La caravana de migrantes llega a la frontera con Estados Unidos para pedir asilo

La caravana de migrantes centroamericanos que hace un mes parti¨® del sur de M¨¦xico ya vislumbra Estados Unidos. Pese a reducirse considerablemente en este tiempo, entre 300 y 400 personas han llegado a Tijuana, localidad fronteriza con San Diego, desde donde ten¨ªan pensado partir hacia la garita de San Ysidro. All¨ª, seg¨²n los organizadores, algunos comenzar¨ªan sus tr¨¢mites para pedir asilo en Estados Unidos.

El via crucis del migrante, como se conoce a la caravana que desde hace a?os transita entre la indiferencia desde M¨¦xico a Estados Unidos para visibilizar la situaci¨®n de miles de centroamericanos, ha supuesto en esta ocasi¨®n un quebradero de cabeza para las autoridades mexicanas, despu¨¦s de la iracunda reacci¨®n del presidente Donald Trump, que asegur¨® que amenazaba la seguridad del pa¨ªs.

Ante el avance de la caravana, el inquilino de la Casa Blanca orden¨® el despliegue de la Guardia Nacional en los l¨ªmites fronterizos, una medida de presi¨®n m¨¢s para que M¨¦xico frenase a los m¨¢s de 1.000 migrantes centroamericanos ¨Centre ellos unos 300 ni?os-, la mayor¨ªa de ellos hondure?os, que salieron desde la frontera con Guatemala.

Asediados por los focos y la relevancia medi¨¢tica que propiciaron los ataques de Trump, las organizaciones que convocaban la marcha decidieron disolverse a su llegada a Puebla, en el centro de M¨¦xico, donde se inform¨® a los migrantes de las diversas salidas legales que ten¨ªan. En un primer momento, las autoridades mexicanas se hab¨ªan comprometido a otorgar visas de corta estad¨ªa ¨Cde unos 20 d¨ªas- para facilitar el tr¨¢nsito de los migrantes. Despu¨¦s de que pase ese lapso de tiempo, pueden ser detenidos en las calles de Tijuana.

La decisi¨®n de los organizadores de frenar el avance de la caravana satisfizo a Trump, que lleg¨® a celebrar el fin de caravana y agradeci¨® las duras leyes contra los migrantes centroamericanos que imperan en M¨¦xico, el azote favorito de Trump. La promesa de un gran muro fronterizo y el fantasma de los peligros de la inmigraci¨®n irregular son una constante en la ret¨®rica del presidente de Estados Unidos.

Cada a?o transitan por M¨¦xico en direcci¨®n al vecino del norte 400.000 personas, la mayor¨ªa centroamericanas. En 2017, mientras Estados Unidos deport¨® a 96.000 migrantes, M¨¦xico hizo lo mismo con 147.000, a un ritmo de 293 diarios. Sin embargo, el 60% de los deportados por EEUU han cometido alg¨²n delito. En el caso de M¨¦xico, muy pocos de los expulsados tienen antecedentes penales, seg¨²n datos de la Cruz Roja.

Al menos tres centenares de ellos, no obstante, decidieron continuar rumbo a Estados Unidos, su objetivo inicial. Las autoridades estadounidenses se preparan para recibir las peticiones de asilo. Algunos deber¨¢n esperar en M¨¦xico. Seg¨²n un comunicado de la Oficina de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza, es el caso de aquellos que traten de entrar sin la documentaci¨®n apropiada y en caso de que est¨¦n repletas las instalaciones donde se retienen a los inmigrantes indocumentados. Cuando se alcance la capacidad m¨¢xima en el puerto de San Ysidro, solo podr¨¢n entrar personas sin documentos "cuando las condiciones de seguridad lo permitan", asegura el comunicado.

La llegada de los ¨²ltimos resquicios de la caravana de los migrantes coincide en tiempo, aunque no en lugar, con la decisi¨®n del vicepresidente de Trump, Mike Pence, de visitar esta semana la frontera para supervisar los trabajos de la Guardia Nacional desplegada.