La crisis de los partidos d¨¦biles
Italia acude a las urnas en un estado de gran inestabilidad y fragilidad pol¨ªtica e institucional provocada, en parte, por la debilidad de sus formaciones
Italia acude a las urnas en un estado de gran inestabilidad y fragilidad pol¨ªtica e institucional. La Rep¨²blica italiana siempre ha tenido instituciones d¨¦biles, pero al menos ten¨ªa partidos fuertes; con la crisis de principios de los a?os noventa del siglo pasado tambi¨¦n ha perdido los partidos, y desde entonces no logra encontrar un r¨¦gimen pol¨ªtico estable. Entre 1994 y 2011 la vida p¨²blica italiana se apoy¨® sobre dos pilares: en la izquierda, la tradici¨®n organizativa procedente del Partido Comunista; en la derecha, un individuo fuerte capaz de catalizar en torno a ¨¦l toda un ¨¢rea ideol¨®gica: Silvio Berlusconi. Sin embargo, con la crisis de la deuda soberana de 2011 estos dos pilares se resquebrajaron.
Uno de los efectos de este resquebrajamiento fue la aparici¨®n del Movimiento 5 Estrellas: una criatura pol¨ªtica quiz¨¢ ¨²nica en Europa, ni de derechas ni de izquierdas, que prospera, principalmente, gracias a los fracasos de los dem¨¢s partidos y gracias al poderoso sentimiento de hostilidad hacia la pol¨ªtica y los pol¨ªticos. Entre 2014 y 2016, Matteo Renzi, elegido secretario del Partido Democr¨¢tico primero, y convertido despu¨¦s en presidente del Gobierno, intent¨® remediar esta situaci¨®n coloc¨¢ndose a s¨ª mismo en el centro del espacio p¨²blico e intentando reformar las instituciones. Sin embargo, los resultados del refer¨¦ndum constitucional del 4 de diciembre de 2016 se?alaron su derrota, tanto pol¨ªtica como institucional.
Esta r¨¢pida premisa hist¨®rica nos explica por qu¨¦ todos los partidos que se enfrentar¨¢n en las urnas el 4 de marzo son d¨¦biles, unos por una raz¨®n y otros, por otra. El Partido Democr¨¢tico y su l¨ªder Renzi no se han recuperado del golpe del refer¨¦ndum, y no consiguen reivindicar de forma convincente cinco a?os de Gobierno en los que, a pesar de todo, lograron alg¨²n resultado. Adem¨¢s, sufrieron una escisi¨®n que aliment¨® la lista de izquierdas Libres e Iguales. El Movimiento 5 Estrellas no ha perdido apoyos desde 2013 hasta hoy, m¨¢s bien al contrario, pero la mayor¨ªa de los italianos sigue consider¨¢ndolo demasiado voluble y ambiguo desde el punto de vista program¨¢tico y, en gran medida, demasiado opaco desde el punto de vista organizativo. Y tiene miedo de su inexperiencia.
La Liga, guiada por su nuevo l¨ªder, Matteo Salvini, ha pasado del 4% de 2013 a casi el 13% que le atribuyen hoy los sondeos. Pero es un partido soberanista que se inspira en el Frente Nacional de Marine Le Pen, y la mayor¨ªa de los electores lo considera por ello demasiado extremista. Este panorama tan poco alentador explica tambi¨¦n la supervivencia de Berlusconi, que tiene habilidad para soportar los numeros¨ªsimos golpes personales y pol¨ªticos recibidos y para reinventarse una imagen de estadista experto y tranquilizador. Pero tambi¨¦n esta es una soluci¨®n fr¨¢gil: seguimos hablando de una persona de 81 a?os, superviviente de innumerables derrotas.
Este escenario tan poco estimulante explica tambi¨¦n el clima general de la campa?a electoral, que, en mi opini¨®n, tiende mucho m¨¢s a la resignaci¨®n que al entusiasmo. La carrera de los partidos por escapar de la realidad hacia un maravilloso mundo imaginario de promesas hiperb¨®licas, carrera que desear¨ªa reavivar el entusiasmo, consolida, por el contrario, la resignaci¨®n. En 2013, la abstenci¨®n alcanz¨® el r¨¦cord para unas elecciones pol¨ªticas: el 25%. Este a?o podr¨ªa llegar al 30%. Adem¨¢s, una parte importante de los votantes ¡ªse estima que entre el 15% y el 20%¡ª decidir¨¢n en las ¨²ltimas 24 horas, o incluso en la cabina electoral, a qui¨¦n votar. Un claro signo de indecisi¨®n y desafecci¨®n que, entre otras cosas, reduce la fiabilidad de los sondeos y deja margen para alguna sorpresa.
Pero si dejamos aparte las sorpresas y nos atenemos a los sondeos actuales, la ¨²nica agrupaci¨®n que quiz¨¢ podr¨ªa lograr una mayor¨ªa en el Parlamento ser¨ªa la alianza entre Berlusconi y la Liga de Salvini. Pero Salvini, como ya se ha dicho, es lepenista, mientras que Berlusconi pertenece al Partido Popular Europeo: ?qu¨¦ pol¨ªtica har¨ªa su Gobierno en Bruselas? Otra mayor¨ªa posible, aunque improbable, es una gran coalici¨®n entre Berlusconi, alejado de la Liga, y el Partido Democr¨¢tico de Renzi. Si estas dos soluciones fueran imposibles, entonces nadie puede predecir lo que ocurrir¨¢. Que se forme un gobierno del Movimiento 5 estrellas con la Liga ¡ªhip¨®tesis tan temida en Europa¡ª sigue siendo algo muy improbable. El mayor riesgo que corre Italia no es que un gobierno fuerte haga algo muy est¨²pido, sino que un gobierno muy d¨¦bil, en una situaci¨®n general de fragilidad pol¨ªtica e institucional, no haga nada.
Giovanni Orsina es polit¨®logo y profesor de Sistemas Pol¨ªticos de la Universidad LUISS.
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