La f¨¢brica rusa de las mentiras
Cientos de personas trabajan desde 2014 en un bloque de oficinas de San Petersburgo. Su misi¨®n es sembrar de bulos la comunicaci¨®n en Internet, a favor del Kremlin
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
La guerra y el ¡°fascismo¡± en Ucrania, la ¡°decadencia¡± de Europa, los apuros financieros de Grecia; el presidente de EE UU, Barack Obama, y la canciller alemana ?ngela Merkel. Todos estos temas eran blanco de los comentarios cr¨ªticos que la ¡°f¨¢brica de mentiras¡± de San Petersburgo generaba cuando Marat Mindiy¨¢rov, de 43 a?os, pas¨® por aquel engranaje, desde el 15 de diciembre de 2014 al 15 de febrero de 2015.
En un caf¨¦ de San Petersburgo Mindiy¨¢rov cont¨® esta semana su experiencia a EL PA?S. Pocos d¨ªas antes, el departamento de Justicia de EE UU difundi¨® el informe del fiscal especial Robert Mueller sobre las supuestas injerencias rusas en los procesos pol¨ªticos estadounidenses desde 2014 hasta hoy, incluidas las elecciones de 2016.
El informe Mueller denuncia a la Agencia de Investigaci¨®n de Internet (AII) por la creaci¨®n y uso de cuentas con identidades falsas o ajenas para comprar anuncios y pagar servicios en EE UU, mediante recursos t¨¦cnicos ubicados en aquel pa¨ªs y tambi¨¦n de utilizar a ciudadanos norteamericanos ajenos a su participaci¨®n en tramas delictivas dirigidas desde la calle S¨¢vuchkina n¨²mero 55, en San Petersburgo.
El principal involucrado en la lista de 13 personas del fiscal Mueller es Yevgueni Prigozhin, fundador de un poderoso imperio de catering gracias a sus buenas relaciones con la clase dirigente rusa. Prigozhin es acusado de financiar mediante diversas compa?¨ªas las injerencias en la pol¨ªtica norteamericana y en las elecciones presidenciales de 2016.
Mindiy¨¢rov, que trabaja actualmente como mensajero, dice estar muy satisfecho del informe de Mueller y cree que tras su publicaci¨®n ¡°ya nada ser¨¢ igual¡±. En la denominada ¡°f¨¢brica de mentiras¡±, nuestro interlocutor fue solo una peque?a pieza en un aparato propagand¨ªstico que, seg¨²n investigaciones del servicio RBK, ha evolucionado y se ha diversificado con el tiempo hasta llegar a formar un verdadero imperio informativo en el que se integran un m¨ªnimo de 16 medios de orientaci¨®n ¡°patri¨®tica¡±. Esos medios, seg¨²n RBK, se aglutinan en torno a la llamada Agencia Federal de Noticias y ocupan posiciones de cabeza en los buscadores rusos.
En su forma original, netamente propagand¨ªstica, la f¨¢brica es parte de una reacci¨®n a los m¨ªtines de protesta contra las irregularidades en los comicios parlamentarios y presidenciales de 2011 y 2012. ¡°El Kremlin se dio cuenta entonces de que hab¨ªa abandonado Internet en manos de la oposici¨®n y los sectores liberales prooccidentales y comenz¨® a subsanarlo¡±, comenta un directivo del campo de la comunicaci¨®n muy bien informado, que prefiere no ser citado. La fuente dice desconocer cu¨¢l es el mecanismo de vinculaci¨®n entre la ¡°f¨¢brica de mentiras¡± y las estructuras estatales rusas y recuerda el poco inter¨¦s que Putin hab¨ªa mostrado por Internet en el pasado.
Mindiy¨¢rov lleg¨® a la ¡°f¨¢brica de mentiras¡± cuando estaba a punto de quedarse en paro, pues el hostal donde trabajaba iba a cerrar sus puertas. Uno de los clientes escrib¨ªa comentarios para el establecimiento de la calle S¨¢vuchkina y le anim¨® a probar suerte. Tras un examen de fluidez verbal y ortograf¨ªa y un sondeo sobre su orientaci¨®n ideol¨®gica, lo pusieron a escribir textos. Trabajaba 12 horas al d¨ªa (dos d¨ªas seguidos y dos d¨ªas libres), por un sueldo que oscilaba entre los 40.000 y 50.000 rublos (un euro equivale hoy a 69 rublos). Seg¨²n cuenta, formaba parte de una ¡°brigada¡± de unas 20 personas instaladas en un despacho. En cada una de las cuatro plantas del edificio hab¨ªa entre ocho y diez despachos con an¨¢logo n¨²mero de trabajadores. As¨ª que, seg¨²n Mindiy¨¢rov, en el local trabajaban varios centenares de personas.
Siguiendo las directrices por correo electr¨®nico de los tutores, la brigada desarrollaba el tema de turno. Obama era ¡°un fil¨®n inacabable¡±, seg¨²n nuestro interlocutor. A veces, ¡°se llegaba a situaciones absurdas¡±, como sacarle punta al momento en que Obama se quit¨® el chicle de la boca en una ceremonia oficial durante una visita a India. La brigada de Mindiy¨¢rov ¡°se invent¨® cuatro o cinco personajes ¡°que interactuaron en la Red, uno de ellos a favor del l¨ªder estadounidense y el resto en contra. El resultado fueron 135 comentarios sobre la ¡°degradaci¨®n de las costumbres en Am¨¦rica¡±, dice. ¡°A veces, los noticiarios de la televisi¨®n estatal reproduc¨ªan los temas en los que hab¨ªamos estado trabajando nosotros con el mismo orden y sesgo¡±, dice.
Una empresa paramilitar
Mindiy¨¢rov recuerda la visita navide?a del presidente a una iglesia. ¡°A Putin se le elogiaba constantemente y tanto elogio resultaba aburrido. Era un trabajo mon¨®tono y agotador. No hab¨ªa condiciones para ser creativo¡±, afirma. Los comentaristas colocaban sus mentiras en p¨¢ginas de Internet de provincias rusas. Mindiy¨¢rov dice no haber tenido contacto con otros comentaristas del taller internacional, dirigido a un auditorio de fuera de Rusia. En el reclutamiento de personal para actuar en Facebook, un trabajo en el que se ofrec¨ªa mejor sueldo que en su secci¨®n, no lo aceptaron debido a su bajo nivel de ingl¨¦s.
Del kiosko de perritos calientes al imperio gastron¨®mico
Yevgueni Prigozhin, m¨¢s conocido como "el cocinero del Kremlin", comenz¨® su carrera en Leningrado (hoy San Petersburgo) vendiendo perritos calientes, seg¨²n cont¨® en 2011 en una entrevista con Gorod-812. ru.
Sin haber acabado su educaci¨®n superior como qu¨ªmico farmac¨¦utico, Prigozhin fund¨® varios restaurantes en la ciudad del Neva. Uno de ellos, "St¨¢raia Tamozhna", se convirti¨® en lugar de cita entre pol¨ªticos rusos y hu¨¦spedes extranjeros. De ah¨ª, el empresario pas¨® a alimentar a los participantes de eventos como las reuniones del G-8 (la cumbre de las primeras potencias mundiales de la que Rusia fue excluida en 2014).
Prigozhin dijo haber conocido a Putin cuando este acudi¨® a uno de sus restaurantes acompa?ado del primer ministro japon¨¦s Isiro Mori (en 2000). Posteriormente, Putin volvi¨® al restaurante en compa?¨ªa de George Bush, que viaj¨® a San Petersburgo en 2006.
Tras su ¨¦xito como restaurador, Prigozhin emprendi¨® la aventura del "catering" dirigida a instituciones de ense?anza, funcionariales y militares. El empresario est¨¢ orgulloso de haber fundado la primera f¨¢brica de comida precocinada envasada al vacio de Rusia, a cuya apertura Putin acudi¨® en octubre de 2010.
"Putin vio c¨®mo hice negocio desde el kiosko y c¨®mo no se me caen los anillos por llevarles personalmente el plato a las cabezas coronadas, cuando llegan a m¨ª como hu¨¦spedes", explicaba.
Las empresas alimenticias de Prigozhin act¨²an a modo de cartel, dice el periodista Alexandr Gorshkov, director del servicio informativo Fontanka.ru, que cita al Comit¨¦ Antimonopolio de Rusia. ¡°Siempre ganan todos los concursos a los que se presentan y los contratos con la administraci¨®n le reportan miles de millones de rublos que se gastan en el mantenimiento de las compa?¨ªas militares privadas¡± ¡°La f¨¢brica de mentiras es parte de un enorme iceberg¡±, opina Garshkov, que atribuye los m¨¢s de mil art¨ªculos cr¨ªticos contra Fontanka.ru aparecidos en las redes sociales rusas desde agosto pasado a sus informaciones sobre la compa?¨ªa Wagner dadas por su agencia.
Dzheijun Nasimi Ogly Asl¨¢nov, que dirigi¨® aquel reclutamiento de cuadros para Facebook, est¨¢ ahora en la lista del fiscal Mueller y puede ser extraditado si viaja a pa¨ªses con los que Washington tiene convenio de extradici¨®n. Seg¨²n Mindiy¨¢rov, Asl¨¢nov se distingu¨ªa humanamente en el grupo de ¡°personajes indiferentes¡± ¡ªestudiantes, gente que no acab¨® la carrera¡ª, concentrados en ¡°la difusi¨®n de mentiras¡± en las que solo cre¨ªan ¡°algunos locos¡± que proclamaban sus ideas en la cocina, cuando interrump¨ªan su labor para comer.
Mientras inger¨ªan el contenido de sus fiambreras, ¡°a lo sumo brome¨¢bamos sobre c¨®mo era posible que en las estructuras del restaurador del Kremlin [Prigozhin] ni siquiera hubiera cantina¡±, dice. Mindiy¨¢rov no hab¨ªa firmado ning¨²n contrato, no ten¨ªa documentos que lo acreditaran como colaborador de la agencia y recib¨ªa el sueldo en met¨¢lico. En una ocasi¨®n fue abroncado por confundir al presidente de Ucrania V¨ªctor Yanuk¨®vich con su sucesor, Petr¨® Poroshenko, y criticar al primero en lugar del segundo. Esper¨® al d¨ªa de pago y se march¨® sin despedirse.
La experiencia de Mindiy¨¢rov es anterior a la implicaci¨®n de la AII en la campa?a electoral norteamericana. En una investigaci¨®n de RBK, publicada en octubre, se afirma que la tarea de desacreditar la imagen de los candidatos norteamericanos fue impartida a principio de la primavera de 2015.
Entre las estructuras vinculadas con Prigozhin est¨¢ la empresa paramilitar privada Wagner, ahora centro de atenci¨®n p¨²blica por las inc¨®gnitas sobre sus efectivos muertos en Siria. Estas dos instituciones ¡ªla f¨¢brica de mentiras y Wagner¡ª podr¨ªan ser consideradas como un ejemplo de la tendencia del Estado a practicar el outsourcing (externalizaci¨®n) de operaciones arriesgadas para su propia legitimidad, seg¨²n la polit¨®loga Yekaterina Schulman. En la emisora El Eco de Mosc¨², esta especialista advert¨ªa del precio de tal ¡°deslocalizaci¨®n¡±, que puede traducirse en una erosi¨®n de ese mismo Estado.
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