¨®n no conocen la experiencia de ser humanos". He all¨ª ¡ªnos dice¡ª el sentido tr¨¢gico del liberalismo berliniano.
Berlin sostuvo tambi¨¦n que el liberalismo es invenci¨®n esencialmente inglesa y expres¨® dudas de que fuese posible la cr¨ªa de liberales en Corea... O Latinoam¨¦rica.
No ser¨ªa dif¨ªcil desinflar la anglocondescendencia de Sir Isaiah. Bastar¨ªa con dejar caer nombres como Estanislao Zuleta, Carlos Rangel o Natalio Botana. Entre los pensadores liberales latinoamericanos que, por a?adidura, han desempe?ado con ¨¦xito posiciones de gobierno, descollar¨ªa el colombiano Alejandro Gaviria, reformista esc¨¦ptico.
Economista e ingeniero civil de alta competencia, Gaviria ha destacado en la Academia y tiene, adem¨¢s, don literario: una columna suya obtuvo en 2009 el Premio Nacional de Periodismo y es autor de un libro extraordinario ¡ªAlguien tiene que llevar la contraria, (Ariel, Bogot¨¢, 2016)¡ª que recoge trece ensayos de gran calado en defensa, justamente, del liberalismo tr¨¢gico como norma rectora, siempre falible, de cualquier programa de reformas.
Muchos de esos ensayos fueron escritos al tiempo que Gaviria se ha desempe?ado como ministro de salud y protecci¨®n social, posici¨®n que a¨²n ocupa.
Gaviria se declara incrementalista en cuestiones de reforma social y rechaza lo que cree falsa disyuntiva entre "un sistema injusto y corrupto que no puede reformarse y otro, racional y armonioso, que no habr¨ªa ya que mejorar". La frase, que anima el dec¨¢logo de Gaviria, es del egregio Albert O.Hirschmann. Copio solo dos de los mandamientos del dec¨¢logo del reformista esc¨¦ptico:
5¡ã mandamiento: el reformador debe huir de las utop¨ªas regresivas.
[El concepto de "utop¨ªa regresiva" es del expresidente espa?ol Felipe Gonz¨¢lez, en referencia al caso de Venezuela].
10¡ã mandamiento: el reformador debe entender que casi siempre es una figura tr¨¢gica. Su respetabilidad ¨¦tica viene de su insistencia en hacer lo que toca hacer, en contra de las fuerzas mayoritarias de la insensatez, el oportunismo y la indiferencia.
La insensatez es, de todas estas fuerzas, quiz¨¢ la m¨¢s perversa cuando ejerce eso que John Stuart Mill llam¨® "la extorsi¨®n moral de las mayor¨ªas". Gaviria tuvo que encarnar el papel del Dr. Stockmann en El enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen, cuando una ola moralista se opuso a un programa masivo y gratuito de vacunaci¨®n de ni?as contra el virus del papiloma humano.
?Qu¨¦ es un esc¨¦ptico? Es alguien que har¨ªa mejor las cosas si solo supiera c¨®mo hacerlas, responder¨ªa Michael Oakeshott, el fil¨®sofo ingl¨¦s, tan admirado por Gaviria, que afirm¨® tambi¨¦n que "la mejor forma de gobierno no es aquella con mayores perspectivas de ¨¦xito sino aquella donde el fracaso sea m¨¢s tolerable".
Esa doctrina del m¨¢s o menos, dice Gaviria, esa l¨®gica resignada, impide incurrir en la demagogia de prometer lo incumplible.
Joseph Brodsky, el genial poeta ruso, ganador del Premio Nobel en 1987, denunci¨® soberbiamente esa demagogia en carta al expresidente checo V¨¢clav Havel: "Quiz¨¢ la mejor cortes¨ªa, se?or Presidente, consista en no crear ilusiones".
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