Bruselas presentar¨¢ en primavera propuestas frente a la manipulaci¨®n en las redes

Comenz¨® como un c¨¢ndido intento de contrarrestar la propaganda rusa y ha derivado en una amplia reflexi¨®n sobre si hacen falta nuevas leyes para atajar el fen¨®meno. La estrategia de la Uni¨®n Europea contra las llamadas noticias falsas ¡ªun caj¨®n de sastre que incluye conceptos como desinformaci¨®n, manipulaci¨®n, bulos¡­¡ª se ha intensificado a medida que crec¨ªa la alarma sobre su impacto. A las autoridades comunitarias, pese a todo, les aterra cualquier iniciativa que pueda interpretarse como un freno a la libertad de expresi¨®n. Y la lucha contra las fake news corre el riesgo de adentrarse en ese terreno resbaladizo.

Bruselas ha abierto dos v¨ªas para combatir los mensajes enga?osos que se propagan con rapidez por Internet. La primera, vigente desde finales de 2015, se basa en la labor de una modesta unidad del servicio diplom¨¢tico comunitario que trata de desmontar historias falsas orquestadas en buena medida por actores rusos. Los 13 expertos que combaten la desinformaci¨®n dirigida al vecindario oriental de la UE ¡ªpero tambi¨¦n al mismo coraz¨®n del club comunitario¡ª cuentan por primera vez este a?o con presupuesto propio.

Adem¨¢s de recibir m¨¢s personal, fuentes de ese equipo esperan emplear los nuevos recursos para entrenar a otros funcionarios en esas destrezas y para analizar mejor la manipulaci¨®n. Este grupo de trabajo ha desmontado 3.700 casos desde que comenz¨® su labor, pero apenas se apoya en una red de voluntarios para alimentar la base de datos (euvsdisinfo.eu). Los integrantes de esta c¨¦lula, de nombre East Stratcom Task Force, aspiran a profesionalizar la red y a ofrecer sus productos en m¨¢s lenguas (ahora se limitan al ingl¨¦s y al ruso).

¡°Es un grupo muy productivo, pero peque?o. La UE no hace lo suficiente para luchar contra este fen¨®meno. Porque las noticias falsas son solo una peque?a parte del problema. La m¨¢quina de propaganda es un problema mucho mayor y m¨¢s dif¨ªcil de combatir¡±, reflexiona Malgorzata Zawadzka, experta en manipulaci¨®n informativa del Warsaw Institute, una fundaci¨®n polaca que alerta sobre la influencia rusa en Europa.

Consciente de que las noticias falsas rebasan con creces el ¨¢mbito de la intoxicaci¨®n rusa, la Comisi¨®n Europea ha lanzado este a?o una segunda l¨ªnea de trabajo. Se trata de un grupo de expertos que debe analizar el fen¨®meno y proponer medidas para mitigarlo. La cuarentena de profesionales liderados por Madeleine de Cock Buning desde mediados de enero eval¨²a c¨®mo definir un medio de comunicaci¨®n, la necesidad de revelar sus intereses financieros, la preparaci¨®n de los ciudadanos para interpretar la informaci¨®n y, en ¨²ltima instancia, la conveniencia de legislar en la UE.

La primera reuni¨®n de esa unidad, que presentar¨¢ sus resultados en marzo, arroj¨® reflexiones clave. ¡°Existe una discrepancia entre la regulaci¨®n de los canales de radio y televisi¨®n y la ausencia de regulaci¨®n para las plataformas [de Internet]. Esto distorsiona el mercado de medios y amenaza el ecosistema tradicional¡±, se puede leer en las minutas. La discusi¨®n sirvi¨® para analizar el papel de los anunciantes que utilizan esos foros como veh¨ªculo de promoci¨®n y sugerir ¡°la necesidad de que se responsabilicen de sus decisiones¡±. Los expertos se mostraron esc¨¦pticos respecto a la idea de autorregulaci¨®n en este terreno, ¡°dada la experiencia con los anunciantes¡±.

El margen disponible entre regular en exceso o no hacer lo suficiente es estrecho. ¡°El grupo de expertos es excelente, pero ha llevado demasiado tiempo constituirlo. Hay que dar una respuesta r¨¢pida porque este fen¨®meno evoluciona con rapidez¡±, aconseja Heidi Tworek, de la Universidad British Columbia (Canad¨¢) y la casa de an¨¢lisis German Marshall Fund. Esta historiadora insta a plantear un debate mucho m¨¢s amplio para desactivar las noticias falsas: la necesidad de apoyar a los medios de comunicaci¨®n de calidad, muchos de los cuales atraviesan hoy dificultades financieras. ¡°Es una cuesti¨®n extremadamente compleja¡±, admite Tworek.