Los r¨ªos de Europa: una larga historia expuesta al cambio clim¨¢tico
Un recorrido r¨¢pido por el pasado y el presente de algunas de las grandes corrientes de agua en el continente europeo.
Los principales r¨ªos de Europa no escapan a los efectos del cambio clim¨¢tico. En Alemania, los climat¨®logos prev¨¦n la reducci¨®n paulatina del caudal del Rin y, en el Elba, inundaciones cada vez m¨¢s frecuentes. En Francia, un estudio prev¨¦ la disminuci¨®n del Loira.
Por sus cauces fluye el agua, pero tambi¨¦n la historia de los territorios que irrigan. El Duero aliment¨® la tierra en la que floreci¨® en el siglo XVIII la primera regi¨®n vin¨ªcola del mundo. El Schelde ha sido el motor del comercio en B¨¦lgica.?Este es un recorrido por la historia y el presente de algunos de esas grandes corrientes del continente europeo.
El Volga, el 'm¨¢s sucio' de los r¨ªos rusos
Rusia es impensable sin el Volga. Su cuenca ocupa aproximadamente un tercio del territorio europeo de Rusia y sus aguas pasan por cuatro ciudades con m¨¢s de un mill¨®n de habitantes: Nizhni-N¨®vgorod, Kaz¨¢n (capital de Tatarst¨¢n), Samara y Volgogrado (la antigua Stalingrado). En total cruza 11 provincias y cuatro rep¨²blicas de la Federaci¨®n Rusa. A lo largo de sus 3.530 kil¨®metros se han construido ocho centrales hidr¨¢ulicas, con presas que han formado grandes embalses. Gracias al sistema de canales abiertos en la ¨¦poca sovi¨¦tica ¨Calgunos por los presos del gulag¨C el Volga est¨¢ unido al mar B¨¢ltico y Blanco en el norte, y Negro y de Azov en el sur. Un 45% de la producci¨®n industrial y un 50% de la agr¨ªcola del pa¨ªs se concentran en la cuenca de este important¨ªsimo r¨ªo.
Los tiempos en los que el Volga era rico en esturiones y otros peces valiosos hace mucho que pas¨®, debido ante todo a la sobreexplotaci¨®n y a la contaminaci¨®n con aguas residuales y petr¨®leo. La situaci¨®n ecol¨®gica del Volga es desastrosa: anualmente se echa al r¨ªo 5,5 kil¨®metros c¨²bicos de aguas residuales. Como consecuencia, al Volga se vierten entre 10 y 11 toneladas de sustancias contaminantes, seg¨²n datos oficiales.
En agosto de 2017 el primer ministro ruso, Dmitri Medv¨¦dev, reconoci¨® que el Volga "es el m¨¢s sucio de los r¨ªos" del pa¨ªs. Hay que tener en cuenta que a su curso llega el 38% de todas las aguas contaminadas rusas y que 90% de las aguas residuales que se vierten en ¨¦l no han sido debidamente purificadas. Adem¨¢s, en el lecho del r¨ªo hay m¨¢s de 2.500 naves hundidas, entre ellas, tanques petroleros. Debido a la contaminaci¨®n, el 70% de los peces de los embalses de Rybinsk, K¨²ibyshev y Volgogrado est¨¢n infectados con par¨¢sitos y diversas enfermedades. Y la situaci¨®n en el embalse de Gorki es peor: pr¨¢cticamente todos sus peces est¨¢n enfermos.
El Gobierno ha lanzado un plan para tratar de conservar el Volga y evitar su contaminaci¨®n. De acuerdo con lo previsto, para el a?o 2025 las aguas residuales contaminadas que caen al r¨ªo deber¨¢n pasar del 90% actual al 10%. Para ello se han elaborado programas especiales en todas las provincias por las cuales pasa el Volga, que contemplan tanto medidas para purificar las aguas e instalar filtros en las empresas, como para limpiar m¨¢s de mil kil¨®metros de sus riberas. El plan prev¨¦ inversiones por unos 3.500 millones de euros. Por Rodrigo Fern¨¢ndez (Mosc¨²)
Alemania: entre la reducci¨®n del Rin y las inundaciones del Elba
Los expertos advierten que el cambio clim¨¢tico afectar¨¢ de lleno a los principales r¨ªos alemanes, que por un lado sufrir¨¢n repentinos aumentos de caudal, pero, por otro, ver¨¢n c¨®mo se reducen sus fuentes de alimentaci¨®n. As¨ª, por ejemplo, el aumento de las temperaturas globales provocar¨¢, seg¨²n los climat¨®logos, la reducci¨®n paulatina de los glaciares alpinos, de los que beben r¨ªos como el Rin, la gran arteria fluvial de la Uni¨®n Europea. Buena parte de la agricultura, el turismo y la producci¨®n energ¨¦tica de Alemania depende adem¨¢s de la salud de este r¨ªo de casi 800 kil¨®metros de longitud, que cruza Europa y que ha sido protagonista en la historia del continente.
El calentamiento del planeta se prev¨¦ que dispare adem¨¢s los episodios clim¨¢ticos extremos, entre ellos las inundaciones. En el caso del Elba, otro de los grandes r¨ªos alemanes, que va desde la Rep¨²blica Checa hasta el mar del Norte, los pron¨®sticos vaticinan la repetici¨®n de cat¨¢strofes como la del verano de 2002. Entonces, la crecida del Elba inund¨® el este de Europa y provoc¨® la muerte de decenas de personas, multitudinarias evacuaciones y p¨¦rdidas millonarias. Junto a las lluvias torrenciales, los cient¨ªficos pronostican un aumento de periodos de sequ¨ªas estacionales, que amenazan con disminuir el caudal del Elba hasta el punto de poner en peligro su navegabilidad. Por Ana Carbajosa (Berl¨ªn)
La disminuci¨®n del Loira en Francia
El cambio clim¨¢tico afectar¨¢ al Loire: desde 1980 las temperaturas han subido entre 0,8 y 1,5 grados, seg¨²n el lugar de medicaci¨®n, de acuerdo con el estudio oficial Impacto del cambio clim¨¢tico en la cuenca del Loira y sus afluentes. El mismo an¨¢lisis prev¨¦ una disminuci¨®n de los caudales medios y bajos del r¨ªo, aunque mantienen reservas sobre el impacto del calentamiento global en las crecidas. La vegetaci¨®n local, como el ¨¢lamo negro, se adaptar¨¢ a las temperaturas m¨¢s altas e incluso favorecer¨¢ a la viticultura.
Francia no es un pa¨ªs de clima extremo, y esta ha sido una de las claves de su estabilidad y prosperidad. No ha cambiado en los ¨²ltimos siglos y, salvo en los escenarios m¨¢s catastr¨®ficos, no parece que vaya a cambiar en el futuro.
El Loira es el r¨ªo m¨¢s largo de Francia: m¨¢s de 1.000 kil¨®metros. Su cuenca ocupa una quinta parte del territorio nacional. Buena parte de la historia y el car¨¢cter de este pa¨ªs podr¨ªa explicarse con un recorrido del Loira desde la fuente en el sureste del Macizo Central hasta la desembocadura en el Atl¨¢ntico, cerca del puerto de Saint-Nazaire. Los r¨ªos dividen y unen. El Loira tambi¨¦n. Fue una "frontera simb¨®lica" entre la Francia del norte y el sur, y un "frente ideol¨®gico" durante la Revoluci¨®n Francesa entre republicanos y mon¨¢rquicos, como escribe el historiador Jean-Pierre Bois en la introducci¨®n del libro monogr¨¢fico El Loira, la guerra, los hombres. El r¨ªo conect¨® Francia con el mundo a trav¨¦s del estuario, puerta de acceso del pa¨ªs a los oc¨¦anos. En el libro, otro historiador, Patrick Villiers, explica por ejemplo c¨®mo los marineros del Loira participaron en la Guerra de Independencia americana.
Por una biograf¨ªa imaginada del r¨ªo desfilar¨ªan las legiones romanas, Juana de Arco en Orleans, los reyes y arist¨®cratas en los castillos que jalonan sus orillas y hoy son un atractivo tur¨ªstico, y las tropas de Estados Unidos que llegaron por Saint-Nazaire en 1917 para ayudar por primera vez en el siglo XX a las democracias europeas. El Loira es Francia. Por Marc Bassets (Par¨ªs)
El Duero: la primera regi¨®n vin¨ªcola del mundo
En el Douro, patrimonio de la humanidad, naci¨® la primera regi¨®n vin¨ªcola del mundo. Excepto el Mondego, los r¨ªos portugueses tienen doble nacionalidad, y de ellos, Tajo y Duero (Tejo e Douro) marcan la vida de las dos principales ciudades del pa¨ªs, Lisboa y Oporto, respectivamente. Pero mientras el Tajo arrastra al Atl¨¢ntico toda la contaminaci¨®n del mundo industrializado, el Duero caracolea entre monta?as salvajes, durante 100 kil¨®metros dibuja la frontera y se adentra en Portugal 200 kil¨®metros. Sus corrientes crean un ind¨®mito gran ca?¨®n verde primero y luego suaves praderas de aguas navegables entre balcones de plantas dise?ados por el hombre como si fueran un ikebana descomunal.
El Douro no es un r¨ªo, es un jard¨ªn desde 2001, cuando fue declarado Patrimonio de la Humanidad, pero tambi¨¦n es oro, desde que en 1756, el marqu¨¦s de Pombal declarara la primera regi¨®n vin¨ªcola del mundo con denominaci¨®n de origen y los ingleses descubrieran el porto. Aqu¨ª la mano del hombre ¡ªlas m¨¢quinas no caben en los bancales¡ª?ha amaestrado las profundas riberas del Douro, colgando vi?as entre paredes de pizarra; luego cargaban los cestos de la vendimia, pisaban la uva y transportaban por el r¨ªo el oro negro hasta las bodegas de Oporto, para escapar de la sequedad y las extremas temperaturas del Duero trasmontano. Son hoy m¨¢s de 30.000 propietarios vin¨ªcolas, la mayor¨ªa con menos de una hect¨¢rea, que venden 120 millones de litros de vino a un precio medio de 4,47 euros (a 4,09 euros en 2010), puro oro de los dioses. Por Javier Mart¨ªn del Barrio (Oporto)
Las aguas del Schelde por donde circula la econom¨ªa belga
Podr¨ªa decirse que los grandes r¨ªos belgas imitan el comportamiento de su capital. Bruselas es una ciudad con grandes bolsas de poblaci¨®n flotante gracias al ir y venir de funcionarios de las instituciones europeas. Y de tr¨¢nsito son tambi¨¦n los mayores torrentes de agua que recorren el pa¨ªs: nacen en Francia, pasan por B¨¦lgica y mueren en Holanda. As¨ª sucede con el r¨ªo Schelde, uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos, aunque en uno de los pa¨ªses menos extensos de la UE, su tama?o palidece frente al de otras grandes corrientes de agua continentales. El Schelde suma unos 360 kil¨®metros de longitud, m¨¢s de la mitad de ellos por B¨¦lgica, que van a desembocar al Mar del Norte despu¨¦s de regar los tres pa¨ªses.
Lento y poco caudaloso, su historia tiene aroma b¨¦lico: aparece citado en los Comentarios a la Guerra de las Galias de Julio C¨¦sar, y m¨¢s recientemente fue escenario de combates entre tropas canadienses aliadas y fuerzas nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Pero como sucede con la mayor¨ªa de los r¨ªos, el centro de su existencia en tiempos de paz es el comercio. Navegable, circula por ciudades como Tournai, Gante y Amberes. La frase Tournez votre gant ¨¤ l¡¯envers (que se traducir¨ªa por "dale la vuelta al guante"), es utilizada como f¨®rmula por algunos maestros para que los alumnos memoricen las ciudades por las que pasa. En Amberes se encuentra uno de los grandes puertos comerciales del continente, y ah¨ª el Schelde cumple su mayor contribuci¨®n a la econom¨ªa local. ¡°Cualquier habitante de Amberes puede conectarse con el resto del mundo con solo tocar las aguas del Schelde ", dijo una vez el exalcalde Lode Craeybeckx.
En el fondo de sus aguas reposa, seg¨²n la leyenda, la mano del gigante Druon Antigoon. El relato popular cuenta que cuando los marineros no le pagaban el peaje que exig¨ªa al pasar por la ciudad, les cortaba la mano. Pero un capit¨¢n del ej¨¦rcito romano, Silvio Brabo, harto de sus abusos, se enfrent¨® al gigante y en una iron¨ªa del destino acab¨® aplic¨¢ndole el mismo castigo. Una estatua en la plaza del Mercado de Amberes recoge el momento en que Brabo lanza el miembro amputado del gigante en direcci¨®n al r¨ªo Schelde. Por ?lvaro S¨¢nchez (Bruselas)
El Po, la l¨ªnea divisoria entre las dos Italias
El Po es el principal r¨ªo de Italia, el m¨¢s largo y caudaloso del pa¨ªs y el quinto europeo, sin contar los rusos. Sus 650 kil¨®metros de curso ¨Cla pen¨ªnsula es estrecha y por eso los r¨ªos italianos son cortos¨C recorren el norte desde los Alpes hasta el Mar Adri¨¢tico, donde desemboca. All¨ª forma el Delta del Po, el ¨²nico del pa¨ªs y declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Desde la antig¨¹edad, el Po se ha erigido como l¨ªnea divisoria entre dos culturas. Hace siglos, divid¨ªa la Galia del sur, la Cispadana, donde viv¨ªan fundamentalmente romanos de la Galia del Norte, la Trasnpadana, habitada sobre todo por celtas. A¨²n hoy, aunque en menor medida, es paradigma de la segmentaci¨®n entre la rica Italia del norte y el sur empobrecido. El valle del Po es la zona neur¨¢lgica de la econom¨ªa italiana y sigue siendo un enclave estrat¨¦gico a nivel nacional, puntero en Europa, con una alta concentraci¨®n de poblaci¨®n, industrias y actividad comercial. En sus riberas se produce el 40% del PIB, se concentra el 37% de la industria, el 35% de la producci¨®n agr¨ªcola y vive un cuarto del pa¨ªs.
En 1996, en pleno auge del movimiento secesionista italiano ahora aplacado, la Liga Norte, con Umberto Bossi al frente, lleg¨® a proclamar, sin ning¨²n ¨¦xito, la independencia de la Padania, una regi¨®n imaginaria que geogr¨¢ficamente coincid¨ªa relativamente con el valle del Po.
En la actualidad, frenar los efectos del cambio clim¨¢tico sobre el Po es uno de los aspectos que m¨¢s preocupan en Italia. Seg¨²n el Instituto Nacional de Protecci¨®n e Investigaci¨®n Ambiental (ISPRA, en sus siglas en italiano) en el valle del r¨ªo, las temperaturas medias anuales han aumentado casi dos grados desde 1960 y las lluvias han ca¨ªdo un 20%. Uno de los fen¨®menos m¨¢s alarmantes es la intrusi¨®n salina ¨Ccuando el agua salada entra en el r¨ªo a causa del aumento del nivel del mar¨C que en la zona comenz¨® a registrarse en los a?os 50 con niveles que apenas alcanzaban los tres kil¨®metros y se ha incrementado exponencialmente hasta alcanzar los 20 kil¨®metros en 2017, seg¨²n la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Po. Con una gran cantidad de agua inutilizable para el riego, la producci¨®n en la zona cay¨® un 30% en 2016 y la cosecha de ma¨ªz y soja se desplom¨® a la mitad. Seg¨²n las organizaciones de agricultores, las p¨¦rdidas en el sector ascendieron a 2.000 millones de euros. Por Lorena Pacho (Roma)
T¨¢mesis, el r¨ªo resucitado
El r¨ªo T¨¢mesis, el m¨¢s importante de Inglaterra, tiene 346 kil¨®metros y es la principal fuente de abastecimiento de agua de Londres. Nace en el condado de Gloucestershire y pasa por Oxford, Eton y la capital, antes de desembocar en el mar del Norte. Ha sido una importante ruta comercial desde hace siglos, y se cree que fue el motivo por el que los romanos decidieron construir la ciudad donde est¨¢.
Hasta que el ingeniero Joeph Bazalgette construyera el sistema de alcantarillado de Londres en la segunda mitad del siglo XIX, todos los residuos de la capital acababan en el r¨ªo. Eso produjo continuas epidemias de c¨®lera y un hedor tan insoportable que en 1858 el Parlamento tuvo que ser desalojado. Las bombas de la Segunda Guerra Mundial destruyeron parte del alcantarillado y en 1957 el Museo de Historia Natural declar¨® al r¨ªo biol¨®gicamente muerto. Pero el T¨¢mesis ha revivido y se han visto hasta focas nadando por su cauce en los ¨²ltimos a?os. El r¨ªo es todo un s¨ªmbolo de Londres, el escenario de la popular regata que enfrenta cada a?o a los remeros de Oxford y de Cambridge y uno de los r¨ªos m¨¢s limpios que fluyen por una gran ciudad. Su principal problema es hoy la abundancia de pl¨¢sticos. Por Pablo Guim¨®n (Londres)