Elecciones presidenciales en Colombia II
Petro representa la cr¨ªtica al 'establishment' pol¨ªtico y econ¨®mico, pero no logr¨® crear una estrategia para contrarrestar las acusaciones de populismo
Como lo escrib¨ª en la columna pasada, a poco m¨¢s de tres meses de la primera vuelta presidencial dos outsiders de la pol¨ªtica est¨¢n liderando las preferencias electorales en Colombia. El primero es Sergio Fajardo, de quien escrib¨ª la semana pasada, quien encarna el sentimiento de la nueva pol¨ªtica, la anticorrupci¨®n y la cr¨ªtica al clientelismo tradicional.
El otro candidato que puntea es Gustavo Petro. Mientras Fajardo no polariza y su gran ventaja es que aglutina aquella parte de la sociedad cansada del discurso entre la guerra y la paz, Petro es de amor o de odios, no hay punto medio con ¨¦l. Representa el sentimiento del oprimido, la cr¨ªtica al?establishment pol¨ªtico y econ¨®mico, el deseo de equidad de las clases populares colombianas y cada vez m¨¢s penetra la clase media.
Hace apenas algunas horas estuvo en Valledupar, capital del departamento del C¨¦sar, ubicado al norte del pa¨ªs. Una zona dominada por la familia Gnecco quien controla la gobernaci¨®n y al menos 15 alcald¨ªas, as¨ª como todas las instituciones del orden nacional presentes en la zona. Nadie hace nada sin el permiso de los Gnecco. Sin embargo, a la llegada de Petro al aeropuerto miles de personas se agolparon y lo que deb¨ªa ser una marcha se convirti¨® en una gran concentraci¨®n. All¨ª los manifestantes coreaban ¡°yo vine porque quise, a m¨ª no me pagaron¡±, y en una reuni¨®n privada la frase que sorprendi¨® al momento de indagar por qu¨¦ apoyaban a Petro fue: ¡°Nos mamamos de comer mierda¡±. Esta frase, aunque parezca fuerte, en el lenguaje popular significa que hay un sector de la poblaci¨®n muy cansado de su situaci¨®n socioecon¨®mica.
Pero Gustavo Petro no es un fen¨®meno en la pol¨ªtica por encarnar ese sentimiento, lo es al menos por dos razones m¨¢s: 1. Tiene todos los medios de comunicaci¨®n, l¨ªderes de opini¨®n y pol¨ªticos en contra de ¨¦l. A diario se escuchan acusaciones de castrochavista, del candidato del comunismo y la ultraizquierda. Recientemente le dicen populista, y a pesar de esto no para de crecer en las encuestas. 2. Adem¨¢s, ha sido un fen¨®meno porque ha superado todo tipo de cr¨ªticas cuando fue alcalde de Bogot¨¢ y las convierte en herramientas para mostrar que es un perseguido pol¨ªtico.
El odio del?establishment a Petro es tal vez la mejor carta de presentaci¨®n ante las clases populares y medias. Se le ha acusado de ser un Ch¨¢vez en potencia, algo as¨ª como el Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador colombiano. Sin embargo, su discurso, como lo dice el analista Le¨®n Valencia, es una adaptaci¨®n de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales los ha adoptado. Una de las cualidades de Petro es su verbo.
Para muchos analistas en todo caso ese miedo, de varios sectores de la sociedad, hacia Petro lo hace un candidato inviable o toxico, con un techo muy bajo, es decir, cercano al 30%, el cual para una segunda vuelta presidencial lo har¨ªa un seguro perdedor. Mientras m¨¢s crece Petro m¨¢s se asustan las ¨¦lites y m¨¢s el pa¨ªs se podr¨ªa ir a la derecha radical. Ese es su gran problema, en todo caso, para estos analistas, el techo de Petro estaba en el 20% y ya lo super¨®, ahora lo colocan en el 30%. Pero as¨ª como el crecimiento de Petro asusta a mucha gente, tambi¨¦n los ataques de todos los sectores lo fortalecen y hace que mucha gente se solidarice con ¨¦l, pues lo consideran un perseguido.
Petro ha cometido dos grande errores. Por un lado, cre¨® una lista propia al Congreso de la Rep¨²blica y el 11 de marzo, cuando se elija el legislativo, si su lista no obtiene una gran votaci¨®n se puede hundir en las encuestas. Mucha poblaci¨®n es petrista y vota por Petro pero no por su lista. Se cree que no lograr¨¢ pasar el umbral que est¨¢ en 480.000 votos. Habr¨¢ que esperar en todo caso. El segundo error es que no logr¨® crear una estrategia de comunicaci¨®n para contrarrestar los ataques que lo acusan de ser el Ch¨¢vez colombiano y un populista, y por ende, para los candidatos de centro se ha hecho una figura que es vista con precauci¨®n, pues podr¨ªa quitar m¨¢s de lo que pone en t¨¦rminos de votos. Casi nadie quiere una alianza con ¨¦l. En todo caso, el fen¨®meno de este candidato supone un mensaje para la ¨¦lite colombiana. Como lo dijo un taxista en Sincelejo, Sucre, Petro es el candidato de los olvidados y marginados.
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