El Constitucional portugu¨¦s obliga a los donantes de ¨®vulos y esperma a salir del anonimato
El Alto Tribunal exige la identificaci¨®n cuando en 2009 hab¨ªa aceptado que ocultaran su identidad
¡°Una voltereta fenomenal¡±. No es un an¨¢lisis muy jur¨ªdico el de la diputada socialista Isabel Moreira, pero ilustra el cambio del Tribunal Constitucional portugu¨¦s sobre el anonimato o no de los donantes de ¨®vulos y esperma. Si en 2009 el alto tribunal acept¨® el anonimato, ahora exige su identificaci¨®n, dando al traste no solo con la ley de vientres de alquiler, aprobada hace un a?o, sino tambi¨¦n con la ley de reproducci¨®n asistida de hace doce. El ¨®vulo an¨®nimo tiene los d¨ªas contados en Portugal. Cat¨®licos y comunistas lo celebran; el resto no.
El desencadenante de este regresi¨®n judicial tiene su origen en la reciente ley de gestaci¨®n de sustituci¨®n. El derechista CDS y el Partido Comunista votaron en contra, al igual que la mayor¨ªa del PSD; PS y Bloco, a favor. Tras un veto presidencial y una segunda votaci¨®n, entr¨® en vigor hace un a?o. El CDS recurri¨® al Constitucional.
Aunque salva la ley, el Alto Tribunal tumba seis art¨ªculos fundamentales, todos ellos referidos al anonimato de los donantes y a la ¡°violaci¨®n del derecho a la identidad de la persona¡±.
El fallo del Constitucional afecta a una ley con solo dos parejas beneficiarias en un a?o, pero que es un terremoto con efectos retardados a 2006, cuando fue aprobada la primera ley de reproducci¨®n asistida y la donaci¨®n de ¨®vulos, esperma y embriones. Si hoy exige la identificaci¨®n del donante, en su sentencia de 2009 -pues el texto tambi¨¦n fue recurrido- dec¨ªa todo lo contrario: ¡°Los derechos fundamentales asociados al derecho a la intimidad de la vida privada y familiar justifican, desde el punto de vista jur¨ªdico constitucional, el r¨¦gimen del anonimato del donante¡±.
El ¨®vulo m¨¢s barato
La donaci¨®n de ¨®vulos no es gratuita (la recepci¨®n, mucho menos). Las diferentes legislaciones nacionales preven el pago a los donantes por las molestias y gastos generados en el proceso. Seg¨²n el organismo europeo ESHRE hay unas tarifas m¨¢s o menos establecidas, de donde se desprende que en Portugal la donaci¨®n de ¨®vulos se paga a 627 euros, muy por debajo de los 850 del Reino Unido -donde la ley obliga a su identificaci¨®n- y los 900 euros en Espa?a, pa¨ªs que cuenta con la mayor cl¨ªnica mundial, el IVI valenciano, y el mayor n¨²mero de cl¨ªnicas-; es tambi¨¦n el pa¨ªs con m¨¢s donantes estudiantes (25%). Antes de tomar conclusiones precipitadas, la ESHRE asegura que solo el 10% donan por dinero. En Francia, el 100% es puro altruismo, en el otro extremo Rusia, donde el 52% va a por la pasta.
Aunque ninguno de los actuales 13 jueces del tribunal eran aquellos, son conscientes del giro copernicano de la jurisprudencia y tratan de justificarlo: ¡°Por toda Europa se asiste a un progresivo reconocimiento del derecho a acceder a los datos sobre el propio origen, incluyendo la identidad de los donantes, como consecuencia necesaria de la protecci¨®n constitucional conferida al derecho a la identidad e historicidad personal¡±.
El anonimato de los donantes no es una excentricidad, pero su identificaci¨®n tampoco. Francia, Grecia, Hungr¨ªa, Italia, Polonia, Eslovenia y Espa?a legislan a favor del ¨®vulo inc¨®gnitus; Austria, Finlandia, Holanda, Suecia y Reino Unido est¨¢n del bando del cognitus, al que se ha pasado Portugal doce a?os despu¨¦s. Come aparte B¨¦lgica con leyes en vigor a favor del s¨ª y del no.
¡°Es cierto que en Europa ahora hay una tendencia hacia la identificaci¨®n; el anonimato est¨¢ en crisis¡±, cuenta Filomena Gon?alves, vicepresidenta de la Asociaci¨®n Portuguesa de la Fertilidad. ¡°El problema es la confusi¨®n creada por una sentencia con car¨¢cter retroactivo. ?Tenemos que ir identificando a los donantes de los ¨²ltimos doce a?os?¡±.
El fin del anonimato agravar¨¢ el problema de falta de donantes. Ahora hay 37 donantes y 300 solicitantes
Esta exigencia va a provocar una inmediata disminuci¨®n de donaciones, que los expertos, por experiencias en otros pa¨ªses, cuantifican en un 40%; pero tambi¨¦n una carest¨ªa y un retraso de los procesos. ¡°Actualmente la espera para recibir tratamiento en la sanidad p¨²blica es de unos tres a?os. Hay 37 donantes por cada 300 solicitantes¡±, cuenta Gon?alves.
Una figura hist¨®rica de la legislaci¨®n sobre reproducci¨®n asistida, el juez Eurico Reis, ha dimitido de su puesto en el Consejo Nacional de la Procreaci¨®n M¨¦dicamente Asistida (CNPMA) para manifestar su profundo rechazo a la sentencia del TC y por ¡°la intensidad de la violencia contra seres humanos¡± contenida en su texto.
La derrota de Reis es la victoria del presidente del Consejo de ?tica de las Ciencias de la Vida. Jorge Soares ve en los argumentos de los jueces un respaldo a los suyos. ¡°Aborda muy bien lo que es el derecho a la identidad gen¨¦tica. Es fundamental que una persona sepa de d¨®nde viene¡±.
El TC aclara que su fallo no paraliza los contratos ya autorizados con vientres de alquiler (apenas dos), pero nada dice sobre qu¨¦ hacer con los bancos de ¨®vulos y de esperma de los hospitales p¨²blicos y privados y sus beneficiarios. El CNPMA ha pedido una aclaraci¨®n al tribunal, aunque de momento aconseja a los centros de fertilidad la suspensi¨®n de tratamientos con donantes an¨®nimos.
Los expertos constitucionalistas tambi¨¦n se preguntan por qu¨¦ el TC se ha pronunciado sobre art¨ªculos de la ley que nadie hab¨ªa recurrido. ¡°Hay unas ¨¦lites¡±, dice Gon?alves, ¡°en desacuerdo desde siempre con la reproducci¨®n asistida y, al final, se ha politizado la vida ¨ªntima y emocional de las personas¡±.
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