Fan¨¢ticos, olvidados, intolerantes y resignados: los cuatro tipos de ¡®trumpistas¡¯
El presidente de EE UU conserva a su leal base de leales votantes un a?o despu¨¦s de asumir el poder, pero no todos le aman incondicionalmente.
Gene Huber se ve a s¨ª mismo como ¡°un soldado obediente¡± al presidente de EE.UU., Donald Trump. En el sal¨®n de su casa de Boynton Beach, Florida, tiene una imagen de cart¨®n de tama?o real del mandatario a la que saluda marcialmente todas las ma?anas despu¨¦s de rezar, seg¨²n me asegur¨® sin embarazo alguno.
Por si acaso dudaba de ¨¦l me hizo una demostraci¨®n durante una visita una tarde. Se cuadr¨® y se llev¨® la mano derecha con los dedos juntos hacia la sien: ¡°Buenos d¨ªas se?or presidente, rec¨¦ por su seguridad¡±.
Desgarbado y locuaz, Huber, de 47 a?os, me dijo que se pasa el d¨ªa frente al ordenador comunic¨¢ndose con otros simpatizantes de Trump de todo el pa¨ªs a los que ¨¦l llama ¡°su familia¡±.
Algunos pensar¨¢n que Huber padece un caso de trumpismo patol¨®gico (su familia as¨ª lo cree), pero el presidente tiene muchos otros simpatizantes como ¨¦l. Son votantes para los que el l¨ªder es m¨¢s importante que sus propuestas. Huber y muchos como ¨¦l creen que Trump es un ¡°ganador¡± que conseguir¨¢ el ¨¦xito para EE.UU. del mismo modo que lo consigui¨® en los negocios (a pesar de que el hoy presidente comenz¨® en la vida con ventaja porque hered¨® la boyante empresa familiar y su trayectoria tiene muchos claroscuros -se declar¨® en bancarrota en seis ocasiones-).
Pero aunque en el extranjero se tiende a caricaturizar a los votantes de Trump, ser¨ªa un error creer que todos los estadounidenses que le apoyaron en 2016 son igual de leales que Huber, como he comprobado durante mis dos a?os y medio de trabajo para Univision, el principal canal de television en espa?ol de EE.UU., donde fui reportero politico. Trump tiene una base de apoyo muy fr¨¢gil lo que le convierte a estas alturas, tras un a?o de mandato, en el presidente de EE.UU. menos popular de la historia reciente.
Algo que he podido aprender gracias a mis conversaciones con cientos de partidarios de Trump es que el trumpismo no es un bloque electoral homog¨¦neo sino m¨¢s bien una coalici¨®n de votantes con perfiles, inquietudes e intereses distintos y a veces contrapuestos.
En mi nuevo libro Trumpistas?pongo la mirada sobre sus votantes para comprender qu¨¦ les motiva y de paso conocer qu¨¦ opciones tiene Trump de ganar la reelecci¨®n en 2020. Los clasifico en cuatro tipos: los fan¨¢ticos, los olvidados, los intolerantes y los resignados.
1. Los fan¨¢ticos
Son los votantes deslumbrados por el personaje que seguir¨¢n con ¨¦l pase lo que pase, haga lo que haga, como es el caso de Gene Huber. Una vez Trump dijo en un mitin que si disparara a alguien en medio de la Quinta Avenida no perder¨ªa ni un votante. Se refer¨ªa a este grupo. Muchos de ellos son el mismo p¨²blico que en los 80 y 90 compraba los tabloides neoyorquinos en los que ¨¦l era un protagonista frecuente. Admiraban sus yates, sus rascacielos y su ¨¦xito con las mujeres. Algunos de estos me contaron que antes de Trump, ni siquiera votaban; otros que nunca antes hab¨ªan o¨ªdo a un pol¨ªtico hablar de forma tan clara. ¡°Yo antes de Trump nunca segu¨ªa la pol¨ªtica, me mor¨ªa de aburrimiento¡±, me dijo Sherry Ray, una votante de Indiana.
2. Los olvidados
Son los votantes del EE.UU. oxidado, el Medio Oeste norte?o que en un pasado no muy lejano era motor industrial del pa¨ªs y ahora se descompone en pedazos. Trump promete un renacer industrial con medidas proteccionistas a pesar de que los expertos se?alan que la principal causa del declive es la robotizaci¨®n. Pero en estas ciudades decadentes tiene mucha resonancia el llamado a ¡°hacer EEUU grande de nuevo¡±. Los blancos sin estudios han perdido la esperanza en el sue?o americano (seg¨²n las encuestas son m¨¢s pesimistas que los hispanos y negros sin estudios).
3. Los intolerantes
La inmigraci¨®n movi¨® su voto
- Un 93% dice que la inmigraci¨®n es importante o muy importante para ellos.
- Un 70% se opone a ofrecer a los indocumentados una v¨ªa para la ciudadan¨ªa.
- Un 74% quiere endurecer la entrada legal a EE.UU.
- Un 52% tiene "sentimientos fr¨ªos" sobre los inmigrantes.
- Un 92% se opone a la entrada de musulmanes a EE.UU.
Fuente: Emily Ekins (Cato Institute)
Algunos estudios han indicado que el racismo fue el motor que llev¨® a Trump al poder?pero otros autores han mostrado que las visiones de los votantes de Trump sobre raza e identidad estadounidense var¨ªan mucho. El hecho de que la mayor¨ªa de los racistas apoye a Trump no significa que la mayor¨ªa de sus simpatizantes sea racista.?Los descaradamente intolerantes son alrededor de un 20% de sus votantes en 2016, seg¨²n un an¨¢lisis de la investigadora del centro de estudios libertario Cato Institute, Emily Ekins con base en una macroencuesta de 8.000 votantes.?Ahora bien, el hecho de que casi 63 millones de estadounidenses le dieran el voto supone que no les import¨® ser asociados con las bases m¨¢s intolerantes del candidato.
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Trump sigui¨® con ¨¦xito el mismo guion del republicano Pete Wilson, el gobernador de California que en los 90 triunf¨® con mensajes de miedo y odio hacia los inmigrantes. California viv¨ªa entonces una transformaci¨®n demogr¨¢fica precoz que no se ha sentido en otros rincones del pa¨ªs hasta mucho m¨¢s tarde. Hoy, California ha dejado atr¨¢s esos a?os oscuros y es un estado que no solo acepta sino que promueve la diversidad, el espa?ol y los estudios ¨¦tnicos. Quiz¨¢s ese sea la etapa final a la que llegar¨¢ el resto del pa¨ªs.
4. Los resignados
Para ellos Trump es el mal menor. Son republicanos que preferir¨ªan a un pol¨ªtico m¨¢s convencional pero que le apoyan porque es uno de los suyos. Votantes como Rosaleen Lynar, una affable maestra jubilada de Florida, me dijo que vot¨® por Trump a rega?adientes porque era la opci¨®n republicana y porque Hillary Clinton ¡°es una socialista¡± que ¡°odia las iglesias¡±. A ella, como a muchos otros votantes cristianos evang¨¦licos, no les disuadi¨® la vida pecaminosa de Trump, tan alejada del idea del Jesucristo: dos divorcios, protagonista de una pel¨ªcula de Playboy y una esposa, la actual primera dama, que pos¨® desnuda en la portada de una revista).
Las causas del ¨¦xito politico de Trump ser¨¢n debatidas durante mucho tiempo. Como vemos, hay un gran descontento en parte de la sociedad estadounidense que Trump ha sabido canalizar, pero no tenemos claro si su ¨¦xito fue un accidente producto del ¨²ltimo resuello de la mayor¨ªa blanca opuesta al cambio demogr¨¢fico o m¨¢s bien el comienzo de un nuevo orden pol¨ªtico.
En EE.UU. ning¨²n demagogo de derechas lleg¨® tan lejos como el actual presidente. Trump y el populismo de derechas triunfaron al mismo tiempo en la pol¨ªtica estadounidense. Por esa relaci¨®n indisoluble, muchos en EE.UU. siguen confiando en que cuando ¨¦l desaparezca de la escena, las aguas volver¨¢n a su cauce. Les alienta que la ultraderecha ha ca¨ªdo derrotada en las urnas en elecciones menores, como en los casos recientes de los candidato al Senado por Alabama, Roy Moore, y a gobernador por Virginia, Ed Gillespie.
Otros, como Edward Luce, autor de The Retreat of Western Liberalism, uno de los libros del a?o 2017 recomendados por The Economist, advierten que hemos entrado en una etapa nueva propicia para los demagogos y peligrosa para la democracia. El triunfo de Trump ser¨ªa un s¨ªntoma (y no una causa) del malestar en la sociedad estadounidense por el declive de la clase media, con paralelos en el Brexit y el ascenso de la ultraderecha en Europa. La indignaci¨®n es un caldo de cultivo perfecto para la pol¨ªtica del resentimiento, contra elites, inmigrantes y otros chivos expiatorios. Si ese diagn¨®stico es cierto y no se pone remedio, inevitablemente habr¨¢ Trumpismo despu¨¦s de Trump.
UN A?O DE TRUMP
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