¡°Sent¨ª que ma?ana mi escuela pod¨ªa ser la atacada¡±
Participantes de las manifestaciones contra las armas explican a EL PA?S los motivos de sus protestas
Las manifestaciones contras las armas este s¨¢bado a lo largo de Estados Unidos fueron una catarsis colectiva y una exhibici¨®n de fuerza. Un aviso poderos¨ªsimo al Partido Republicano y al lobby armament¨ªstico de que a mucha gente se le ha agotado la paciencia ante el reguero de tiroteos masivos en el pa¨ªs. Fueron marchas inusuales por la presencia masiva de ni?os y adolescentes, un colectivo de futuros votantes alentados por el activismo de los estudiantes de la escuela de Parkland (Florida), donde murieron 17 personas en febrero. Acompa?ados por padres y abuelos, las tres generaciones consideraban haber alcanzado con su clamor de hast¨ªo un punto de inflexi¨®n en el estancado debate sobre el control de armas.
¡°Leyes del siglo XVIII no pueden regular armas del siglo XXI¡±, ¡°Dinero ensangrentado de la NRA [las siglas inglesas de la Asociaci¨®n Nacional del Rifle]¡± o ¡°Nunca m¨¢s¡±, eran algunos de los carteles en la manifestaci¨®n multitudinaria de Washington que transcurri¨® desde los alrededores de la Casa Blanca al Capitolio.
Chloe Dascalos, de 19 a?os, viaj¨® desde Dayton (Ohio) a la capital del pa¨ªs con 50 compa?eros de su escuela secundaria. Llevaba un cartel que rezaba: ¡°Nuestra sangre, vuestras manos¡±. ¡°He venido aqu¨ª porque sent¨ª que ma?ana mi escuela pod¨ªa ser la atacada¡±, dijo. ¡°Solo puedo esperar de que esta es una muestra tan grande de Am¨¦rica que no puedo imaginarme que no cambie nada¡±.
Oden Weiland, de 14 a?os, y Hayden Bush-Resko, de 13, viajaron con sus padres desde un pueblo de Virginia hasta Washington. Uno de sus carteles clamaba: ¡°Hola NRA, saluda a mis peque?os amigos¡±. Los dos estudian en casa pero explican que tienen muchos amigos que, desde la matanza de Florida, est¨¢n aterrorizados de que un tiroteo como ese se repita en sus escuelas.
¡°Armar a los profesores ser¨ªa un error porque pueden amenazar a los ni?os¡±, dijo Oden sobre la principal propuesta del presidente Donald Trump para evitar nuevas matanzas en los colegios. ¡°No deber¨ªa de haber armas en las escuelas. Las armas de asalto solo se utilizan para hacer da?o a la gente¡±, a?adi¨® Hayden.
En las otras manifestaciones en EE UU, se escucharon mensajes parecidos. En la protesta de Parkland, una estudiante de otro colegio de la ciudad que no fue atacado, Autumn McKinney, de 15 a?os y cuyo amigo Peter Wang (14 a?os) muri¨® en la matanza del 14 de febrero, afirm¨®: "Quiero que ¨¦l [Nikolas Cruz, el tirador del instituto] sepa que pese a que hizo algo horrible al mismo tiempo dio lugar a una cosa magn¨ªfica [el movimiento contra las armas]. ?l no gan¨®".
Otra estudiante que viaj¨® por solidaridad desde Ohio a Parkland, Taylor Allgood, de 16 a?os, clam¨® contra la violencia provocada por las armas: "Tenemos que involucrarnos. Yo veo el futuro", refiri¨¦ndose a su confianza en que Estados Unidos ponga al fin barreras al problema.
En la marcha de Nueva York, otra de las m¨¢s masivas, Kyra, de 12 a?os, aseguraba que ¡°no importa si a¨²n no puede votar¡±. Pero estaba convencida de que son una masa lo suficientemente grande como para hacer escuchar su voz. Judy, de 74 a?os, no recordaba una movilizaci¨®n similar en todo el pa¨ªs contra las armas. ¡°Estos chicos nos est¨¢n dando un ejemplo a los mayores¡±, admiti¨® emocionada, ¡°no ve¨ªa la hora de que llega este momento. Tienen mucho coraje¡±.
¡°Soy una profesor¡±, explic¨® Hillary, ¡°no una agente de seguridad¡±. En la pancarta que sosten¨ªa con las dos manos se pueden leer todas las actividades que hace como maestra durante el d¨ªa: conferencias, lectura, escritura, meditaci¨®n. ¡°Lo siento, mi plato est¨¢ lleno¡±, se?al¨®. Los ni?os, insiste la docente, no debe tener miedo al ir al colegio. A su lado, Diego, llevaba un cartel en el que se preguntaba si su colegio ser¨ªa el pr¨®ximo.
Malinda explica que cada persona tiene un motivo para protestar, ¡°pero todos estamos contra las armas¡±. Kristina, por ejemplo, forma parte de un grupo de 30 personas que iba completamente de blanco en la manifestaci¨®n y avanzaba en silencio representando a los ni?os que murieron en la masacre de la guarder¨ªa Sandy Hook. Tai, con 14 a?os, le dice a pol¨ªticos que hoy es un ni?o, ¡°pero en cuatro a?os podr¨¦ votar¡±.
Joseph, de 18 a?os, espera que el m¨¢s de centenar de manifestaciones en EE UU generen una discusi¨®n mayor sobre el control de las armas. Tambi¨¦n particip¨® con su madre en la marcha por los derechos de las mujeres, el pasado enero, coincidiendo con el primer aniversario de la presidencia de Donald Trump. ¡°Esta no le tiene nada que envidiar¡±, dijo, ¡°los j¨®venes somos m¨¢s importantes que las armas¡±.
Erika estudi¨® en el instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland. Ahora reside en Nueva York. March¨® en la manifestaci¨®n junto a dos amigas que tambi¨¦n fueron antiguas alumnas llevando sudaderas naranjas en las que se puede leer ¡°MSDStrong¡±, fuertes. ¡°Todos queremos seguir el movimiento que estos chicos acaban de comenzar¡±, comenta, ¡°y vamos a ayudarles a conseguir el cambio que queremos ver¡±.
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