Se busca m¨¦dico para recepci¨®n de hotel
El reconocimiento de los t¨ªtulos acad¨¦micos y de las competencias adquiridas en el extranjero es uno de los grandes desaf¨ªos en la integraci¨®n de los refugiados
No es f¨¢cil encontrar trabajo en un pa¨ªs con un 17% de paro. Pero los estudios, la experiencia y la formaci¨®n suelen dar un empuj¨®n. O por lo menos esto era lo que pensaba Saleh Abou Saleh cuando lleg¨® a Madrid. M¨¦dico especializado en urolog¨ªa, con 14 a?os de carrera a sus espaldas y pol¨ªglota ¡ªhabla ¨¢rabe, ingl¨¦s, hebreo, espa?ol y ruso¡ª, pronto tuvo que rectificar. En los cinco a?os que lleva en Espa?a no ha logrado homologar sus estudios ni ejercer la profesi¨®n, al igual que muchos otros refugiados que como ¨¦l huyeron a Europa recientemente. Ahora se le ha abierto una puerta para ser recepcionista de hotel. Dentro de lo que cabe, hasta le parece bien. ¡°Solo queremos trabajar¡±, zanja.
El caso de Saleh no es aislado. El reconocimiento de los t¨ªtulos acad¨¦micos y de las competencias profesionales adquiridas en el extranjero es uno de los grandes desaf¨ªos en la integraci¨®n de los refugiados, explica Thomas Liebig, de la divisi¨®n de migraciones internacionales de la OCDE. ¡°Y no ocurre solo en Espa?a¡±, aclara. Tampoco es un problema exclusivo de los refugiados. El organismo reconoce que el proceso puede ser muy largo y carecer de transparencia, adem¨¢s de seguir existiendo barreras tangibles aunque muchos pa¨ªses hayan mejorado sus mecanismos de reconocimiento.
Saleh tiene 52 a?os. Vive en Sevilla con su esposa y sus dos hijos, el menor naci¨® en Espa?a. Menudo, ojos azules y pelo canoso, pidi¨® asilo en 2013 tras llegar a Madrid con un visado de turista. La solicitud se resolvi¨® de manera favorable. Cuenta con voz baja que su otro hijo, el mayor de los tres, se qued¨® en Siria. Muri¨® por una enfermedad cuyo tratamiento no pudo continuar cuando estall¨® la guerra, en 2011. Ah¨ª se quedaron tambi¨¦n su casa, su coche, su cl¨ªnica... ¡°Ten¨ªa un buen nivel de vida¡±, asegura. Afirma con resignaci¨®n que nunca pens¨® que podr¨ªa convertirse en un refugiado y que ahora intenta rehacerse una vida. En todo este tiempo, nunca dej¨® su cruzada para volver a ser m¨¦dico, pese a lo complicado de su batalla.
The New Arrivals
Cuatro millones de inmigrantes han llegado a Espa?a en dos d¨¦cadas en avi¨®n, en patera o saltando la valla. M¨¢s de un mill¨®n de personas pidieron asilo en Europa en 2016. EL PA?S cuenta, en un proyecto de 500 d¨ªas con los diarios The Guardian, Der Spiegel y Le Monde, c¨®mo se adaptan estos nuevos europeos y c¨®mo Europa se adapta a ellos. Una mirada a un fen¨®meno que est¨¢ transformando Espa?a y el continente
Al ejercer una profesi¨®n regulada ¡ªen general, las vinculadas a la salud p¨²blica y la seguridad¡ª, los m¨¦dicos necesitan una homologaci¨®n del Ministerio de Educaci¨®n ¡ªun procedimiento m¨¢s estricto que una equivalencia, que equipara una carrera a un campo gen¨¦rico de conocimiento¡ª, adem¨¢s de acreditar la competencia ling¨¹¨ªstica. ¡°El problema principal es que entran en juego muchos actores, como la Administraci¨®n P¨²blica y las asociaciones profesionales¡±, recalca Liebig, de la OCDE. A?ade que pa¨ªses del norte de Europa, como Suecia, Noruega o Alemania, han abierto canales preferenciales y programas espec¨ªficos para refugiados y migrantes. El Ministerio de Educaci¨®n espa?ol no ha contestado a las preguntas de este peri¨®dico sobre si est¨¢ trabajando para implementar procedimientos especiales para estos colectivos.
Seg¨²n los datos presentados por el Ministerio de Educaci¨®n, en la primera jornada de Universidad y Refugio, organizada en marzo por la CRUE? ¡ªel organismo que aglutina a todas las universidades espa?olas¡ª, en 2017?la Administraci¨®n recibi¨® 4.208 solicitudes de homologaci¨®n y equivalencia de refugiados y solicitantes de asilo, frente a las 3.193 de 2016. La?gran mayor¨ªa de ellas proced¨ªan de ciudadanos venezolanos, el colectivo que m¨¢s asilo pide en Espa?a. Tambi¨¦n las solicitudes de protecci¨®n internacional aumentaron, de las?15.755 de 2016 a las m¨¢s de 31.000 del a?o pasado, seg¨²n Eurostat.
Saleh fue precavido y meti¨® sus t¨ªtulos acad¨¦micos en la maleta antes de abandonar Damasco. Aqu¨ª los tradujo, los apostill¨®, se acompas¨® a los tiempos de la burocracia espa?ola... Cuando cre¨ªa tenerlo todo listo, lleg¨® la en¨¦sima petici¨®n.
¡ª Me ped¨ªan el plan de estudios. Pero yo estudi¨¦ en Bielorrusia, cuando todav¨ªa era la URSS.
¡ª ?Y c¨®mo lo hizo?
No puede contener una sonrisa. A estas alturas, hasta a ¨¦l le suena a chiste.
¡ª Llam¨¦ a la Universidad y¡ ?segu¨ªa la misma secretaria que entonces!
La mujer se acordaba de ¨¦l y le ayud¨®. Pero los papeles tardaron dos a?os en estar listos. Ahora Saleh tiene dos alternativas: esperar y confiar en que la respuesta del Ministerio sea positiva o recuperar 17 asignaturas ¡ªtres a?os de carrera¡ª, una opci¨®n que de momento ha descartado. Un vecino de Sevilla ha abierto una petici¨®n en Change.org que ya ha recabado casi 99.000 firmas para que pueda volver a trabajar como m¨¦dico.
Iniciativa universitaria
Vali¨¦ndose de su autonom¨ªa, las Universidades espa?olas est¨¢n poniendo parches ante la falta de canales preferenciales para los refugiados que necesiten un reconocimiento acad¨¦mico para poder seguir estudiando. Licenciado en arte dram¨¢tico, el peruano Ronal Cruces no tuvo problemas para hacer un m¨¢ster e inscribirse a un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). ¡°Si no hubiese podido seguir form¨¢ndome, ejercer mi profesi¨®n y formar mi compa?¨ªa de teatro, mi existencia ser¨ªa penosa¡±, reflexiona el artista, quien se fue de Lima hace nueve a?os tras recibir amenazas por sus obras cr¨ªticas con el poder.
Entonces, la Complutense ni siquiera dispon¨ªa de las herramientas espec¨ªficas con las que cuenta ahora. Esteban S¨¢nchez est¨¢ al frente de la Delegaci¨®n del Rector para la Diversidad y Medio Ambiente, que desde 2016 se dedica, entre otras cosas, a atender a potenciales estudiantes refugiados y solicitantes de asilo. ¡°Parad¨®jicamente, una persona puede hacer un doctorado sin tener el t¨ªtulo homologado. Pedimos la titulaci¨®n original solo si es estrictamente necesario y adaptamos el proceso de selecci¨®n a la situaci¨®n del estudiante¡±, explica. ¡°Reconocer la licenciatura como v¨ªa de acceso es un tr¨¢mite que se resuelve antes que la homologaci¨®n¡±, asegura S¨¢nchez, quien a?ade que cada vez m¨¢s centros est¨¢n poniendo en marcha proyectos similares.
¡°Cada Universidad ha desarrollado las acciones que ha querido y podido¡±, resume Sara Moreno, vicerrectora de Alumnado y Ocupabilidad de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Su centro ha establecido un programa de acogida para alojar a solicitantes de asilo en su campus aunque no sean estudiantes del centro. ¡°Solo un peque?o porcentaje de los acogidos es tambi¨¦n estudiante de la Universidad¡±, detalla Moreno. ¡°Adem¨¢s de la documentaci¨®n, hay un problema de financiaci¨®n: no existe ninguna fuente a nivel nacional para que [estas personas] puedan seguir estudiando¡±, subraya.
Luis Calleja, director de la ONG La Merced Migraciones, defiende que ¡°el talento no es patrimonio de una sola naci¨®n¡±. La entidad que dirige participa en un proyecto piloto de la Universidad Pontificia Comillas, del que Samuel Maiorana ha sido el ¡°conejillo de Indias¡±. Venezolano y licenciado en derecho, asegura que sin esta iniciativa nunca hubiese podido pagar el m¨¢ster que est¨¢ cursando. Aun as¨ª, no todas las historias son exitosas. ¡°Un chico no pudo participar porque no pod¨ªa probar sus estudios; otra porque necesitaba trabajar... Aunque la Universidad pague los honorarios de ense?anza, si no tienes cubiertas las necesidades b¨¢sicas no es una verdadera oportunidad¡±, matiza la docente Mar¨ªa Jos¨¦ Casta?o.
Si no puede ser m¨¦dico, Saleh estar¨ªa dispuesto a ser enfermero o a ejercer otra profesi¨®n relacionada con la medicina. No entiende por qu¨¦ Espa?a le ha permitido venir si no puede ayudarle. ¡°Si no fuera por mi familia, me hubiese quedado en Siria, ahora vivimos peor¡±, lamenta. Pero quiere darles a sus hijos la posibilidad de tener una vida normal. La que ¨¦l ha perdido.?
El proyecto?The New Arrivals est¨¢ financiado por el European Journalism Centre con el apoyo de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates.
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