Las mujeres mexicanas se movilizan contra la violencia machista

Con gorra de plato, traje de polic¨ªa y un walkie-talkie colgando del cintur¨®n, Clarisa G¨®mez, de 25 a?os, no pod¨ªa ocultar una enorme sonrisa al ver pasar frente a ella a miles de mujeres por el Paseo de la Reforma.

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Por un momento olvid¨® que estaba all¨ª para controlar el orden, se apoy¨® en una farola y movi¨® la cabeza de lado a lado como si fuera un partido de tenis intentando leer todas las pancartas que pasaban: ¡°Exigimos el pleno derecho sobre nuestro cuerpo¡±, ¡°ni un feminicidio m¨¢s¡±, ¡°quiero vivir sin miedo a pensar que mi hija no va a regresar¡±, se le¨ªa.

Nunca se hab¨ªa movilizado por nada y ni siquiera sab¨ªa que este jueves era el d¨ªa internacional de la mujer. Pero cuando la caravana pas¨® frente a ella, un poderoso sentimiento corporativo se apoder¨® de la agente: ¡°Es un orgullo ver a tantas mujeres juntas exigiendo lo mismo. Piden lo que pedimos todas. Yo no podr¨ªa faltar al trabajo, pero me siento una de ellas¡±, resumi¨®. Estaba participando en la primera manifestaci¨®n de su vida.

Miles de mujeres han marchado este jueves por la capital mexicana en se?al de protesta para poner fin a muchos d¨¦ficits. En unos casos, la brecha salarial: en M¨¦xico el 53% de los titulados universitarios son mujeres, pero los hombres ganan casi un 17% m¨¢s. En otros, el reconocimiento al trabajo dom¨¦stico, silenciado y precario. Y en otros, una legislaci¨®n que no les impida frenar su carrera tras el nacimiento de un hijo.

Pero, sobre todos los gritos, uno repetido una y mil veces: el fin de la violencia machista que hacen de Am¨¦rica Latina la regi¨®n m¨¢s feminicida del mundo.

Las mexicanas exigieron ser libres y no valientes en un pa¨ªs donde viajar en transporte p¨²blico es tarea de riesgo y a diario se producen siete asesinatos de mujeres, dos de ellos por el hecho de ser mujer. Seg¨²n ONU mujeres, solo en 2016, se registraron 2.746 feminicidios en el pa¨ªs y m¨¢s de 23.800 en la ¨²ltima d¨¦cada.

La batucada, los c¨¢nticos, las banderas fueron la nota festiva a una realidad que ahoga, ningunea y mata. Casi un 40% de las mujeres no llegar¨¢ a los 17 a?os sin que alg¨²n hombre haya intentado violentarlas sexualmente.

En M¨¦xico cada d¨ªa se denuncian 80 delitos sexuales en alguna agencia del Ministerio P¨²blico del pa¨ªs y el 911, el tel¨¦fono de emergencias, recibe casi 300 llamadas diarias relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer, seg¨²n Seguridad P¨²blica (SESNSP).

A estas cifras hay que a?adir que el 94% de las mujeres no denuncia las agresiones sexuales porque ni siquiera hay fiscales especializados o polic¨ªas capaces de atender con una m¨ªnima sensibilidad las denuncias.

La magia de la Ciudad de M¨¦xico permiti¨® que a la misma hora de la tarde en que estaba prevista la concentraci¨®n feminista, llegaran tambi¨¦n los campesinos de San Salvador Atenco para continuar su lucha ind¨ªgena y anticapitalista. Entonces, las mujeres del ma¨ªz, cambiaron seis letras de su pancarta y donde pon¨ªa "viva la lucha campesina", se le¨ªa "viva la lucha femenina", con ellas al frente.

¡°La mujer mexicana es m¨¢s chambeadora que el hombre pero no podemos liberarnos o salir de casa sin miedo ni ejercer nuestros derechos. En las mujeres organizadas est¨¢ la capacidad de cambiar y modificar las injusticias¡±, dijo Gabina Mart¨ªnez, de 73 a?os, con un machete en la mano, s¨ªmbolo de la lucha campesina (hoy femenina).

Durante la marcha se ley¨® un manifiesto firmado por m¨¢s de 50 asociaciones en el que se reclamaron derechos reproductivos, igualdad social y un sistema judicial que resuelva sus reclamos.

Entre estos colectivos est¨¢ MAM (Mujeres Aportando a Mujeres) una red dedicada a ofrecer apoyo a las mujeres que sufren violencia en el hogar o con hijas desaparecidas, punta de lanza de la lucha femenina. ¡°Ser mujer en M¨¦xico es sin¨®nimo de muerte y de ser asesinada con impunidad sin que haya justicia se resuelvan los casos o nos devuelvan a nuestras hijas"exigi¨® Joana G¨®mez, de 40 a?os.

Para ella el trabajo empieza en la escuela. ¡°Toda violencia machista comienza con los micromachismos que permitimos en casa, en el transporte o en nuestro ¨¢mbito de trabajo. Es fundamental empezar a cambiar la educaci¨®n para que estos micromachismos no deriven en su expresi¨®n m¨¢s salvaje: el asesinato¡±, resumi¨®.

Colectivos como MAM se han propuesto que el pr¨®ximo a?o haya cada vez menos mujeres apoyadas en una farola viendo pasar las pancartas y m¨¢s gritando junto a ellas.