Feliz d¨ªa de la madre (Pereira, Risaralda)
Colombia es investigar c¨®mo la violencia va volvi¨¦ndose una cultura dentro de una cultura
Hay pruebas y pruebas de que Colombia sigue ocurriendo al tiempo con su guerra. El Gobierno acaba de negarles el retiro a 14.662 polic¨ªas porque entonces qui¨¦n va a enfrentar a los grupos armados que, luego del acuerdo de paz ¨Cy ya libres de piedades e ideolog¨ªas¨C, han estado arreciando sus ataques. Acaba de encontrarse un gigantesco contenedor repleto de fusiles para dos organizaciones criminales, el Clan del Golfo y el ELN, que siguen viviendo del tr¨¢fico de drogas. Ante las amenazas de muerte, un escuadr¨®n antiexplosivos y un ej¨¦rcito de 150 escoltas protege las presentaciones p¨²blicas del expresidente Uribe. Seg¨²n una investigaci¨®n de la Universidad Libre, 6 de cada 10 bogotanos justifican los linchamientos, pues desconf¨ªan de la administraci¨®n de justicia. Y, seg¨²n la Defensor¨ªa del Pueblo, desde enero de 2016 hasta marzo de 2018 han sido asesinados 282 l¨ªderes sociales, y sume usted dos meses m¨¢s de muertes.
Y, sin embargo, el fin de semana que acaba de pasar suele ser el fin de semana m¨¢s violento del a?o ¨Cde cada a?o¨C porque sucede el D¨ªa de la Madre: dice el Instituto de Medicina Legal que en 2017, tras el delirio de las celebraciones, se registraron 729 casos de violencia intrafamiliar, 1.141 casos de violencia interpersonal, 197 delitos sexuales y 119 homicidios.
Estudiar a Colombia es investigar c¨®mo la violencia va volvi¨¦ndose una cultura dentro de una cultura. Esta campa?a presidencial tan larga, que empieza a enloquecer a los cincos candidatos que quedan en pie ¨Cya los cinco parpadean en exceso como el inspector Dreyfus de la Pantera Rosa¨C, aplaza y distrae y confunde, pero aqu¨ª lo que no ha podido resolverse es esa violencia que en tantas Colombias es la norma. El viernes hubo protestas en el centro de Cali porque el alcalde Armitage decret¨® la ley seca desde las diez de la ma?ana del s¨¢bado hasta las 6 de la ma?ana del martes: ¡°No podemos seguir aceptando que el D¨ªa de la Madre sea la fecha m¨¢s violenta¡±. El mismo d¨ªa la Personer¨ªa de Pereira, Risaralda, lanz¨® una campa?a para que el licor no enloqueciera a las familias: ¡°Da tristeza ver mam¨¢s pendientes de conseguir un abogado al d¨ªa siguiente de la celebraci¨®n¡±, declar¨® la personera al diario El Tiempo.
No eran medidas desesperadas, sino medidas razonables. Porque esa locura pasa aqu¨ª. No pasa igual ¨Cno en semejantes proporciones¨C en otros pa¨ªses. Pero, como si se tratara de probar que esto en efecto es una naci¨®n as¨ª sea una naci¨®n sombr¨ªa, s¨ª sucede en todas las dis¨ªmiles regiones de Colombia. Y tiene que ser porque tenemos en com¨²n esa man¨ªa de estallar como hijos que han vivido doscientos a?os sin la vigilancia de sus padres; compartimos esa educaci¨®n fallida que no ense?a a tener las riendas de uno mismo; esa disposici¨®n a montar un Estado propio dentro del Estado; esa incapacidad de ser sin prevalecer, sin violentar, sin aplastar al que se tiene enfrente; esa vocaci¨®n a desafiar la ley: la paternalista Misi¨®n Currie del Banco Mundial, solicitada por el Gobierno colombiano de 1949 para saber qu¨¦ hacer con este pa¨ªs, desde entonces not¨® la mala explotaci¨®n de la tierra, la pobre administraci¨®n y el desprecio por la ley.
Tendr¨ªan que habernos visto el viernes pasado: ¡°Ojal¨¢ este fin de semana no haya tantos muertos¡±. Tendr¨ªan que vernos hoy: enter¨¢ndonos por titulares como ¡°Violenta celebraci¨®n del D¨ªa de la Madre¡± o ¡°M¨¢s de 3.600 ri?as el pasado domingo¡± que este pa¨ªs, en donde 6 de cada 10 mujeres son madres solteras ¨Cy muchas veces la madre es lo ¨²nico que hay¨C, sigue siendo un pa¨ªs en el que los festejos acaban en miles de pu?aladas, de violaciones, de homicidios. Claro que hay m¨¢s problemas en Colombia. Pero no ser¨¢ nada f¨¢cil solucionarlos entre muertos.
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