¡°La pol¨ªtica de Trump es tr¨¢gica para el pueblo cubano¡±
Vicki Huddleston, m¨¢xima representante de EE UU en Cuba de 1999 a 2002 y quien lanza su memoria 'Our Woman in Havana', analiza la tensi¨®n bilateral y el inminente relevo presidencial en la isla
Vicki Huddleston (1942, San Diego) fue la primera mujer m¨¢xima representante de EE UU en Cuba, como jefa de 1999 a 2002 de su Secci¨®n de Intereses en La Habana ¨Cde nuevo con categor¨ªa de embajada desde 2015¨C. Exembajadora en Mal¨ª y Madagascar, present¨® el martes en Miami su libro Our Woman in Havana (Overlook), unas memorias de su misi¨®n diplom¨¢tica en la isla comunista enjundiosas en lo pol¨ªtico y con chispazos disparatados en lo personal: su perrita Havana, una galga afgana, fue marginada por la asociaci¨®n cubana de su raza por el cargo de su due?a. Huddleston defiende la pasada pol¨ªtica de apertura de Obama hacia Cuba, denuesta la actual l¨ªnea dura de Trump y no se muestra optimista con el futuro inmediato de la isla, donde el pr¨®ximo jueves, 19 de abril, Ra¨²l Castro ceder¨¢ la jefatura de Estado y de Gobierno a un sucesor que seg¨²n los indicios ser¨¢ el vicepresidente Miguel D¨ªaz-Canel.
Pregunta. ?Qu¨¦ espera del relevo?
Respuesta. No espero un cambio grande, pero creo que D¨ªaz-Canel quiere seguir con las reformas econ¨®micas. Debe hacerlo, si pretende ser un presidente eficaz y que Cuba funcione. Eso s¨ª, tendr¨¢ un trabajo muy dif¨ªcil por delante, porque la jerarqu¨ªa del Partido Comunista no quiere una sociedad capitalista con divisiones de clase, y ¨¦l es de una nueva generaci¨®n que no tiene la misma autoridad y las credenciales de los que hicieron la revoluci¨®n. Supongo que lo har¨¢ todo muy despacio.
P. ?Cree que a medio plazo Cuba se acabar¨¢ democratizando?
R. Cuando se elimine el embargo de EE UU los cambios ser¨¢n m¨¢s r¨¢pidos, aunque no imagino todav¨ªa que se convierta en una democracia. Tal vez en 20 a?os¡
P. ?Qu¨¦ opina de la pol¨ªtica de Trump hacia Cuba?
R. Es tr¨¢gica. Cuando EE UU amenaza a Cuba, los l¨ªderes de la isla echan atr¨¢s las reformas y eso a quien afecta es al pueblo cubano. Y pienso que la relaci¨®n va a empeorar en los pr¨®ximos dos a?os con la entrada de radicales como Mike Pompeo [nominado para Secretario de Estado] y John Bolton [nuevo consejero de Seguridad Nacional]. Bolton es quien hizo en 2002 la acusaci¨®n falsa de que Cuba ten¨ªa armas biol¨®gicas y acentu¨® la l¨ªnea dura de la administraci¨®n Bush. Creo que el pr¨®ximo paso que tomar¨¢n es paralizar lo m¨¢ximo posible las visitas de turistas estadounidenses. Para entender la situaci¨®n basta con mirar c¨®mo est¨¢ nuestra embajada en La Habana. Ahora mismo tenemos solo diez funcionaros all¨ª, como cualquier pa¨ªs peque?o, cuando ¨¦ramos la embajada con m¨¢s personal. En enero estuve all¨ª y hab¨ªa una cadena alrededor de las puertas de la embajada; puestas por EE UU, no por los cubanos. Nadie entraba ni sal¨ªa. Ni siquiera hab¨ªan reparado los da?os del hurac¨¢n Irma.
P. ?Qu¨¦ cree que hubo tras los supuestos ataques a diplom¨¢ticos estadounidenses?
R. Algo pas¨®, pero no tanto como se lleg¨® a especular. Al principio se hablaba hasta de lesiones permanentes y da?os cerebrales, y ya no se escucha nada de eso. Washington decidi¨® retirar a los diplom¨¢ticos afectados, pero ni siquiera los diplom¨¢ticos quer¨ªan salir. Parece ser que la mayor¨ªa de ellos ya est¨¢n bien. Creo que los republicanos m¨¢s conservadores, entre ellos Marco Rubio, aprovecharon la oportunidad y manipularon el caso pol¨ªticamente para que el deterioro de las relaciones diplom¨¢ticas sea mayor.
P. Pero, entonces, ?qu¨¦ cree que pas¨®?
R. Un estudio de la Universidad de Michigan apunta a que se pudo tratar de interferencias entre dos fuentes de ultrasonidos ¨Caparatos de escucha, en este caso¨C que habr¨ªan provocado sonidos intensos como los que describieron las v¨ªctimas.
P. ?Aparatos de Cuba o de un tercer pa¨ªs?
R. Dir¨ªa que de los cubanos.
P. Cuando usted estaba all¨ª, ?c¨®mo viv¨ªa el estar tan vigilada?
R. [R¨ªe] No es tan dif¨ªcil. No piensas en eso, simplemente tienes que ser consciente de que van escuchar todo lo que digas y de que solo puedes hablar de trabajo en la embajada, donde tenemos habitaciones de seguridad. Adem¨¢s, a m¨ª no me segu¨ªan todo el tiempo. A veces sal¨ªa a pasear con mi perrita Havana sin que viniesen detr¨¢s.
P. ?De verdad?
R. S¨ª. No puedes tener gente para seguir todo, todo el tiempo a nadie. Ni siquiera a la jefa de la Secci¨®n de Intereses de EE UU [bromea].
P. ?Cu¨¢l es su balance de la presidencia de Ra¨²l Castro?
R. Hizo bastante, aunque en Miami digan que no. Con ¨¦l el liderazgo se volvi¨® m¨¢s colectivo en la c¨²pula del r¨¦gimen, medio mill¨®n de personas se hicieron cuentapropista [empresarios particulares, en la jerga de la isla], ha habido m¨¢s inversi¨®n europea y ha nacido una esperanza de cambio entre los ciudadanos.
P. En su libro dice que La Habana est¨¢ buscando nuevos socios.
R. S¨ª, con Venezuela en bancarrota tienen que encontrar otros. Rusia se est¨¢ perfilando como su aliado energ¨¦tico, enviando petr¨®leo, y China como aliado econ¨®mico, pues es el pa¨ªs que m¨¢s comercio tiene con Cuba. Adem¨¢s, los dos est¨¢n d¨¢ndole asesor¨ªa militar. Ellos son sus nuevos socios, y no deber¨ªa ser as¨ª. De seguir con la pol¨ªtica de apertura de Obama, EE UU y Europa tendr¨ªan m¨¢s influencia.
P. ?Qu¨¦ es lo que interesa, de Cuba, a China y a Rusia?
R. Tener un elemento de presi¨®n sobre EE UU.
P. Como en los a?os sesenta.
R. Exactamente. Tener capacidad de presi¨®n de cara a posibles momentos de crisis.
P. ?La Guerra Fr¨ªa no se acaba nunca?
R. Parece que no. Y se debe a que no estamos haciendo nuestro trabajo. EE UU deber¨ªa reemplazar a Venezuela como fuente de petr¨®leo para el Caribe, incluida Cuba. Toda esta regi¨®n es muy importante para nosotros, y estamos adoptando una pol¨ªtica irresponsable, puramente dom¨¦stica. Trump, como han hecho otros presidentes, est¨¢ utilizando la l¨ªnea dura contra Cuba para tener m¨¢s influencia electoral en Florida.
P. Ha pasado m¨¢s de un a?o de la muerte de Fidel Castro. ?C¨®mo juzga su figura?
R. Creo que ser¨¢ recordado como un l¨ªder hist¨®rico de los pa¨ªses en desarrollo por el impacto que tuvo en las independencias de ?frica del Sur, como reconoci¨® Mandela. Pero con respecto a su legado en Cuba, la cosa cambia. Antes de la revoluci¨®n Cuba era un pa¨ªs bastante avanzado para aquellos tiempos, pese a las disparidades sociales. Ahora, b¨¢sicamente, es un pa¨ªs del que su propia gente se quiere ir.
P. ?Cu¨¢l fue el momento m¨¢s dif¨ªcil de su estancia en Cuba?
R. El caso de Eli¨¢n Gonz¨¢lez, el ni?o balsero. Estuve meses en medio de un campo de batalla con los cubanos de Florida furiosos por un lado y con Fidel, por el otro, utilizando la situaci¨®n para volver a darle vigor al discurso revolucionario.
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