La esperanza de Hait¨ª vuela a Chile

Chile es el pa¨ªs latinoamericano en el que m¨¢s ha aumentado el n¨²mero de extranjeros entre 2010 y 2015. Y la inmigraci¨®n haitiana ¡ªes la sexta por detr¨¢s de la peruana, colombiana, boliviana, argentina y venezolana¡ª es la que m¨¢s ha crecido en poco tiempo. En 2017 ingresaron a Chile 73.098 haitianos frente a los 1.649 de 2014. Y en lo que va de 2018, seg¨²n la polic¨ªa, 411 nacionales de Hait¨ª llegan diariamente al pa¨ªs sudamericano, pese a la distancia (nueve horas de vuelo, m¨¢s la escala) y a las barreras del idioma y del clima. El invierno pasado caus¨® mucho impacto el caso de Benito Lalane, un haitiano de 31 a?os que muri¨® de fr¨ªo por las precarias condiciones del lugar donde resid¨ªa en el municipio de Pudahuel, en el oeste de Santiago.

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¡°El haitiano est¨¢ dispuesto a cruzar cualquier frontera para encontrar su bienestar, aunque quede lejos y el clima sea adverso, porque no tiene fuerzas para resistir la situaci¨®n en su pa¨ªs¡±, explica Jean Claude Pierre-Paul, un trabajador social haitiano de 36 a?os que lleg¨® a Chile en 2008, antes de que empezara la masiva llegada de sus compatriotas.

Es tarde de s¨¢bado en la escuela p¨²blica Luis Cruz Mart¨ªnez de Quilicura, en el norte de la capital chilena, uno de los municipios donde se ha concentrado la poblaci¨®n de Hait¨ª que reside en Santiago. Una banda haitiana de m¨²sica tradicional ensaya en uno de los salones, probando micr¨®fonos y parlantes. En unas horas animar¨¢n una fiesta para reunir algo de dinero. En otra de las salas, varias familias rezan dirigidos por un pastor. En este establecimiento un buen n¨²mero de ni?os es haitiano, seg¨²n relata Pierre-Paul, que trabaja como coordinador de la Oficina de Migrantes de Quilicura y es conductor del programa de televisi¨®n comunal Verti¨¨res, que informa y concientiza en creol del aporte de la migraci¨®n.

En distintas ¨¦pocas de la historia se registraron llegadas de peque?os grupos haitianos a Chile, pero nunca de forma tan masiva como desde 2015. Vienen mayoritariamente por v¨ªa a¨¦rea, aunque en los ¨²ltimos meses se observa un nuevo fen¨®meno: el movimiento sur-sur: los haitianos instalados en otro pa¨ªs de Sudam¨¦rica, como Brasil, se trasladan a Chile. Una de las razones que explica la preferencia por Chile tiene relaci¨®n a la instalaci¨®n de tropas chilenas en Hait¨ª. Entre 2004 y el a?o pasado, cuando comenz¨® la retirada, unos 12.000 militares chilenos fueron parte de la llamada Misi¨®n de Estabilizaci¨®n de Hait¨ª de las Naciones Unidas. El v¨ªnculo entre los uniformados y la poblaci¨®n local paviment¨® el largo camino de Hait¨ª a Chile.

Una legislaci¨®n antigua

Pero Chile tiene una ley de migraci¨®n antigua, que data de 1975, en el r¨¦gimen de Augusto Pinochet, que no est¨¢ adecuada para los procesos migratorios del siglo XXI. ¡°La poblaci¨®n migrante disminuy¨® a m¨ªnimos hist¨®ricos en a?os de dictadura, llegando al 0,7% en 1982. Fue en el periodo dictatorial en donde se radicaliza la idea de un inmigrante indeseado, generando la sospecha de todo extranjero¡±, se?ala el documento de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones, de los investigadores Nicol¨¢s Rojas, Claudia Silva y Constanza Lobos. Fue el contexto hist¨®rico en el que se confeccion¨® la legislaci¨®n vigente.

De los inmigrantes que han llegado a Chile en los ¨²ltimos a?os ¡ªde 416.000 en 2014 habr¨ªan pasado a un mill¨®n, seg¨²n estimaciones del Ejecutivo¡ª, probablemente la inserci¨®n haitiana ha sido la de mayor complejidad. ¡°Hay una configuraci¨®n racializada de la inmigraci¨®n, pero quienes m¨¢s sufren estas consecuencias son los haitianos¡±, explica la soci¨®loga Mar¨ªa Emilia Tijoux, acad¨¦mica de la Universidad de Chile. ¡°El tema principal tiene que ver con el color de piel y, por lo tanto, con el racismo contra las personas negras que llegan del continente. Se dice mucho que la gran dificultad es que hablan otro idioma, pero un ingl¨¦s o un polaco, ?enfrenta los mismos problemas?¡±, se pregunta la acad¨¦mica.

Junto con el caso de Benito, muerto por hipotermia, en Chile se han producido situaciones indignantes. Hace algunas semanas, un hombre le lanz¨® un s¨¢ndwich en la cara a un trabajador haitiano en una gasolinera, por no tener aguacate. A comienzos de marzo, la polic¨ªa impidi¨® el ingreso de 62 haitianos en el aeropuerto internacional. Los inmigrantes fueron reembarcados, aunque la Corte Suprema luego declar¨® ilegal la decisi¨®n policial. En septiembre de 2017, la haitiana Joane Florvil, de 28 a?os, falleci¨® en un hospital de Santiago. Un mes antes, la hab¨ªan acusado injustamente de haber abandonado a su hija de dos meses, por lo que fue detenida.

¡°En el caso de la inmigraci¨®n haitiana se exacerba la discriminaci¨®n y la vulnerabilidad en que los deja Chile. Tienen dificultades para acceder a sus documentos, porque el Departamento de Extranjer¨ªa no da abasto, lo que los deja en una situaci¨®n irregular. Se empieza a configurar un proceso complejo, que los empuja a los bordes del mercado laboral, de la econom¨ªa, de la vivienda, quedando en una precariedad extrema¡±, analiza Carolina Stefoni, acad¨¦mica del Departamento de Sociolog¨ªa de la Universidad Alberto Hurtado. Para Yasna Contreras, del Departamento de Geograf¨ªa de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, el problema habitacional es uno de los de mayor complejidad: ¡°Entran a competir por un mercado negro de la vivienda, con pr¨¢cticas informales y precios abusivos¡±. Relata casos de hacinamiento extremo, materiales de construcci¨®n inadecuados para enfrentar los inviernos, riesgos de incendios, falta de agua y electricidad, humedad y poca ventilaci¨®n.

Jean Claude Pierre-Paul ha visto lugares donde viven 12 personas, adultos y ni?os, en dos habitaciones peque?as. Pero, pese a los problemas, ¡°la inmigraci¨®n lleg¨® para quedarse¡±, se?ala la soci¨®loga Tijoux. En el caso de los haitianos, se reparten por todo Chile a diferencia de otros colectivos. En busca de trabajo se han radicado incluso en el extremo sur, en Punta Arenas, donde el clima es muy diferente al Caribe: mucho fr¨ªo y poco sol.