La falta de acuerdo parlamentario sit¨²a a la Administraci¨®n de EE UU al borde del cierre
La exigencia de Trump de que se financie el muro con M¨¦xico a cambio de un pacto sobre los dreamers dificulta la negociaci¨®n entre republicanos y dem¨®cratas
El Senado de EEUU ha entrado en fase ag¨®nica. Si republicanos y dem¨®cratas no alcanzan hoy un acuerdo, el Gobierno federal tendr¨¢ que cerrar sus puertas por falta de fondos. Ser¨¢ un fracaso rotundo para Donald Trump, quien, justo en el aniversario de su investidura, tendr¨¢ que recoger el fruto amargo de su incapacidad para el di¨¢logo y enfrentarse a un golpe de proporciones hist¨®ricas. Ning¨²n presidente ha sufrido un shutdown teniendo su partido el control de las C¨¢maras.
El reloj ha empezado a correr en contra. El viernes a medianoche se agota el plazo y nadie tiene una previsi¨®n fiable. La primera votaci¨®n ayer en la C¨¢mara de Representantes fue superada por los republicanos con 230 votos a favor y 197 en contra. Distinto fue el caso en el Senado. All¨ª los conservadores tienen 51 de los 100 esca?os, pero necesitan una mayor¨ªa de 60. Ante el miedo a un fracaso, a¨²n se estaba negociando. Hoy, en una jornada de alta tensi¨®n, deber¨¢ resolverse el ¨®rdago.
El problema no es financiero. El desacuerdo no surge de discrepancias en los gastos corrientes. Como ya ocurriera en 2013, la divergencia revela en su n¨²cleo un mal mayor: la fractura social de Estados Unidos. Los republicanos, de hecho, no pretenden resolver de una tacada la financiaci¨®n del Gobierno, sino que ofrecen un acuerdo provisional que les d¨¦ ox¨ªgeno un mes m¨¢s, mientras negocian una propuesta de mayor ambici¨®n. Es un modelo similar al que siguieron en septiembre y diciembre para prorrogar los pagos y que recab¨® el apoyo de los dem¨®cratas. Esta vez, sin embargo, la negociaci¨®n ha encallado y est¨¢ a punto de irse a pique.
As¨ª es el cierre del Gobierno
El ¨²ltimo cierre se registr¨® en 2013 y tuvo como detonante la reforma sanitara de Obama. El coste de aquella paralizaci¨®n, que dur¨® 16 d¨ªas, ha sido calculado en 24.000 millones de d¨®lares. Una vez que el Ejecutivo se queda sin fondos, los trabajadores no esenciales reciben licencia. Hace cuatro a?os la medida afect¨® a 850.000 empleados p¨²blicos. Aquellos efectivos que se consideran esenciales para la seguridad nacional, como militares, agentes de fronteras, polic¨ªas o m¨¦dicos, quedan exentos y deben acudir a sus puestos.
En la ra¨ªz del conflicto se halla Donald Trump. En septiembre pasado, decidi¨® acabar con el programa que daba cobertura legal a los dreamers, cerca de 700.000 inmigrantes, casi todos hispanos, que llegaron al pa¨ªs siendo menores. La medida, que afecta a un colectivo conocido por su integraci¨®n, gener¨® un enorme malestar. Las protestas se sucedieron, pero Trump, en vez de dar marcha atr¨¢s, vio en ello un caudal aprovechable para sus intereses y hace dos semanas exigi¨®, a cambio de un acuerdo para los dreamers, que se le concediesen 18.000 millones de d¨®lares para financiar el muro con M¨¦xico. La pretensi¨®n hizo saltar por los aires los ¨²ltimos puentes.
Los dem¨®cratas, con fuerte voto hispano y viendo cerca las elecciones legislativas de 2018, no s¨®lo rechazan el muro sino que quieren salvar a los dreamers de la deportaci¨®n. Ese es el punto medular de su propuesta, aunque tambi¨¦n han incluido la petici¨®n de ayudas para la devastada isla de Puerto Rico y m¨¢s medidas contra la crisis de los opioides (casi 60.000 muertos al a?o).
Los republicanos, incapaces de sortear las exigencias presidenciales, han buscado transferir la carga a la oposici¨®n. Para ello han introducido en su propuesta el futuro de un programa de salud para ni?os sin seguro creado por Bill Clinton. El efecto es de una crudeza binaria: si los dem¨®cratas votan a favor de la pr¨®rroga de fondos federales, logran extender seis a?os la vida de esta loable iniciativa; si lo rechazan, fuerzan su cierre.
Los dem¨®cratas no han mordido el anzuelo. Por el contrario, han decidido llevar al l¨ªmite la negociaci¨®n e incluso un sector apuesta por forzar el cierre del Gobierno si ello permite alcanzar un acuerdo migratorio. ¡°Si aceptamos ahora la propuesta de los republicamos volveremos donde est¨¢bamos hace un mes y perderemos la capacidad para negociar¡±, se?al¨® el l¨ªder de los dem¨®cratas en el Senado, Chuck Schummer. A favor de esta tesis juega, parad¨®jicamente, la propia fuerza de los republicanos. Con la Casa Blanca y el Congreso en sus manos dif¨ªcilmente nadie va a culpar a los dem¨®cratas del estrangulamiento del Gobierno.
Trump a los antiabortistas: ¡°Estamos con vosotros en todo el camino¡±
Miles de personas se manifestaron este viernes en el centro de Washington en la marcha anual contra el aborto, que se origina en la sentencia del Tribunal Supremo de 1973 que protegi¨® los principales preceptos de interrupci¨®n del embarazo. Los antiabortistas se sienten reforzados en el primer a?o de presidencia de Donald Trump, que ha cumplido algunas de las promesas que hizo al colectivo. "Estamos con vosotros en todo el camino", dijo el republicano a un grupo de manifestantes en la Casa Blanca.
Trump, que en el pasado defend¨ªa la interrupci¨®n del embarazo, ha colocado un juez conservador en el Supremo y ha quitado fondos a las organizaciones en el extranjero que asesoran a favor del aborto. Pero la oposici¨®n dem¨®crata ha impedido que el Congreso, de dominio republicano, prohibiera fondos federales para pr¨¢cticas de aborto. En los ¨²ltimos d¨ªas, Trump ha mandado otro gesto a sus votantes m¨¢s conservadores al anunciar una iniciativa para proteger los "derechos religiosos" del personal sanitario.
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