La muerte de un aspirante a polic¨ªa pone en cuesti¨®n la dureza de los ¡°bailes¡± de instrucci¨®n en Argentina

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La provincia norte?a de La Rioja es una de las m¨¢s calurosas de Argentina. El sol del verano eleva los term¨®metros por encima de los 40 grados y los riojanos resisten las horas m¨¢s duras protegidos en sus casas. Salvo que sean aspirantes a polic¨ªa. La semana pasada, 12 cadetes de entre 19 y 26 a?os obedecieron la orden de sus instructores en la Escuela de Oficiales y realizaron un ¡°baile¡± al aire libre, como llaman los uniformados a las rutinas de ejercicios m¨¢s exigentes. La prueba dej¨® a todos ellos internados en cuidados intensivos. Hijo de polic¨ªa, Garay era el m¨¢s joven de la clase y no resisti¨®. Una ¡°deshidrataci¨®n aguda¡± arruin¨® su coraz¨®n y sus ri?ones. Agoniz¨® cinco d¨ªas en el hospital de La Rioja y muri¨® el s¨¢bado, v¨ªctima de una vieja tradici¨®n de mano dura que ahora ha sido puesta en entredicho. La familia de Garay denunci¨® una tortura, como en los tiempos de la dictadura militar. Y el gobernador de la provincia, Sergio Casas, apur¨® una soluci¨®n pol¨ªtica: en menos de 24 horas removi¨® a su ministro de Seguridad, al jefe de la Polic¨ªa y a todos los encargados de la escuela. Ocho oficiales est¨¢n presos, acusados de homicidio.

La muerte de Garay ha convulsionado el feriado de carnaval en Argentina porque trae malos recuerdos. En marzo de 1994, el soldado Omar Carrasco muri¨® en un cuartel militar de Neuqu¨¦n. Su cuerpo apareci¨® golpeado entre unos matorrales 20 d¨ªas despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito dijera a sus padres que hab¨ªa desertado. El ¡°caso Carrasco¡± provoc¨® tal impacto que el presidente Carlos Menen (1989-1999) aboli¨® tres meses despu¨¦s el servicio militar obligatorio. Termin¨® as¨ª con una pr¨¢ctica que, con los a?os, se hab¨ªa convertido en ¡°la colimba¡±, contracci¨®n del ¡°corre, limpia, barre¡± al que se somet¨ªa a miles de adolescentes que apenas salidos del colegio secundario eran durante un a?o mano de obra gratuita en los cuarteles. ¡°Salvando las distancias, pas¨® lo mismo que con Carrasco¡±, advirti¨® el gobernador Casas. Ya no hay servicio obligatorio que pueda ser eliminado, pero se ha puesto en cuesti¨®n la violencia de los entrenamientos actuales.

"Le practicaron sesiones de tortura, porque eso no fue un entrenamiento. Los maltrataron, les pegaron, les dijeron barbaridades, a mi hermano lo mataron en su primer d¨ªa de formaci¨®n. Nunca pens¨¦ que despu¨¦s de tanto tiempo estemos ante un relato de la ¨²ltima dictadura militar¡±, dijo Roque Garay, hermano de Emanuel. ¡°Los hicieron entrenar en condiciones infrahumanas. Les negaron el agua y por eso mi hermano cay¨® desmayado. En ese momento la persona que estaba a cargo dijo esa frase aberrante: 'Si se tiene que morir, que se muera'. Mi hermano qued¨® entonces inconsciente, tirado bajo el sol de las tres de la tarde, y no recibi¨® ayuda. A la media hora convulsion¨® y lo ayudaron. Lo llevaron al hospital pero ya entr¨® en coma¡±, relat¨® a medios riojanos.

La dureza del entrenamiento fue cuestionada incluso por el padre de Emanuel, un polic¨ªa con a?os de experiencia en la fuerza. ¡°Los hacen formar, como hace 30 a?os, bajo el sol. Los tuvieron dos horas, sin agua, y empez¨® el baile. Luego fue a casa, mojado. Le cambiamos la ropa, no quiso comer. Volvi¨® y a las 15 empez¨® la formaci¨®n de nuevo. Lo mismo, al rayo del sol y de nuevo el baile. No es una escuela de formaci¨®n sino de tortura. La escuela de La Rioja siempre fue una escuela de tortura¡±, denunci¨®.

?Antes de ser despedido, el jefe de la Polic¨ªa de La Rioja, Luis P¨¢ez, admiti¨® que los protocolos de la instrucci¨®n necesitan un cambio. "Lamentablemente¡±, dijo, ¡°nuestra ciudad es muy calurosa y quiz¨¢s negligentemente no hemos tenido en cuenta ese tipo de calor y ahora estamos padeciendo esta situaci¨®n. Hago un mea culpa¡±. El impacto pol¨ªtico lleg¨® incluso hasta el jefe de la polic¨ªa Federal, N¨¦stor Roncaglia, a cargo de una instituci¨®n que opera a nivel nacional. "La instrucci¨®n policial es intensa ya que es una cuesti¨®n de supervivencia. Hay una exigencia f¨ªsica, pero no privarlos de los derechos del hombre, como un vaso de agua. Es un extremo y no estoy de acuerdo", dijo. Es posible que la polic¨ªa revea ahora sus protocolos de entrenamiento, como prometi¨® P¨¢ez. Ya ser¨¢ demasiado tarde para Emanuel.