El exfutbolista George Weah, elegido presidente de Liberia
El que fuera Bal¨®n de Oro vence en las elecciones presidenciales con el 61,5% de los votos
Lleg¨® a la cumbre del f¨²tbol, ahora ha conseguido la cima del poder en su pa¨ªs. El exfutbolista George Weah ¡ªel ¨²nico africano con el Bal¨®n de Oro¡ª ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de Liberia. Weah se ha impuesto con un 61,5%, frente al 38,5% del actual vicepresidente, Joseph Boakai, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebraron el pasado martes, seg¨²n los resultados oficiales anunciados por la Comisi¨®n Nacional Electoral, con un 98,1% de los votos escrutados.
El pueblo liberiano ha votado por un cambio radical. Su rival, un hombre de larga carrera pol¨ªtica que representaba la continuidad del Partido de la Unidad, ha quedado muy lejos de la apabullante victoria de Weah, al frente del Congreso por el Cambio Democr¨¢tico, que se sent¨ªa desde hace semanas en la calles y que ha estallado en euforia en las calles de Monrovia al confirmarse el nombre del ganador.
El que fue considerado uno de los mejores delanteros del mundo en los a?os noventa tiene ahora el enorme reto de dirigir la fr¨¢gil naci¨®n de Liberia, con las heridas a¨²n no cicatrizadas de la feroz guerra civil que termin¨® en 2003.
George Weah tomar¨¢ el relevo de Ellen Johnson Sirleaf, la primera mujer que consigui¨® llegar a la presidencia en ?frica, pero que, a pesar de haber sabido mantener la paz durante sus 12 a?os de gobierno, ha dejado una estela de nepotismo, corrupci¨®n y una infranqueable brecha social, que ha desgastado a su partido.
Weah fascinaba al mundo con sus jugadas mientras su pa¨ªs se quebraba en uno de los conflictos m¨¢s sangrientos de los noventa, fue estrella del AC Milan y del Paris Saint Germain, entre otros clubes europeos y es el ¨²nico futbolista africano que ha logrado el Bal¨®n de Oro y el jugador del a?o de la FIFA. Colg¨® las botas un a?o antes que la guerra terminara en Liberia, y cuando se retir¨®, volvi¨® a su pa¨ªs para convertirse en hombre pol¨ªtico. Actualmente es senador, criticado por ausentarse a menudo de sus deberes en la C¨¢mara alta, y ¨¦sta era la tercera vez que aspiraba a la presidencia. Lo ha conseguido.
Weah hereda un pa¨ªs sin infraestructuras, con la mayor¨ªa de la poblaci¨®n viviendo en la pobreza y tocado por la postguerra y por el fuerte golpe de la epidemia del ¨¦bola. Pero, como ¡°aut¨®ctono¡±, como hombre de or¨ªgenes humildes y no perteneciente a la ¨¦lite gobernante, aspira a sanar algunas de las heridas sociales hist¨®ricas que han alimentado los conflictos en el pasado. Muy popular y percibido como alguien muy cercano, su baza es la cohesi¨®n social.
Sin embargo, la victoria de Weah significa tambi¨¦n el regreso del temido apellido Taylor a la c¨²spide de la pol¨ªtica liberiana. El ex se?or de la guerra y ex presidente Charles Taylor sigue en la c¨¢rcel, cumpliendo una condena de 50 a?os por cr¨ªmenes de guerra, pero su exesposa, Jewel Howard Taylor, ser¨¢ la mano derecha de Weah y la segunda figura pol¨ªtica m¨¢s importante en Liberia. Jewel Howard Taylor es la apuesta de Weah para la vicepresidencia. El regreso de ese nombre al centro de la arena pol¨ªtica asusta, como tambi¨¦n la alianza de Weah con Prince Johnson, el c¨¦lebre jefe de guerrilla que tortur¨® y mat¨® al ex presidente Samuel Doe delante de las c¨¢maras mientras beb¨ªa cerveza. Weah tiene entre sus manos un pasado muy delicado y un futuro para construir desde cero.
La peque?a naci¨®n oeste africana, con 4.6 millones de habitantes, fue fundada por EEUU enviando esclavos liberados. Desde entonces, cuando el 5% de la poblaci¨®n de excautivos se instal¨® en el poder, la brecha entre los ¡°am¨¦rico-liberianos¡± ¡ªtambi¨¦n llamados Congos¡ª y los aut¨®ctonos ha marcado la historia convulsa y traum¨¢tica del pa¨ªs. Tras un siglo y medio de brutal opresi¨®n, siguieron las guerras. Desde que, en los ochenta, los ¡°aut¨®ctonos¡± osaron levantarse por primera vez contra los Congos, ha habido dos presidentes asesinados y el tercero, Charles Taylor, est¨¢ encarcelado por cr¨ªmenes de guerra.
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