Del vertedero a las pasarelas internacionales
Un grupo de mujeres nicarag¨¹enses que crecieron junto a un basurero fabrica joyas que se venden en Managua, Nueva York, Barcelona, Costa Rica, Panam¨¢ y pr¨®ximamente en Guatemala
Crecieron en los alrededores del basurero municipal La Chureca a las afueras de Managua cuando a¨²n era un gigantesco vertedero a cielo abierto en la periferia de Managua, pero una iniciativa de cooperaci¨®n internacional para impulsar a las mujeres sin recursos cambi¨® su vida con la creaci¨®n de un taller de artesan¨ªa. En tan s¨®lo nueve a?os de vida, la marca?Chureca Chic?ha logrado que los complementos que elaboran a mano con deshechos lleguen a las pasarelas mundiales.
La iniciativa parti¨® de la cooperante suiza Andrea Paltzer, directora del programa Earth Education Project (EEP), que busca cambiar con capacitaci¨®n laboral y formaci¨®n psicosocial de mujeres de entre 17 a 45 a?os. La imagen que vio en aquel basurero le impresion¨®. Cientos de personas viv¨ªan de clasificar deshecho en ese basurero en infrahumanas y mujeres que estaban tan marginadas que ni siquiera sab¨ªan subir a un autob¨²s para ir a otra zona de la ciudad. Eso ten¨ªa que cambiar. El taller que posteriormente dio paso a la compa?¨ªa fue la forma de lograrlo.
Decidieron que el nombre de la marca fuera el del basurero. Al comienzo hubo resistencia porque las mujeres dec¨ªan que era feo. Pero "ese era el prop¨®sito", dice Paltzer, "hacer un choque, porque una comunidad que estaba abandonada y aislada si tiene acceso y oportunidad puede cambiar las cosas". La firma, que fue lanzada en julio de 2013 y unos meses m¨¢s tarde hizo su debut en la London Fashion Week, ha seguido exhibi¨¦ndose en pasarelas y ferias en Nicaragua y se vende, adem¨¢s, en Nueva York, Barcelona, Costa Rica, Panam¨¢ y pr¨®ximamente en Guatemala.
Paltzer, creativa de Chureca Chic, tuvo que aprender sobre moda e investiga las nuevas tendencias del mercado. "La calidad y el dise?o son importantes porque creamos prendas que duran, no se van a deshacer en un a?o porque la idea es crear cosas que no se vuelvan a hacer basura". El proceso para hacer collares, pulseras, aretes, bufandas, llaveros, accesorios para el cabello o bolsos con detalles ¨²nicos es completamente manual y el material empleado son desechos de tela, papel y cuero que donan empresas o peque?os talleres de calzado y vestido.
La confecci¨®n de un collar de varias vueltas puede emplear de dos a tres meses. "Ese es el valor (agregado) que nosotras le damos y hace que las prendas adquieran un precio en el mercado", cuenta a AFP, Marisela Ruiz, de 23 a?os, quien asegura que el trabajo en el taller le cambi¨® la vida "porque antes solo cuidaba a mis hijos". Su precio de venta puede rondar los US$180. En este periodo de apenas nueve a?os, la marca se traslad¨® del centro del vertedero a un sector muy de moda y tur¨ªstico del suroeste de Managua, cuenta con una tienda caf¨¦ y genera ingresos mensuales de 4.000 d¨®lares, pero sobre todo ha impulsado la vida de decenas de mujeres.
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