Emigrar de Venezuela sin nada en el bolsillo
El hambre y la inflaci¨®n voraz que se come los salarios obligan a los m¨¢s empobrecidos a salir del pa¨ªs. En 2017 las autoridades colombianas sellaron el pasaporte a 796.000 venezolanos
El venezolano Gregory D¨ªaz cruz¨® en junio pasado el puente internacional Sim¨®n Bol¨ªvar hacia Colombia con un televisor a cuestas, su ¨²nico patrimonio. Lo vendi¨® en C¨²cuta y logr¨® quedarse unos meses con el dinero recibido por la transacci¨®n y con la tarjeta de movilidad fronteriza, que el Gobierno colombiano ha emitido a 1.300.000 venezolanos desde mayo de 2017, con la intenci¨®n de regularizar el cada vez m¨¢s caliente paso, que a diario se atiborra de gente que intenta escapar de la grave crisis econ¨®mica y social que vive el pa¨ªs sudamericano.
La cada vez m¨¢s complicada crisis econ¨®mica empuja a los venezolanos a cruzar en masa la frontera, un fen¨®meno que Colombia resiente especialmente.
En los barrios pobres de Caracas se vive una di¨¢spora motivada por el hambre y la voraz inflaci¨®n, la misma que a?os atr¨¢s estaba encarnada por profesionales en busca de oportunidades, que se iban espantados por la inseguridad.
Aquel de junio fue el primer intento de emigrar de D¨ªaz. Un joven nacido y criado en una casa de piso de tierra y techo de zinc en la punta del barrio Bol¨ªvar de Petare, en Caracas. Un muchacho de 24 a?os, padre de un ni?o de 5, con el bachillerato incompleto, un empleo intermitente de carpintero y sin pasaporte. A finales de este febrero, tras ahorrar 10 millones de bol¨ªvares, poco menos de 50 d¨®lares y mucho menos que lo que hoy cuesta un televisor, volver¨¢ a intentarlo junto con su novia, que qued¨® desempleada en noviembre, cuando la tienda en la que trabajaba cerr¨® definitivamente.
"Ac¨¢ no tengo un sueldo, ac¨¢ me muero de hambre. Quiero poder ayudar a mi mam¨¢, y a mi hermana para que pueda estudiar, o por si por mala suerte alguno se enferma. Por miles de cosas m¨¢s que padece uno ac¨¢ me quiero ir, porque ac¨¢ se pasan todos los d¨ªas pensando en qu¨¦ se va comer, porque no hay plata ni alimentos", dice D¨ªaz. La oferta de un trabajo como barbero es su ¨²nica certeza.
La di¨¢spora empobrecida
D¨ªaz es parte de una nueva oleada migratoria venezolana que ha encendido las alarmas en los pa¨ªses vecinos. Las primeras di¨¢sporas venezolanas, que comenzaron en 1998 con la llegada del chavismo al poder y que han tenido picos a los largo de dos d¨¦cadas, dejaron al pa¨ªs sin buena parte de su capital profesional.
La inseguridad y la falta de oportunidades hicieron emigrar a universitarios y emprendedores que se concentran principalmente en Estados Unidos y Espa?a. Seg¨²n los c¨¢lculos del Observatorio La Voz de la Di¨¢spora, coordinado por el soci¨®logo Tom¨¢s P¨¢ez, el ¨¦xodo es de casi tres millones de venezolanos que hoy viven en 90 pa¨ªses. Ahora, en medio de una crisis humanitaria, son el hambre y la voraz inflaci¨®n que se come los salarios los que est¨¢n expulsando a casi cualquier venezolano.
"La ¨²ltima oleada comenz¨® en 2015 y se ha acelerado a un ritmo exponencial estos a?os y en 2018 ser¨¢ mayor, no parar¨¢. Porque no se trata de que ahora se est¨¢n yendo los m¨¢s pobres, sino que de que el 82% de la poblaci¨®n se ha empobrecido y por eso es que tiene estas condiciones la nueva oleada. Yo soy profesor universitario y gano entre 5 y 7 d¨®lares al mes, con eso no podr¨ªa irme sino en autob¨²s, por ejemplo", apunta el soci¨®logo P¨¢ez.
En los sectores m¨¢s pobres de la ciudad comienzan a vivir el fen¨®meno migratorio, sin la tan de moda selfie en el mural cin¨¦tico de Carlos Cruz-Diez del Aeropuerto Internacional Sim¨®n Bol¨ªvar. En los ¨²ltimos dos a?os, Jonathan Landaeta, de 21 a?os, ha despedido en el terminal de autobuses a su mam¨¢, dos t¨ªos y un amigo del barrio Las Minitas, una zona popular de Caracas. Varios vecinos tambi¨¦n se han ido. ?l, que vive de las propinas que gana como empaquetador en un supermercado, est¨¢ esperando su pasaporte para tambi¨¦n irse a Colombia con su novia.
¡°Si el pa¨ªs se acomodara un poco yo me quedar¨ªa, pero la situaci¨®n no ayuda, la inflaci¨®n est¨¢ por las nubes. Queremos llegar a Bogot¨¢, donde est¨¢ mi mam¨¢ que trabaja en una casa de familia y estar all¨ª m¨¢ximo tres meses. Espero trabajar mucho para buscar d¨®nde vivir con mi novia. S¨¦ que nada ser¨¢ f¨¢cil, pero ac¨¢ es imposible¡±, dice. Y cuando habla de inflaci¨®n por las nubes se refiere al m¨¢s de 2.700% de aumento de precios que se vivi¨® en 2017 y al 13.000% que el Fondo Monetario Internacional calcula para este.
El retorno
Los datos del la oficina de Migraci¨®n de Colombia dan cuenta de la presi¨®n que hay en la frontera. En 2017 las autoridades colombianas sellaron el pasaporte a 796.000 venezolanos, 53% de ellos cruzaron por el mismo punto por el que Gregory D¨ªaz camin¨® con su televisor. Un grupo regres¨® a Venezuela, otro sigui¨® hacia otros pa¨ªses, pero al cierre del a?o el n¨²mero de venezolanos viviendo en Colombia era 550.000, un n¨²mero que se increment¨® en 62% en los ¨²ltimos seis meses del a?o.
William Requejo es colombiano. Dej¨® Cali hace 42 a?os cuando fue a Venezuela por vacaciones y en una semana le ofrecieron cuatro empleos como electricista, el oficio en el que se form¨® en Colombia. Desde entonces vive en el barrio Federico Quiroz, en el oeste de la ciudad. En su comunidad y en otros sectores populares y caser¨ªos de Venezuela promueve el emprendimiento y la participaci¨®n ciudadana. Desde noviembre ve con preocupaci¨®n el desespero que ha llevado a muchos a emigrar pr¨¢cticamente con lo que tienen puesto.
¡°Esta no es la migraci¨®n que yo viv¨ª cuando me vine. Esta es la de las familias desesperadas por buscar un bocado de comida, que en tres d¨ªas deciden que se van, que se van con el dinero del pasaje nada m¨¢s, que se llevan 3 hijos y dejan otros con los abuelos¡±, dice el dirigente comunitario, que lleg¨® al pa¨ªs en 1966.
Justo en esa d¨¦cada comenz¨® la oleada de colombianos a asentarse en Venezuela, gran parte formada por mano de obra t¨¦cnica, empleadas dom¨¦sticas, gente con oficios que en la Colombia de entonces no encontraba plazas de empleo; una comunidad que suma 721.000 de ciudadanos seg¨²n el censo de Venezuela de 2011, que levant¨® sus casas en distintos barrios del pa¨ªs y muchos de los cuales hoy est¨¢n retornando.
En el barrio donde vive Requejo se ha disparado la venta de neveras, carros, cauchos y cualquier art¨ªculo en el intento de las familias por hacer dinero para irse. A contracorriente, ¨¦l es de los que se queda. ¡°En Cali me dicen que all¨¢ tengo casa, pero la familia no es solo un techo, tambi¨¦n es un pa¨ªs y yo ya soy venezolano. Ac¨¢ hay mucho por hacer. Creo que esta crisis tan dura que estamos viviendo se convertir¨¢ en un aprendizaje que necesit¨¢bamos¡±.
Negar el ¨¦xodo
Pocas veces los voceros del Gobierno se refieren al preocupante ¨¦xodo que vive el pa¨ªs desde hace a?os. Pero la semana pasada el tema est¨¢ en la boca de varios funcionarios. El presidente, Nicol¨¢s Maduro, pidi¨® a los venezolanos del extranjero que regresen y prometi¨® mejoras en los servicios consulares en el exterior, donde se han puesto toda clase de trabas a los ciudadanos, como una extensi¨®n del calvario del que no pueden escapar aun y¨¦ndose de Venezuela.
La exdiputada y ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, no fue tan conciliadora. ¡°La mayor¨ªa de los que se est¨¢n yendo son los frustrados de las guarimbas, ojal¨¢ que no regresen m¨¢s nunca¡±, afirm¨® en un programa en el canal estatal VTV.
El ministro de Educaci¨®n, El¨ªas Jaua, ex canciller y ex vicepresidente, reconoci¨® la situaci¨®n en un programa de radio: "Comprendemos las razones por las que se pueden estar yendo, pero sabemos que volver¨¢n y que en cualquier lugar del mundo sabr¨¢n defender la dignidad de la patria".
Negar el ¨¦xodo
Pocas veces los voceros del gobierno se refieren al preocupante ¨¦xodo que vive el pa¨ªs desde hace a?os. Pero esta semana el tema est¨¢ en la boca de varios funcionarios. El presidente Nicol¨¢s Maduro pidi¨® a los venezolanos que est¨¢n fuera del pa¨ªs regresar y prometi¨® hacer mejoras en los servicios consulares en el exterior, donde se han puesto toda clase de trabas a los ciudadanos, como una extensi¨®n del calvario del que no pueden escapar aun y¨¦ndose de Venezuela.
Iris Varela, ex diputada y ministra de Servicios Penitenciarios, no ha sido tan conciliadora. En un programa en el canal estatal VTV dijo: "La mayor¨ªa de los que se est¨¢n yendo son los frustrados de las guarimbas, ojal¨¢ que no regresen m¨¢s nunca".
El ministro de Educaci¨®n El¨ªas Jaua, ex canciller y ex Vicepresidente, reconoci¨® la situaci¨®n en un programa de radio: "Comprendemos las razones por las que se pueden estar yendo, pero sabemos que volver¨¢n y que en cualquier lugar del mundo sabr¨¢n defender la dignidad de la patria".
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