El activismo en¨¦rgico y desacomplejado contra las armas sacude Estados Unidos
El movimiento contra la violencia consigue su mayor movilizaci¨®n en a?os pero ahora aspira a alcanzar cambios legales profundos
Estados Unidos se despert¨® este domingo todav¨ªa asombrado por el poderoso clamor contra las armas de las marchas multitudinarias del s¨¢bado en todo el pa¨ªs. El activismo en¨¦rgico y desacomplejado de los j¨®venes de la escuela de Parkland (Florida), atacada en febrero, logr¨® sacar a las calles a una masa diversa en edad, raza y valores. El movimiento contra la epidemia de violencia armada consigui¨® su mayor movilizaci¨®n en a?os y, sobre todo, no lo hizo liderado por pol¨ªticos u organizaciones de presi¨®n consolidadas desde hace tiempo.
Es una resaca de satisfacci¨®n para los activistas de Parkland. El trauma de la muerte de 14 estudiantes y tres adultos por disparos de un exalumno les espole¨® a reclamar r¨¢pidamente soluciones a la clase pol¨ªtica. Han desatado empat¨ªa con sus historias crudas sobre el drama de sobrevivir un tiroteo. En la manifestaci¨®n central del s¨¢bado, en Washington, Emma Gonz¨¢lez, de 18 a?os y una de los iconos nacidas de la tragedia, estuvo m¨¢s cuatro minutos en un imponente silencio. Cuando llevaba en total seis minutos y 20 segundos en el escenario, volvi¨® a hablar. Es el lapso de tiempo que Nikolas Cruz, el tirador de 19 a?os, estuvo descerrajando balas en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas el pasado 14 de febrero.
Algunos han comparado su movimiento con el de los estudiantes que protestaron en los a?os sesenta contra la Guerra de Vietnam o lo han englobado en el resurgir del activismo en EE UU atizado por la presidencia de Donald Trump.
Pero la de este domingo es tambi¨¦n es una resaca de realismo. Washington ha vivido otras grandes marchas reivindicativas en las ¨²ltimas d¨¦cadas y al final lo que mide su verdadero alcance es su impacto a largo plazo: su capacidad de alterar lo suficiente los vaivenes de la opini¨®n p¨²blica para forzar reformas legales profundas. Es algo que, por ahora, no ha ocurrido con la regulaci¨®n de las armas, cuyo uso ampara la Constituci¨®n.
Pese a su juventud e inexperiencia pol¨ªtica, los estudiantes de Parkland son conscientes de esa realidad. ¡°Esto no es el final, es solo el principio¡±, avis¨® este domingo Gonz¨¢lez. En una entrevista en la cadena CBS, junto a cuatro de sus compa?eros de instituto, explic¨® que tienen previstas acciones de presi¨®n hasta las elecciones legislativas de noviembre, en las que esperan que el control de las armas sea un asunto meridiano para los ciudadanos al decidir sus votos para el Congreso federal y gobernadores estatales.
El 20 de abril han organizado una protesta de abandono de las aulas en el aniversario del tiroteo en la escuela de Columbine (Colorado), donde dos j¨®venes mataron en 1999 a 13 personas, la primera gran matanza en los colegios estadounidenses. Tambi¨¦n promueven movilizaciones en universidades y capitales estatales. ¡°Esto va a seguir ocurriendo a no ser que hagamos algo¡±, dijo Ryan Deitsch, otro alumno de Parkland. ¡°Queremos que los votantes hagan elecciones educadas¡±, agreg¨® su compa?era Delaney Tarr.
Es un objetivo complejo. Los j¨®venes suelen participar menos en elecciones que los mayores y hasta ahora las armas han definido mucho m¨¢s el voto de los electores conservadores que de los progresistas.
La matanza de Florida ha logrado que todo el espectro pol¨ªtico, incluida la poderosa Asociaci¨®n Nacional del Rifle, coincida en que el statu quo en torno a las armas debe cambiarse. La cuesti¨®n es cu¨¢nto. Si las modificaciones son superficiales, como defienden la industria armament¨ªstica y la mayor¨ªa de republicanos; o profundas, como piden los activistas de Parkland y el Partido Dem¨®crata.
Las principales reclamaciones de las manifestaciones eran prohibir los rifles militares (como el empu?ado por Cruz y que estuvo vetado entre 1994 y 2004), ampliar los controles de antecedentes a compradores y elevar de 18 a 21 a?os la edad m¨ªnima para adquirir un arma. De esas tres peticiones, por ahora solo han logrado la ¨²ltima en Florida, lo cual no es balad¨ª dado que es uno de los Estados m¨¢s conservadores.
El dominio republicano del Congreso en Washington hace improbable cualquier reforma de calado antes de los comicios de noviembre. Pero se han dado algunos pasos t¨ªmidos. La ley presupuestaria, aprobada el viernes, incluye mejoras en el control de antecedentes. A¨²n as¨ª, los conservadores, con Trump a la cabeza, defienden armar a profesores para evitar nuevas matanzas como la de Florida. ¡°Solo pone a ni?os y estudiantes en m¨¢s peligro¡±, les contest¨® este domingo Cameron Kasky, superviviente de Parkland.
Movilizaci¨®n de veteranos
Uno de los mejores ejemplos de la transversalidad de las manifestaciones del s¨¢bado fue la presencia de veteranos del Ej¨¦rcito. ¡°Prohibamos las armas de asalto y terminemos con las muertes de ni?os¡±, rezaba una pancarta en Washington de la organizaci¨®n Veteranos por la Paz. En las pantallas de la manifestaci¨®n, se emiti¨® un v¨ªdeo de soldados retirados en el que alertaban del enorme da?o que causan los rifles militares, como el empleado en Florida, y reclamaban que no los usen civiles.
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