Macri-Moyano, la batalla definitiva que marca el futuro de Argentina

Las batallas pol¨ªticas en Argentina se libran en campo abierto, sin medias tintas. Perder implica casi siempre acabar en la c¨¢rcel. Nadie sabe m¨¢s de esas guerras que Hugo Moyano, el hist¨®rico l¨ªder de los camioneros que se ha enfrentado en alg¨²n momento a todos los gobiernos democr¨¢ticos. Admirador declarado de Jimmy Hoffa, jefe de los camioneros de EEUU conocido por sus v¨ªnculos con la mafia, cuyo cad¨¢ver nunca fue encontrado despu¨¦s de su misteriosa desaparici¨®n en 1975, Moyano siempre ha sabido utilizar su capacidad de paralizar el pa¨ªs como elemento disuasorio para los pol¨ªticos que pretend¨ªan acabar con ¨¦l.

Nadie se anim¨® a llegar al final, a pesar de que las sospechas sobre su enriquecimiento il¨ªcito recorren hace a?os todos los despachos del poder argentino. Muchos amagaban con la embestida final contra el todopoderoso Moyano y su clan, pero el l¨ªder camionero siempre se libraba. La justicia no le molest¨® ni siquiera cuando su tesorero, Abel Beroiz, muri¨® asesinado en un crimen de claro corte mafioso que los jueces atribuyeron a una guerra interna en el sindicato.

Pero esta vez parece diferente. Moyano est¨¢ a punto de caer precisamente a manos del que fue su gran aliado en los ¨²ltimos a?os, Mauricio Macri. Cuando el presidente era alcalde de Buenos Aires, Moyano pactaba todo con ¨¦l y juntos peleaban contra Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Cuando Macri lleg¨® a la Casa Rosada, Moyano fue una de las primeras personas a las que recibi¨®. Ahora la guerra es total entre ellos, y muchos analistas apuestan por primera vez al final del todopoderoso sindicalista, capaz de sobrevivir a seis presidentes.

Los macristas creen que esta vez es posible acabar con Moyano porque, dicen, est¨¢ m¨¢s solo que nunca y los indicios que maneja la justicia, proporcionados por el Gobierno y sus responsables de Hacienda, son mucho m¨¢s s¨®lidos que otras veces. Los jueces ya han encarcelado a varios sindicalistas, algo inusual en Argentina, pero Moyano es la pieza mayor, y verlo entre rejas ser¨ªa una conmoci¨®n para todos de consecuencias imprevisibles. Nadie descarta un pacto de ¨²ltima hora entre los dos, habitual en Argentina, pero el tono no parece conciliador. "Si voy preso, que sea en la celda de al lado de padre de Macri", clama Moyano. "Creo que les queda poco tiempo. La gente ya est¨¢ convencida de que este gobierno est¨¢ fracasando y no tiene respuesta", remata. "Es la l¨ªnea de una amenaza mafiosa, es un accionar que repudiamos profundamente como dem¨®cratas y como deber¨ªan repudiar todos los sectores pol¨ªticos de este pa¨ªs", le contesta Marcos Pe?a, mano derecha de Macri. A ninguno de los dos se les puede reprochar que no hablen claro.

En el Gobierno admiten que el l¨ªder camionero puede parar el pa¨ªs. Su hijo Pablo en una reciente entrevista en EL PA?S, aseguraba que su padre "admira a Hoffa pero no acabar¨¢ como ¨¦l" y que "ser¨ªa un orgullo que este Gobierno gorila [antiperonista] nos lleve presos", pero sobre todo recordaba que no solo controlan los camiones, tambi¨¦n el movimiento de dinero, los peajes, el transporte de combustible, y casi cualquier cosa que vaya a ruedas. "Si Camioneros para no se mueve una tapa de gaseosa", se ufanaba Pablo. Pero incluso eso tiene un l¨ªmite, dicen en el Ejecutivo. "Pueden parar una semana, 10 d¨ªas, ?y el d¨ªa 11? Nadie le va a seguir si el ¨²nico objetivo real es salvarse de la c¨¢rcel", asegura un miembro del Gobierno.

Los peronistas tienen frases redondas para todo, y esta situaci¨®n no es una excepci¨®n: "los peronistas acompa?amos a nuestros dirigentes hasta la puerta del cementerio, pero dif¨ªcilmente entramos", suelen decir. Esto es, si lo ven acabado, los suyos le dejar¨¢n caer. "Los dem¨¢s sindicatos no le siguen porque ven que solo est¨¢ peleando por sus intereses. Incluso dentro de su sindicato hay gente que llegado el momento no va a querer acompa?arle a la c¨¢rcel", remata el miembro del Ejecutivo macrista, que ya se est¨¢ preparando para la batalla final. De momento Moyano solo ha convocado una movilizaci¨®n masiva, para ver qui¨¦n le sigue. Pero la batalla final es inminente.

El Gobierno y algunos jueces creen que esta vez ha llegado el momento, y est¨¢n acorralando a Moyano. Ya ha ca¨ªdo su guardaespaldas de toda la vida, el polaco Petrov, que intent¨® evitar su detenci¨®n tiroteando a la polic¨ªa, y el Bebote ?lvarez, jefe de la barrabrava de Independiente, el equipo que preside. Moyano no solo es un sindicalista poderoso, con los a?os se ha convertido en un empresario con intereses fuertes. Y ahora est¨¢ en riesgo la empresa clave de su conglomerado, OCA, el correo privado. Ah¨ª el Gobierno le tiene atrapado porque puede ejecutar la enorme deuda que tiene con el Estado.

Macri por tanto tiene todas las de ganar, aunque Moyano siempre ha logrado vencer a todos los presidentes que intentaron destruirlo, incluida la todopoderosa Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Ahora incluso parece dispuesto a aliarse con ella, su enemiga eterna, para frenar a Macri. En el peronismo no existen los enemigos irreconciliables. Las rivalidades son tan pasajeras como las alianzas. El fallecido Julio Grondona, patr¨®n del f¨²tbol argentino durante 35 a?os, se hizo un anillo con la frase que marc¨® su carrera y que parece estar en la cabeza de Moyano: "Todo pasa".

Algunos creen que quedar¨¢ en nada, pero la batalla entre Macri y Moyano parece definitiva y clave, porque marca el futuro de Argentina, un pa¨ªs en el que el pulso constante entre los sindicalistas y el Gobierno lo marca todo, sobre todo cuando quien est¨¢ en el poder no es peronista. Los sindicatos contribuyeron decisivamente a la ca¨ªda de los radicales Ra¨²l Alfons¨ªn y Fernando de la R¨²a. Macri ya ha dejado muy claro que no acabar¨¢ como ellos, e incluso ha eliminado el helipuerto que ten¨ªa la Casa Rosada en el techo para diluir esa imagen so?ada por sus enemigos de verlo huir como a De la R¨²a. Pero al presidente no le basta con sobrevivir. Necesita tomar decisiones econ¨®micas fuertes para bajar los costes de Argentina. Y Moyano es uno de los principales obst¨¢culos para lograrlo. Por eso todos en el pa¨ªs austral est¨¢n pendientes de esta batalla que marcar¨¢ el paso de todas las dem¨¢s.